martes, 30 abril 2024 - 10:36

Mundial 2030. Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile lanzaron su candidatura

En esta nota te contamos cómo se gestó la propuesta, como sería y qué problemas puede traer su organización.

Finalmente es oficial: Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile lanzaron el último martes la candidatura para ser el organizador del mundial de fútbol masculino de la FIFA 2030. La conferencia de lanzamiento, que se realizó en el estadio Centenario de Uruguay, estuvo encabezada por Alejandro Domínguez presidente de CONMEBOL y el presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou. A ellos se le sumaron Rodolfo D’Onofrio, uno de los vicepresidentes de AFA y Matías Lammens, como ministro de Deportes y Turismo de la Nación, por parte de Argentina ya que Claudio Chiqui Tapia se encuentran en Europa junto a las Selecciones argentinas juveniles que participan del torneo de L’Alcudia. El secretario nacional del Deporte de Uruguay, Sebastián Bauzá; la ministra del Deporte de Chile, Alexandra Benado; y el de Paraguay, Diego Galeano. También el presidente de la Federación Paraguaya de Fútbol (FPF), Robert Harrison; y el de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile, Pedro Miland.

«Nos reunimos para lanzar de forma oficial la Candidatura de Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile al Mundial 2030» dijo el titular de CONMEBOL y agregó «queremos ser anfitriones en nuestra casa y juntos podemos hacerlo«.

Uno de los argumentos que sustentan la candidatura es que en 2030 se cumplen 100 años del primer mundial que fue en Uruguay donde los Celestes se impusieron a la Argentina por 4-2 y se quedaron con el título.

Para hacer posible el proyecto desde el punto de vista económico a la intención inicial de Uruguay y Argentina se le sumaron Chile y Paraguay ya que ese mundial contará con 48 equipos en la fase final, lo cual necesita más países para tener más sedes que albergue el torneo. Quizás uno de los motivos que pueda llegar a jugar en contra sea que en 2026 se celebrará en América donde Canadá, EEUU y México serán los anfitriones.

Hasta ahora solo aparecen en el horizonte para competir por la sede España y Portugal por un lado y Marruecos quien está evaluando presentarse como sede única. Por su parte Reino Unido e Irlanda abandonaron en febrero la idea de otra candidatura conjunta para focalizar su atención en la Eurocopa 2028. El proyecto deberá presentarse a FIFA de manera oficial en mayo de 2023, y dicha organización recién votará la sede del Mundial 2030 durante 2024.

Cómo se gestó la idea

En octubre de 2005 Joseph Blatter, entonces al frente de la FIFA, viajó a Montevideo para conmemorar los 75 años de la primera edición del Mundial. En ese evento recibió el pedido de Tabaré Vázquez para que Uruguay, junto a otro país, recibiera el de 2030 para conmemorar el centenario. Así, FIFA le dio luz verde para que la Conmebol presente el proyecto. Uruguay que no contaba con la estructura suficiente para recibir un Mundial invita a la AFA a participar de la organización. Dos años más tarde, en octubre de 2007 Julio Grondona elevó una carta al Presidente y a la Federación Uruguaya de Fútbol aceptando la invitación. Sin embargo, debido a la mala relación política entre los países debido al conflicto por la construcción de dos plantas productoras de celulosa en Fray Bentos frente a las costas de Gualeguaychú, en Entre Ríos todo se frenó.

En 2009 con la llegada a la presidencia de José Mujica en Uruguay y la presidencia de Cristina Kirchner en Argentina, la idea recobró vida. CFK no solo era presidenta sino que también en ese año el ejecutivo se transformó en socio de la AFA al quedarse con los derechos televisivos del torneo de Primera División. En 2013 la FIFA anunció que eliminaba las sedes conjuntas, sumado a eso se da la muerte en 2014 de Julio Humberto Grondona lo cual hace que las nuevas autoridades de AFA decidan bajarse del proyecto. Así en noviembre de 2014 aparece Chile en el panorama como posible socio, aunque esa idea no prosperó. En 2015 estalló el FIFAGATE donde Sergio Jadue, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Chileno, quien había tentado a Uruguay el año anterior se terminó entregando por los casos de corrupción que lo implicaban.

