El 6 de octubre la CICOP -el gremio representativo de los profesionales de la salud bonaerense- realizó un parazo y una caravana en La Plata. Se inició un plan de lucha rechazando la miseria salarial y reclamando por el reconocimiento pleno del equipo de salud.
Los reclamos fueron puestos en la mesa paritaria y en las calles. Recomposición salarial, ingreso de todos los interinos prolongados y personal precarizado, pase pleno a la carrera profesional de las licenciadas en enfermería y otras profesiones, licencias ordinarias sin restricciones y defensa de los derechos previsionales exigiendo la aplicación del decreto 585/15 (firmado por Scioli) de desgaste profesional que nunca se ejecutó, aunque este decreto sigue vigente. La agenda votada por el Congreso Provincial incluye además los reclamos de las/los residentes por su reconocimiento como trabajadorxs y el derecho a discutir democráticamente su nuevo reglamento y la exigencia de una partida presupuestaria de emergencia.
La contundencia del paro y el éxito de la caravana forzó al gobierno provincial a reconvocar la paritaria que había empezado el 29/9 con una propuesta salarial (45%) que fue rechazada de plano por los paritarios, rechazo ratificado por el Congreso quien votó un plan de lucha. Pese a mejorar la oferta, la disposición a la lucha marcha la posibilidad de avanzar más.
Más allá de la pandemia
Este plan de lucha es consecuencia del agravamiento de la crisis económica provincial y de un progresivo deterioro del salario y las condiciones laborales de los trabajadores de la salud. La pandemia agravó los problemas estructurales de la salud bonaerense: a los bajos salarios se sumó, desde el inicio de la gestión de Kicillof y el ex ministro de salud Gollán, la declaración de emergencia sanitaria, dejando gran parte del personal con licencia por factores de riesgo, lo que empeoró la falta de personal -anteriormente profundizada por Vidal- y achicó la planta hospitalaria. Los hospitales quedaron diezmados y solo se compensó este déficit con el nombramiento de los residentes egresados en octubre del 2020. La prolongación de las residencias hasta octubre intentó paliar la situación, pero fue insuficiente. Los casos de Covid entre los trabajadores de la salud fueron muchos hasta la llegada de la vacuna y esto empeoró ese déficit. Por otra parte, creció la precarización laboral en los centros municipales y con becas (emergencia COVID) en el ámbito provincial con promesas de nombramientos que todavía no llegan. La provisión de EPP, los comités de crisis, los refuerzos presupuestarios, las inyecciones de insumos… Si bien insuficientes, fueron logros de los tenaces reclamos del equipo de salud. Si el sistema en la provincia no llegó al colapso completo, no fue por las políticas sanitarias y prematuramente aperturista de Kicillof, sino por el esfuerzo en la primera línea y en la lucha del equipo de salud. Por eso ahora no hay excusas. Es la hora que llegue el reconocimiento.
La verdadera cara de la crisis
En la provincia sobra pobreza. Y sobre todo infantil que alcanza al 74% de los niños bonaerenses. Pero lejos de traer las prometidas mejoras, tras el desastre de Vidal, la crisis social y económica se profundizó.
Si alguien pensaba que con Kicillof se iba a fortalecer el sistema sanitario ocurrió exactamente lo contrario: bajó el presupuesto de salud respecto de 2019 en términos proporcionales (pasó de 5,5% a 6,15% o sea +11,8% contra una inflación interanual del 36,1%).
Por otra parte, la situación epidemiológica fue compleja: 2,06 millones de casos confirmados y 54.856 fallecidos (47% de todo el país). A la fecha es la provincia más afectada por la pandemia y la vacunación alcanza a 9 millones con las dos dosis o sea 48% de total de la población, a pesar que el laboratorio Sigmar de Garín produce 100 millones de dosis por año que se exportan.
El gobierno usa la pandemia como excusa para explicar la crisis social, económica y sanitaria. Pero mientras niega aumento salarial a los trabajadores de salud avanza en sus acuerdos con el FMI. Dice que no tiene dinero para mejorar el sistema de salud, las condiciones laborales de los trabajadores sanitarios y la planta de los hospitales. Pero miente porque abrió las exportaciones de carne y creció la recaudación por la producción agrícola. Además, hay mayor recaudación impositiva y eso genera un mayor colchón monetario. Solo que ese dinero no esta destinado a los trabajadores: se lo llevan los ricos, los bancos, los usureros externos y el FMI.
