Esgrimiendo un discurso en el que critica a Macri, el FMI, la especulación financiera y un mundo dominado por las potencias ricas y lleno de pobres, el “gran logro” de Fernández, según afirma el canciller Santiago Cafiero, es que el G20 se pronunciará contra las sobretasas que nos cobra el Fondo. El Papa no lo recibió y tampoco Biden le otorgó una reunión, apenas unas palabras amables y una foto de compromiso. Horas después, su reunión con Georgieva, fue calificada por ambos, como un buen encuentro, al servicio de pagar la deuda.
Precedido por el ministro Guzmán, quien tuvo una cita previa con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, Alberto Fernández arribó este sábado 30 a Roma para asistir a la reunión de presidentes de la Cumbre italiana del G20.
Esta vez, en su discurso Fernández no habló de que no se iba a “arrodillar” frente al Fondo. Mucho menos de que no iba a pagar “con el hambre del pueblo”. Sus primeras palabras frente a los presidentes de las potencias que dominan el mundo, en relación a la deuda de 44.800 millones de dólares que contrajo con el organismo nuestro país, fueron: “son tan responsables los que se endeudaron sin atender las ruinosas consecuencias sobrevinientes, como los que dieron esos recursos para financiar la fuga de divisas en una economía desquiciada”. Se refería así al gobierno de Macri y a los funcionarios del Fondo que, “para favorecer a un gobierno” , han generado una deuda “única en la historia por su monto y por sus condiciones de repago”, que “acaba condenando a generaciones que miran impávida el destino que le ha sido impuesto”.
Después de semejante declaración hablando de la miseria y el hambre que trae este fraude a nuestro pueblo, se esperaría que se fuera a negar a pagar, a “defender la soberanía”, como está de moda en el discurso oficial en épocas de discursos de campaña electoral. Sin embargo, prefirió tranquilizar a sus interlocutores, los dueños del mundo, que nos imponen a los trabajadores y los pueblos estas estafas.
Continuó: “Que nadie se confunda. No vengo a renegar del capitalismo. Vengo a alzar mi voz contra los que han sometido al capitalismo de la producción y el trabajo a la lógica de la especulación financiera. La ética social debe darle contenido a la economía. El G20 debe involucrarse en esa tarea sabiendo que tanta injusticia social rodea nuestras vidas”.
¿Qué es lo que buscaba?
Que el documento final de la Cumbre mencionara las sobretasas que cobra el FMI. El Fondo nos cobra 3 puntos más de sobretasa, en total 4%, por superar los montos admitidos por los estatutos del organismo. Son alrededor de 900 millones de dólares extras anuales. Según Santiago Cafiero esto se habría logrado. En realidad, la Cumbre no haría sino replicar la resolución que ya tomó en este sentido la reunión de ministros de Finanzas del G20. La utilidad de esta declaración sería presionar sobre la futura reunión del board del FMI (1) en la que se trataría este reclamo. Lamentablemente las potencias que dominan el organismo, EEUU, Japón y Alemania, ya se han pronunciado en contra del pedido del gobierno argentino.
En las distintas reuniones bilaterales realizadas por Fernández y sus funcionarios, tantearon también otros objetivos como estirar los plazos de repago, ya que el FMI sólo contempla el Stand By actual o el acuerdo de Facilidades Extendidas a 10 años con cuatro de gracia, que hacen de las cuotas algo prácticamente imposible de pagar. En ese sentido nuestro gobierno está planteando una tercera línea de resilencia a la Pandemia, a la cual se podrían destinar los DEGs (Derechos Especiales de Giro) no utilizados por las grandes potencias. Algo que aparece todavía más lejos que la eliminación de las sobretasas y que en el mejor de los casos, constituiría más deuda y mayores condicionamientos para pagar una ya impagable estafa.
Otro que moderó su discurso fue Máximo Kirchner, que en vez de hablar “de que cada dólar que se destina a pagar deuda es un dólar menos para el pueblo”, ahora habla de lograr “un cambio de mirada del Fondo Monetario”. Reclama más plazo para pagar y crítica que se apeguen tanto a los estatutos del FMI, cuando no respetaron sus estatutos a la hora de endeudarnos.
Plantea que nos dejen crecer para poder pagarles, justamente cuando en este mundo dominado “por la lógica de la especulación financiera”, como señaló el presidente en su discurso, a los usureros internacionales lo único que les interesa es cobrar, o mejor dicho, que nos sigamos endeudando cada vez más, para quedarse en el camino cada vez con más riquezas naturales del país y la mayor tajada de la explotación de sus trabajadores.
La reunión con Georgieva, “un buen encuentro”
Así fue calificada por ambas partes la reunión realizada en la sede de la Embajada de la Argentina en Roma. Junto a Fernández asistieron el canciller Cafiero, el ministro de economía Guzmán y el secretario Béliz, mientras que de la delegación del FMI que acompañó a Georgieva, participaron Julie Kozack, Geoffrey Okamoto y Dominique Desrruelle. Los detalles de lo conversado en el encuentro no se conocen, salvo que en paralelo se reunían los equipos técnicos del gobierno y el FMI, encabezados por Guzmán y la subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Julie Kozack, respectivamente.
