Después de una semana cruzada por discursos pseudo antiimperialistas de Fernández en torno al reclamo por la exclusión de Venezuela, Cuba y Nicaragua de la Cumbre de las Américas, el presidente junto a la primera dama, Cafiero y Massa arribaron a EE.UU. La primera foto de Alberto y su compañera Fabiola con Biden y su señora esposa mostró un intercambio familiar en torno a la foto del bebé Santiago. No parecía un combatiente antiimperialista plantado frente al representante del imperio. Estaría asegurada una entrevista privada con Biden para fin de julio y el FMI le regaló la aprobación de las metas del primer trimestre. A veces una foto vale más que mil discursos.
Luego de varias idas y vueltas en las posiciones de Fernández en torno a la Cumbre, luego de amagar con faltar, de armar una cumbre paralela, etc., finalmente el mandatario argentino concurre a la misma argumentando que va para defender las posiciones de la CELAC. Para compensar tantas idas y vueltas, tantos gestos de amistad con Biden, le tocó al canciller Cafiero, este miércoles, protestar contra los bloqueos y sanciones a países del continente, en referencia a Venezuela y Cuba. No mencionó a Nicaragua y cuestionó el rol de la OEA.
Eso sí, el ministro se encargó de señalar que en su mensaje Fernández “será la voz de la sensatez”. Así es el doble discurso del gobierno, como a Ícaro, cuando se acercó al sol (EE.UU.), se le derriten las alas.
La aprobación del FMI de las metas del tercer trimestre
En forma simultánea a la presencia de la delegación argentina en Los Ángeles, los técnicos del FMI aprobaron la auditoría sobre el acuerdo por 30 meses recientemente firmado con nuestro país. Falta ahora la aprobación del directorio del organismo en las próximas semanas, algo que se descuenta luego del visto bueno del staff técnico.
Así lo anunció la directora del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Julie Kozack: “El staff del FMI y las autoridades argentinas alcanzaron un acuerdo (Staff Level Agreement) sobre el marco macroeconómico actualizado, y las políticas necesarias vinculadas para completar la primera revisión del Acuerdo de Facilidades Extendidas”.
Entre los considerandos de los funcionarios del Fondo, se admite que las metas del segundo trimestre pueden no cumplirse debido a las consecuencias sobre la economía del país que trae el aumento de las materias primas causada por la guerra en Ucrania. También por la necesidad de asistir a los sectores de bajos recursos en el medio de un rebrote inflacionario que los voceros del Fondo justifican por el incremento de la inflación en el mundo.
Durante los días pasados hubo todo tipo de especulaciones y disputas en torno al incumplimiento de las metas pautadas con el Fondo, entre ellas la acumulación de reservas y la pobre recaudación de dólares en épocas de importante entrada de divisas por la liquidación de la cosecha gruesa a precios récords en el mercado mundial.
El comunicado del Fondo es un claro respaldo a la gestión de Fernández y Guzmán, por parte de este organismo y también de la administración norteamericana, clave en sus decisiones. Eso sí, la dispensa al cumplimiento de las metas en el trimestre que transitamos viene acompañada por la exigencia del cumplimiento estricto de esas metas en forma anual. O sea, se reclama la reducción del déficit fiscal al 2,5% del PBI, que la emisión monetaria no supere el 1% del producto y se acumulen reservas por U$S 5.800 millones.
Para ello, las autoridades del Fondo ratificaron que es necesario “tomar medidas para movilizar financiamiento neto en pesos domésticos y mejorar la transmisión de la política monetaria”, lo que significa seguir subiendo las tasas de interés para que sean positivas, con lo cual se va a encarecer el crédito y, como señalan muchos economistas, se va a deprimir el nivel de actividad en la segunda parte del año. Además, el reclamo de “mejorar el cumplimiento del sistema tributario”, en una economía con un sistema impositivo regresivo como el de la Argentina, que el FMI no cuestiona, va a seguir castigando a la mayoría de la población.
Otro de los pedidos fue “fortalecer el marco ALD/CFT” que es un mecanismo “anti lavado” recomendado por la GAFI que, con la excusa de perseguir al terrorismo, constituye un verdadero monitoreo de las agencias imperiales sobre las economías dependientes. Alberto ya envió en los días pasados un proyecto al Parlamento para adecuar la legislación argentina a estas exigencias.
Finalmente, estuvo también la recomendación de “fomentar la inversión en sectores estratégicos”. O sea, que escándalos de corrupción y sobreprecios con las multinacionales, como el que destapó el renunciado Kulfas en torno a la elección de Tenaris para construir los caños del gasoducto, seguirán siendo moneda cotidiana.
Imaginate si para cumplir con los acuerdos con el FMI tenemos que soportar una inflación de alrededor del 70% anual que se devora los ingresos populares, mientras los empresarios como Braun, dueño de la cadena de supermercados La Anónima, remarcan todos los días, todos los ajustes y tarifazos que se vienen para cumplir las metas que el FMI pactó con el gobierno argentino.
Acá mueren todos los relatos antiimperialistas. Sólo queda un anti imperialismo de cartón pintado al que el gobierno del Frente de Todos nos tiene acostumbrados. Hasta ahora, sobre estas exigencias del FMI para que cumplamos las “metas”, Cristina no ha mencionado nada.