La nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, prestó juramento en el Salón Blanco, con una agenda económica ligada al plan económico definido por el presidente en acuerdo con el FMI.
Entre apurones y reuniones el Frente de Todos intenta ocultar por unas horas la crisis interna que se aseveró tras la renuncia apresurada de Martin Guzmán de la cartera de economía nacional. En su lugar asumió Silvina Batakis, que hasta hace unas pocas horas ocupaba un lugar Ministerio del Interior que conduce Wado de Pedro.
La flamante nueva ministra fue saluda por funcionarios de la actual gestión nacional, gobernadores, intendentes, entre otros ex – funcionarios de la gestión sciolista y peronistas. Es reconocida por haber sido la ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires en la gestión de Daniel Scioli, entre los años 2011-2015 y en los cuales hubo una suba importante de los impuestos y una acelerada reducción de la obra pública. A su vez, durante esos años fue muy cuestionada por implementar el pago de salarios en cuotas a todo el personal docente y reducir partidas de carteras esenciales como educación y salud, entre otras.
Tras la gala de juramento, señaló “que se mantendrá el rumbo económico del que el presidente venia marcando, fortalecer exportaciones, y aseguró que se buscará el equilibrio fiscal que se venía buscando”. De esta forma,aseguro que no habrá grandes cambios en materia económica, como podrían haber especulado algunos sectores políticos del embrión más duro del kirchnerismo, sino que más bien mantendrá el rumbo que ya venía implementando el gobierno en ese sentido y por sobre todo preservar el acuerdo de ajuste que se impuso tras la firma del acuerdo con el FMI.
De esta forma, en medio de una corrida cambiaria sin ningún tipo de control y con un futuro económico de mayor inflación y la exigencia de una devaluación por parte de los sectores concentrados, el gobierno cambia de nombre en la economía pero no de política.
El cambio parece requerir otras medidas, como viene sosteniendo el MST en el FIT-U, y que comienzan con dejar sin efecto el acuerdo firmado con el FMI y que por tal motivo invita las movilizaciones del Frente de Izquierda Unidad y actos en todo el país el próximo 9 de julio. Como analizó Alejandro Bodart: “¡Si todos estos ajustadores saludan entusiastas, agarrate los bolsillos! En otras palabras, cambian los nombres pero sigue el mismo sometimiento y la profundización de la crisis social y económica que atraviesa el país.