En torno a las posibilidades de que las grandes potencias accedan a los reclamos del gobierno argentino, las impresiones de los analistas son pesimistas, contradiciendo el optimismo que muestran los funcionarios argentinos en sus declaraciones. Algunos señalan que el poder de concesiones de Georgieva se ha achicado mucho luego de las denuncias que la involucran en falsear datos para favorecer posiciones de China, otros hacen hincapié en las enormes dificultades de la economía mundial imperialista en el proceso de salir de la pandemia, con una inflación histórica que va a obligar a subir las tasas de interés, en perjuicio de las economías de los países pobres y emergentes.
En ese sentido, el impuesto del 15% a las ganancias de las multinacionales en todos los países del mundo, realizado con el argumento de evitar que estas migren sus domicilios fiscales a países con menos impuestos para evadir sus obligaciones, beneficiará centralmente a las grandes potencias en que están asentadas estos monopolios, que ya tributan impuestos superiores a esta modesta tasa.
¿Cambiar la mirada del FMI o enfrentarlo con la movilización y el no pago de las deudas externas?
Esta cumbre del G20 –la primera presencial desde la irrupción de la pandemia-, reflejó la crisis en la que está metido el sistema imperialista. No asistieron, en forma presencial a la misma, ni el presidente de China Xi Jiamping, ni el mandatario ruso Vladimir Putin.
Los objetivos de reducción de emisiones para combatir el cambio climático, retrocedieron frente a compromisos anteriores, justamente cuando las emisiones de CO2 tienen un récord histórico, marcando un muy mal precedente para la próxima cumbre de Glasgow de las Naciones Unidas. La asistencia a los países pobres con suficientes vacunas para combatir el Covid está en duda, más allá de la insuficiente donación de vacunas, cuando no se cumplen los compromisos de asistencia financiera a los sistemas de salud, en los cuales pueden entrar vacunas, pero no tener los profesionales capaces de administrarlas.
Algunos especialistas especulan con que el acuerdo con el Fondo estaría estancado por la campaña electoral argentina, la que le impediría hacer público al gobierno un programa completo, por las terribles privaciones y ajustes que el acuerdo de Facilidades Extendidas significará para el país. El FMI llevó al G20 un documento en el cual insiste en sus recetas clásicas: flexibilidad laboral, ajuste del gasto social del Estado, liberación de las regulaciones que protegen las economías de la especulación financiera y las protecciones comerciales, etc., etc.
Incluso, en su editorial del 28/10 en Clarín, Marcelo Bonelli especula con que “el relato contra el FMI –de Guzmán y de Alberto– forma parte de una estrategia política: aparecer duros ahora para preparar una negociación en diciembre con Washington. Entre los hombres de negocios de Wall Street se insiste en que la inflexibilidad es una ficción pactada con Kristalina Georgieva.”
Otros suman a estos argumentos, que el Fondo exige un ajuste mucho más profundo que el que Guzmán viene realizando bajando las jubilaciones, salarios estatales, asistencia social y presupuestos de salud, durante este año y el imperialismo yanqui, por la boca del futuro embajador de EEUU en nuestro país, Marc Stanley, está apurando la presentación de un programa para pagar la enorme deuda que tenemos con el Fondo Monetario.
Lo cierto es que las recetas del FMI están generando planes de ajuste que son resistidos por los pueblos, como las luchas del pueblo ecuatoriano contra los ajustes impuestos por el gobierno de Lazo, que acaba de aumentar los combustibles, para cumplir con el Fondo. Cada vez más, la lucha por el desconocimiento de la deuda externa y las exigencias del FMI, va extenderse a más pueblos y países pobres.
Los defensores de esta “soberanía” de pico, candidatos y funcionarios del Frente de Todos en esta campaña electoral, que le pagaron al FMI durante este 2021 casi 5.000 millones de dólares que tendrían que ser destinados a enfrentar la “catástrofe social”, nos están encaminando ahora a un nuevo acuerdo con el fondo y a más ajuste.
Desde el MST en el FITU, denunciamos ese rumbo de entrega. Y llamamos a la más amplia movilización para enfrentar al Fondo, el acuerdo que está negociando el gobierno y el pago de la fraudulenta deuda a costa del hambre de nuestro pueblo.
Por eso, el próximo jueves 4 de noviembre, te invitamos a marchar con la Autoconvocatoria por la suspensión del pago y la investigación de la deuda, en Buenos Aires y en todo el país. La cita en CABA es a las 11 hs. en el Obelisco para marchar a la Plaza de Mayo. ¡Te esperamos!
(1) El Board del FMI es el directorio de ese organismo. Para cambiar los estatutos del FMI, condición necesaria para que tengan salida los reclamos del gobierno argentino, hacen falta el 85% de los votos. EEUU posee el 16,75% de los votos, por los que tiene la capacidad de bloquear cualquier iniciativa en este sentido. Otros países ponen distintos porcentajes de votos como Japón (6,23%), Alemania (5,81%), Francia (4,29%), y Gran Bretaña (4,29%), entre los más importantes. La Argentina tiene 0,67%.