Plata hay, pero no se destina a salud. Kicillof ya firmó el acuerdo que incluye un pago de U$S 1.800 millones al organismo internacional. La solución no es seguir pagando la deuda externa. Con ese dinero se podrían duplicar los presupuestos de salud, desarrollo social y ciencia y tecnología, justamente los necesarios para combatir la pandemia y la miseria social. Criticaron a Vidal que aumentó el endeudamiento que venía de los gobiernos anteriores, pero reconocieron y pagan toda esa deuda fraudulenta.
Hay otra salida
Desde el gobierno propagandizan el «sistema integrado de salud» como salida a la situación sanitaria, pero esto no pasa de ser publicidad electoral. En lo cotidiano siguen dando más poder a las obras sociales manejadas por la burocracia y a los sanatorios privados para que usen recursos del estado en detrimento de la población sin recursos. Desde CICOP venimos reclamando desde hace mucho un sistema único. Y desde Alternativa Salud-MST proponemos algo muy distinto a lo que hace el gobierno: un verdadero Sistema Único de Salud que destine un shock de oferta de recursos del Estado a los hospitales, un aumento cualitativo de presupuesto y poner a clínicas y sanatorios al servicio de las necesidades de salud de la población, declarándolas de utilidad pública y procediendo a su expropiación, que posibilite una verdadera «integración».
Por supuesto que el otro eje de ese sistema debe ser una carrera única que reconozca plenamente laboral, profesional y salarialmente a todo el equipo de salud de la provincia, los municipios y efectores nacionales como el Hospital Posadas.
Dejando de pagar la fraudulenta deuda externa y con un impuesto progresivo a las fortunas para que paguen más los que más tienen, los ricos y grandes empresarios, se puede poner en marcha un sistema sanitario para todos. Si se sigue pagando y no se invierte en salud habrá cada vez más miseria, desnutrición infantil y enfermedad. Y salud será para unos pocos. Solo el 1%.
La lucha continúa
En la provincia los profesionales, hoy representados por CICOP, conquistamos en 1987 la ley 10.471. Pese a que es perfectible, fue un gran avance en la conquista de derechos que tenemos que defender y profundizar.
Logramos la incorporación a la carrera de la mayoría de las profesiones incluyendo las licenciadas en enfermería. Ahora vamos por su reconocimiento pleno y la incorporación de quienes restan. Con nombramientos de miles de profesionales y trabajadores se pueden lograr hospitales más fuertes y mejores. Con residencias que tengan respetados sus derechos. Con jardines parentales en todos los hospitales para respetar el derecho de las compañeras de cuidar a sus hijxs y también con licencias para cuidadores. Que se respete el cupo trans en todos los hospitales.
Por todo esto en la provincia los trabajadores de la salud tenemos que seguir luchando y llevando adelante nuestras medidas de acción gremial.
El parazo del 6/10 nos incentiva para continuar ese camino. Siempre remarcando que es posible porque en los hospitales bonaerenses, los profesionales tienen un gremio democrático con un modelo sindical opuesto por el vértice a los gremios tradicionales que no luchan por los derechos y el salario de sus afiliados y del conjunto de los trabajadores bonaerenses. Precisamente son esos gremios, pertenecientes a la CGT y a las CTAs, los que han firmado la paritaria estatal convalidando el salario insuficiente y en cuotas, con el que se llegaría recién en 2022 a cubrir la totalidad del aumento, cuando para las cifras oficiales la inflación interanual es superior al 57%.
El gobierno provincial hace buenas migas con los dirigentes sindicales que hacen bien los deberes. Y pretende recortar la voz de CICOP recortando la delegación paritaria del gremio largamente mayoritario, representativo y democrático. Ello fue rechazado por todos los delegados paritarios.
Estos días se llevarán a cabo asambleas en los hospitales y el Congreso decidirá rechazar o aceptar el 46,5% ofrecido por los funcionarios del gobierno. Pero hay una multitud de reclamos que tampoco son satisfechos con las actuales ofertas y ya está establecido en nuestra base y nuestros delegados que no vamos a cambiar salario por condiciones laborales. Queremos todo el paquete porque a los profesionales y trabajadores nos dicen esenciales, pero nos tratan como descartables.
Orlando Restivo, Presidente CICOP Hospital Belgrano y directivo provincial