Como es habitué de la nueva forma de coloniaje a la que está sometida nuestro país, por decisión política del actual gobierno y la oposición de Juntos por el Cambio el ministro de Economía vuelve a viajar con destino a Estados Unidos. Sergio Massa está volando este martes para llegar a Washington y tener, otra vez, reuniones con el FMI y el Banco Mundial.
Luego de que el Fondo aprobara la segunda revisión del acuerdo de Facilidades Extendidas y desembolsado los US$ 3.800 millones, el superministro se prepara para otro viaja hacia el norte. Tras recibir elogios del propio organismo de crédito y gran parte del establishment del país imperialista por el ajuste en curso, el nuevo periplo tiene como fin asistir a la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional. Los laderos del tigrense, en este caso, serán Gabriel Rubinstein, secretario de Programación Económica; Gustavo Martínez Pandiani, asesor en temas internacionales y Santiago García Vázquez, como vocero.
De nuevo el actual titular de Hacienda va en búsqueda de la política económica a Estados Unidos. La agenda difundida remarca que Massa tendrá citas con sus pares de otros países de América del Sur. También, además de las reuniones con distintos personajes del FMI y del Banco Mundial, nuevamente se verá con algunos funcionarios del gobierno de Biden y, además, con empresarios que tienen sucursales de sus empresas en nuestro país.
El Fondo, sus felicitaciones y pronósticos
El viernes pasado el FMI festejó lo cumplido por Massa afirmando que “se cumplieron las metas cuantitativas pertinentes del programa a fines de septiembre, incluidas las de reservas internacionales netas y el financiamiento monetario del déficit fiscal”. En otra parte también agrega que se requiere de ahora en más “una implementación firme del programa para abordar la situación aún frágil, fortalecer la estabilidad”. Esta referencia está apuntada para que, además de aprobarse el proyecto de presupuesto 2023, se cumpla sin ningún tipo de “deslices”.
Tal es el espíritu de ajuste del FMI para Argentina que ya, literalmente, el documento deja en claro la necesidad de: controles de gasto más fortalecidos y una mayor eficiencia de los subsidios y el gasto social”. Estos elementos son los mismos que funcionando como una especie de boomerang generan las pésimas estimaciones para el país durante 2023. Las nuevas proyecciones que el Fondo dio a conocer, conocido como el informe WEO, sentencia que la recesión mundial no será una excepción en nuestro país. Más bien la economía se enfriaría a tal punto que el crecimiento esperado sólo sería del 2%.
La profecía autocumplida no termina ahí. Debido a la estanflación mundial, entre otros fenómenos, el Fondo prevé que“las condiciones financieras globales podrían deteriorarse y el dólar se fortalecería aún más, en caso de que surjan turbulencias en los mercados financieros, empujando a los inversores hacia activos seguros. Esto aumentaría significativamente las presiones inflacionarias y las fragilidades financieras en el resto del mundo, especialmente los mercados emergentes y las economías en desarrollo”. Despejando el lenguaje técnico de los burócratas del FMI, Argentina se prepara para un encarecimiento del pago de su deuda ilegítima y, sumado a eso, la continuidad de los males sociales y económicos que ya la aquejan.
Declarar un default soberano, desconocer la deuda ilegítima contraída por el macrismo y refrendada por el peronismo y romper con los organismos de crédito es la única salida soberana existente. Sin avanzar en este sentido, contrariamente a lo que amenazaban desde el oficialismo, estaremos en riesgo permanente de sufrir alguna crisis financiera de gran envergadura. Desde el MST en el FIT-Unidad sostenemos el camino de liberación, para poner al servicio de las necesidades de las mayorías los recursos existentes y no el pago de un fraude.