Hace un año atrás, el presidente Fernández visitó la provincia tras el terremoto. Con bombos y platillos había anunciado la construcción de nuevas viviendas a quienes lo habían perdido todo. Hoy, 365 días después, esas promesas aún no son cumplidas. Muchas familias siguen viviendo en condiciones muy precarias, en módulos habitacionales de pequeñas dimensiones, con poca ventilación y sin baños. Increíblemente, como resultado de las protestas de las familias afectadas, algunos vecinos recibieron baños químicos, palos y nylon. Sin embargo, hay varios sectores de los damnificados que no recibieron ningún tipo de ayuda, ni del gobierno nacional ni provincial.
La presencia de Fernández tuvo un frío acompañamiento de la población y de la militancia de un FdT, que en la provincia tiene cada día más grietas. Con un sobrevuelo en helicóptero sobre las zonas afectadas por el terremoto y una presentación de proyectos en el Centro Cívico, la fugaz visita del presidente fue muy diferente a la de hace un año atrás.
Energía renovable y negocio capitalista
El principal anuncio que realizó Fernández en su visita a San Juan fue la creación del Clúster Renovable Nacional. Un organismo público-privado, del que participan seis provincias: San Juan, Mendoza, Río Negro, Neuquén, Catamarca y La Rioja. El objetivo es construir un parque fotovoltaico y eólico que genere energía para todo el país, para luego venderla mediante una concesión privada. Esta primera etapa de la construcción del parque estaría a cargo de la empresa estatal EPSE y la empresa privada IMPSA.
Como ya ocurrió en otras ocasiones, en la presentación del proyecto, tanto el presidente como el gobernador Uñac utilizaron expresiones tales como: “lograremos la soberanía energética con producción nacional”, “de esta forma buscaremos disminuir la producción de dióxido de carbono y, por ende, el calentamiento global”, o “minería armoniosa con el medio ambiente”. Estas expresiones pretenden llegar a un público impactado por las recientes movilizaciones ambientales del pueblo de Chubut y de la costa atlántica, por las que el ejecutivo encontró un masivo rechazo social a los proyectos de megaminería y exploración sísmica submarina, por contaminar el medio ambiente y por ende estar lejos de ser un factor de crecimiento económico.
Energías Renovables para las necesidades sociales
En la provincia hace varios años que con la promesa de repunte económico hay megamineria, pero sin embargo los departamentos mineros como toda la provincia están empobrecidos. Con un nivel de salarios bajos, mucha flexibilización laboral y una salud y educación con bajos presupuestos. O sea, de repunte económico para la provincia, cero. Es evidente que, con el proyecto presentado de Clúster Renovable Nacional, la soberanía energética ha sido un propósito no estipulado por este gobierno. Mientras su objetivo sea generar energías renovables para garantizar la ganancia privada, no puede haber soberanía energética, ya que el Estado tendrá un peso importante en la inversión y construcción del parque eólico y fotovoltaico, pero desde ahora se plantea que la venta y acumulación de las ganancias será concesionado, o sea el Estado pone la plata y las empresas privadas acumulan las ganancias. Tampoco influirá sobre la baja de los niveles de calentamiento global mientras siga funcionando la industria megaminera.
Por último, para cambiar realmente la matriz energética en la provincia, con estas medidas no alcanzan. El Estado tiene que garantizar la producción de energía con fuentes renovables y poder distribuirla a bajo costo a toda la población. Es preciso y urgente terminar con el negociado de la empresa Energía SJ, que ofrece un servicio caro y sin inversión, el cual no resistió las promesas de no cortes del gobernador durante la ola de calor, dejando a miles de usuarios sin luz durante más de tres días. Hay que avanzar en la estatización del servicio y que el mismo tenga control de sus trabajadores y usuarios.