Hoy, 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Ambiente. Esta fecha fijada oficialmente por la ONU en 1979 es utilizada por el capitalismo para desviar la discusión frente a la lucha del activismo ambiental.
La crisis climática en curso ya está mostrando cómo afecta a las mayorías sociales de todo el mundo. Negar el cambio climático sólo queda reducido a un sector reaccionario e irracional. Que niegan y niegan las luchas sociales para ocultar lo que son: una casta privilegiada incuestionable defensora del sistema.
Del lado del activismo, de los millones en el mundo preocupados por esta situación de colapso, hay diversidad de voces respecto a quienes son los responsables y cómo salvar al planeta. El capitalismo, como todo proceso de lucha progresivo intenta hacerse carne de esas banderas mandando falsas soluciones y así como declaró este día a través de la ONU, difunde día a día falsas ideas de que hay posibilidades de salir de la crisis estando en el marco del sistema.
Nosotros, estamos convencidos de que quienes son parte del problema, no pueden ser la solución. Tomando a Marx y a lo que ya nos anticipó: el capital agota a dos fuentes fundamentales de la riqueza social, la fuerza humana y la naturaleza. Por ende, es el sistema capitalista y su forma de producción los responsables de la catástrofe climática mundial que mercantiliza todo. Desde el agua hasta las montañas o desde las viviendas hasta los alimentos. Así, el acceso a lo básico en muchos casos termina siendo un sueño imposible de cumplir.
El reflejo de la crisis actual es la profundización de la calidad de vida de millones: altas tasas de desempleo y trabajo precario, inmigración forzada, aumento de la violencia machista. Pasamos del peligro del retorno de nuevas pandemias, problema que parecía de sociedades más rudimentarias a transformarse en un hecho. La destrucción de ecosistemas enteros fue la cocina perfecta para la propagación del COVID. A esto se suma una expresión aún más profunda de la crisis actual: el aumento de tensión entre imperialismos que llevó a la invasión a Ucrania del imperialismo ruso y con eso el aumento de las armamentístico de las principales potencias. Aumentando la petro-dependencia, el alza de alimentos y energía.
Alertas
Científicos y especialistas de todo el planeta arrojan datos claros de la crisis climática que se viene incubando hace años y la necesidad de tomar medidas drásticas para frenar el colapso:
● En 2017, dos equipos diferentes de glaciólogos americanos especialistas en Antártida llegaron a la misma conclusión: por el calentamiento global, una parte del casco glaciar comenzó a derretirse a un nivel irreversible. Esto lleva al crecimiento oceánico generando serios problemas de inundaciones en distintas regiones del mundo.
● En 2021, un grupo de diecisiete científicos de distintas universidades – de Stanford, Finders y de California- escribió un informe que alerta que si se subestiman los desafíos ambientales se estará yendo a un futuro espantoso para la humanidad. Afirmaron entre otras cosas que las amenazas a la biósfera y a la vida como la vivimos es difícil de entender incluso para expertos.
● Este año, el IPCC -Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático- publicó en su informe de forma clara la necesidad de tomar medidas concretas: El pìco de emisiones debe controlarse en un plazo de tres años para mantenerse dentro del umbral “sostenible” de 1,5ºC de calentamiento. El abandono del carbón es necesario de aquí al 2050, y el mundo debe renunciar en un 60% del petróleo y en un 70% del gas como mínimo.
Transitamos por semejante drama socioambiental que hasta organismos defensores de este sistema han desarrollado pruebas y estudios científicos inobjetables e inocultables de las consecuencias a las que nos está condenando este modelo de hiper producción y consumo.
¡Urgente! Transformar todo
Si volvemos a Marx, analizar el mundo no es un fin en sí mismo, sino que de lo que se trata es de transformarlo. Somos categóricos en plantear que las consecuencias actuales son producto del sistema capitalista. A lo largo de los años la idea del Capitalismo Verde y sus variantes intentan convencer que con algunas medidas podemos revertir la crisis pero la experiencia deja claro que no es así. Declaraciones por acá, anuncios de distintos gobiernos terminan siendo parches o simplemente discursos para confundir como pasa por ejemplo en Argentina con el Frente de Todos. Donde tenemos un gobierno ecocida al palo, pero con el Ministerio de Ambiente o con organizaciones como Jóvenes por el Clima se hacen un lavado de cara profundizando el extractivismo para pagarle al FMI, capitán del barco de los expropiadores de riquezas.
Con la Red Ecosocialista, lo dijimos en nuestra declaración “Colapso climático. Salvemos al planeta”, nuestra generación tiene una tarea por ser presente: “No podemos esperar hasta el día en que el mundo se transforme, el capitalismo ecocida no se va a caer solo, tenemos que empezar a partir de ahora, ya, porque no nos queda más tiempo, porque la paciencia se agota, porque las masas oprimidas por el yugo del capital están haciendo rebeliones en el mundo y urge unir internacionalmente la pelea de todos los pueblos. Chile, Colombia, Ecuador, Puerto Rico, Perú, la resistencia de la heroica clase obrera Ucraniana que resiste y obstaculiza los planes imperialista rusos.
El Ecosocialismo es una estrategia revolucionaria de convergencia con los trabajadores, con las luchas sociales, de género, anticolonialistas, antirracistas contra el enemigo común el capitalismo. El Ecosocialismo también es una crítica al productivismo de izquierda que llevó adelante la URSS y que lamentablemente corrientes dogmáticas de izquierda continúan con ese mandato.”
Bajo esta premisa, planteamos fortalecer la organización revolucionaria, internacionalista y ecosocialista para cambiarlo todo.