Como pasó con el asesinato de Lucas González por la Policía de la Ciudad, en Barracas, en la madrugada del domingo 21N, un operativo policial sobre una fiesta en Loma Verde, Escobar, por denuncias de ruidos molestos, terminó con once pibes heridos.
La investigación sobre el “exceso en el uso de la fuerza” que dejó 11 heridos y 40 cartuchos de balas de goma en la zona la realiza la fiscalía de delitos complejos de Zárate-Campana, a cargo del fiscal Martín Zocca. También interviene Asuntos Internos de la Bonaerense. El fiscal ordenó que retenerles a los policías sus once escopetas Ithaca para analizarlas y confirmar si las usaron ese domingo en Escobar.
La Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense denunció un “exceso en medios empleados en procedimiento policial”. Por eso se inició un sumario interno y la auditora a cargo del expediente está analizando los dispositivos AVL de los patrulleros para determinar cuándo intervino cada uno.
Brutalidad policial
Paula Palacios, la dueña de casa y madre de uno de los heridos, afirmó a Télam que los policías entraron disparando a mansalva e hirieron a 11 adolescentes. Uno de ellos recibió ocho disparos en la nuca y otro tiene comprometida la vista de un ojo. Ante el pedido de llevar a los heridos a un hospital porque sangraban mucho, una mujer policía respondió que ellos no se harían cargo.
Joaquín González, el adolescente de 18 años que recibió el disparo en el ojo derecho, detalló: “Me tiró de frente, a unos seis metros de distancia, sin dar la voz de alto ni nada. Sentí el impacto de una, fueron segundos. Me metí a la casa agarrándome la cara, porque me sangraba mucho. Me fui hasta el fondo y ahí me encontré con dos oficiales, que me pidieron que me tire al piso. Yo lo hice, pero igualmente me seguían gritando y diciendo de todo. Yo les pedía por favor que llamen una ambulancia, que estaba perdiendo mucha sangre, y uno de ellos me pateó la cabeza y me dijo que me calle la boca. Después vino otro y me pateó también”[1].
Las balas que vos tiraste van a volver
Hace unos días falleció Elías Garay, un joven mapuche, asesinado por sicarios con complicidad de gendarmes y policías. También Lucas González, a manos de la policía porteña. No son casos aislados, “manzanas podridas” ni locos sueltos: cada implicado en estos hechos y tantos otros de gatillo fácil es parte de un accionar sistemático de las fuerzas represivas para disciplinar a les jóvenes y los reclamos sociales.
Esta represión es alentada por discursos manoduristas como los de Patricia Bullrich, Milei y Espert o incluso referentes del Frente de Todos, como Berni. No es tan gruesa la grieta o directamente no existe. En el camino de desmantelar todo el aparato represivo, tenemos que seguir exigiendo justicia por Lucas, Elías y todos los casos de gatillo fácil como así también las víctimas de violencia policial para que estos hechos no ocurran nunca más.
Iara Saldungaray
[1] Diario El Día, de Escobar.