Ya en 2016, el recientemente presidente argentino electo Mauricio Macri viajó a Colonia para reunirse con Tabaré Vázquez para reflotar el proyecto. El 31 de agosto de 2017 Uruguay recibió a Argentina en el estadio Centenario por las Eliminatorias para Rusia. Era el primer partido oficial de Jorge Sampaoli luego de la salida de Edgardo Bauza. La foto de la noche fue la de Luis Suarez y Leo Messi promocionando la candidatura para el mundial de 2030.

Por su parte Conmebol presionó para sumar a Paraguay como socio, así aparecen por primera vez los guaraníes por primera vez como opción y Macri de una relación aceitada con el presidente de Paraguay, Horacio Cartes, a quien conoció cuando gobernaba el club Libertad y él, Boca ayudó para incluirlo. Tres años después finalmente se termina de sumar a Chile para cerrar a los países involucrados que finalmente este martes presentaron su candidatura.

Hasta ahora lo poco que se pudo conocer del proyecto, ya que no está oficialmente presentado a FIFA, es que Argentina tendría 6 sedes en total, sería el país con más sedes y tendría a su cargo sería el país con más sedes: 6 en total el partido inaugural y uno o dos encuentros de cuartos. Por su parte, Chile podría tener 3 o 4 y albergar una de las semifinales, la otras sería para Paraguay que tendría 2 sedes al igual que Uruguay que será el país que tenga a cargo la realización de la final de la competición en el estadio Centenario.

Quién paga los costos de realizar un Mundial

Sin dudas uno de los primeros interrogantes que plantea la realización de un mundial es: ¿quién absorberá los costos que implican hacer la copa del mundo de la FIFA? Entendiendo que es uno de los eventos multitudinarios por excelencia pero también uno de los más costosos. Está claro que una parte de la inversión vendrá por parte de FIFA pero resta saber cuál va a ser el gasto que harán cada uno de los países. Argentina está en una crisis económica profunda condicionada por el acuerdo que tiene con el FMI, el cual el gobierno se niega a romper, ese solo hecho hace que sea imposible poder llevar adelante los gastos que implican la realización de la copa del mundo.

Por otro lado, existe un ejemplo reciente sobre el impacto que puede tener la realización en manos de gobiernos capitalistas, que fue el de Brasil en 2014. Ese torneo terminó siendo el más caro de la historia de los mundiales ya que entre gastos directos e indirectos se desembolsaron 64 mil millones de dólares lo que demostró un gasto exorbitante en un país con profundas desigualdades. Así tuvo que afrontar por ejemplo huelgas en Salvador, de conductores de colectivos, de los responsables de cobrar el billete del autobús en Río de Janeiro y Sao Paulo, de trabajadores de museos y profesores en distintas partes del país.

En abril del 2014 durante la entrega del complejo portuario Miritituba-Barcarena, en el estado de Pará manifestantes le exigieron a la presidenta Dilma Rousseff más recursos para salud y educación, y no para el Mundial. También hubo reclamos por la muerte de los obreros en la construcción de los estadios para reclamar por mejores condiciones de seguridad sobre todo Sao Paulo, donde se jugó el partido inaugural. Movimientos ambientales reclamaron por los destrozos en el Amazonas y por la venta de terrenos para la construcción de los estadios. Sin dudas un antecedente negativo.

Para un país futbolero cómo la Argentina, la noticia genera expectativas e ilusión. Sin embargo, más allá de lo positivo y atractivo que sería poder tener a los mejor jugadores de fútbol del mundo jugando en nuestro país el análisis más frío lleva a pensar en el antes y el después del evento donde habría que poner en la balanza todas las implicancias que conlleva su realización.

Leo Rando

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