A pocos días de la derrota electoral del peronismo del Frente de Todos en las PASO se ha producido una enorme crisis política en la coalición de gobierno. La vicepresidenta Cristina Fernández emplazó a Alberto Fernández a hacer un cambio de gabinete mientras el presidente respondió mostrándose en un acto público con algunos de los ministros cuestionados. El trasfondo de esta crisis es la enorme derrota electoral del gobierno perdiendo 5 millones de votos.
El Frente de Izquierda Unidad, que en las últimas elecciones se ha colocado como tercera fuerza política nacional de las y los trabajadores, denuncia que en esta crisis no se está discutiendo un cambio de orientación social y política, sino cuotas de poder de una y otra de las fracciones de la coalición gobernante y cambios cosméticos para intentar revertir la derrota hacia las elecciones generales del 14 de noviembre.
Todas las partes en pugna bregan por un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, lo que implicará más ajuste, miseria, dependencia y atraso para el país durante las próximas décadas. En los próximos días con el acuerdo unánime del Frente de Todos, Juntos por el Cambio y hasta Milei y Espert, la Argentina va a hacer un pago por 1.800 millones de dólares al FMI.
Quienes ahora hablan de restituir una suerte de IFE para una pequeña parte de los sectores populares como una medida cosmética electoralista de corto plazo, no sólo no mencionaron la cuestión durante la campaña hacia las PASO sino que fueron quienes votaron un presupuesto de ajuste que bajó el 53% de las partidas sociales. Quienes ahora dicen que “hay que ponerle plata en el bolsillo de la gente” fueron quienes antes del inicio de la pandemia eliminaron la movilidad jubilatoria en un año en el que las jubiladas y jubilados y quienes reciben prestaciones sociales iban a tener un incremento por arriba de la inflación y hay un enorme robo salarial en las paritarias.
La profundización de la histórica caída de los salarios de los empleados públicos no fue obra de la pandemia, sino una decisión política de este gobierno, avalado por la burocracia de UPCN y ATE. Lo mismo que un salario mínimo de indigencia, aprobado por el conjunto de las alas de la burocracia sindical. Tampoco puede responsabilizarse a la pandemia de la represión con 4000 efectivos bonaerenses con Berni a la cabeza a la lucha por tierra y vivienda en Guernica para construir un country con cancha de golf incluida.
Como hemos dicho en la campaña presidencial del 2019 y a lo largo de esta campaña 2021 totalmente incompatible la recuperación de lo perdido durante el macrismo sin dejar de pagar una deuda externa usurera, ilegítima y fraudulenta diciendo No al FMI, como sostenemos desde la izquierda.
Frente al embate de la fracción kirchnerista del gobierno y sectores afines expresada en la puesta a disposición de las renuncias de varios ministros y otros altos funcionarios, Alberto Fernández comenzó a recibir apoyos de todos los gobernadores, los mismos que le garantizaron todas y cada una de las leyes de ajuste y entrega al macrismo en el Congreso. Asimismo, recibió el apoyo de la CGT, que es cómplice directa del desplome de los salarios y de la creciente precarización laboral. De la misma manera que parte de los “movimientos sociales” oficialistas, como el Movimiento Evita que, como parte del elenco gubernamental, dejaron las calles cuando el hambre y la pobreza arrecia en todas las barriadas populares.
El ofrecimiento no desmentido del kirchnerismo a Sergio Massa del cargo de Jefe de Gabinete, y el llamado de Cristina a Guzmán, quien lleva adelante las negociaciones con el FMI, para ratificar que no pone en duda su continuidad, muestran a las claras que no hay planteado ningún giro “progre” ni “nacionalista”. Massa es el mismo que acompañó a Macri en Davos en 2016, jefe de una entonces bancada que le votó las leyes al macrismo y ahora uno de los principales interlocutores del oficialismo con la burguesía financiera de Wall Street.
El Frente de Izquierda Unidad se coloca en consonancia con las organizaciones de trabajadores, sindicatos, comisiones internas y cuerpos de delegados antiburocráticos, de autoconvocados, del movimiento piquetero independiente del gobierno, y propone un programa de lucha con una política opuesta por el vértice tanto a las del gobierno y de todas las variantes de la oposición patronal. Y señalamos la necesidad de movilizarse, pero no en defensa del gobierno, sino en apoyo a las luchas y reclamos de los sectores obreros ocupados, del movimiento piquetero independiente, de la juventud precarizada, a favor de las luchas ambientales y de género.
Aumento salarial de emergencia. Que nadie gane menos del costo de una canasta familiar y que los salarios sean indexados mensualmente según el aumento del costo de vida. (100.000 pesos). Basta de despidos. Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Reducción de la jornada laboral a seis horas, cinco días, sin reducción salarial, para repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. Ocupación de toda fábrica que cierre o despida, seguro al desocupado de 40.000 pesos, plan de obra pública y vivienda para resolver las necesidades urgentes de los barrios. Aumento inmediato de los presupuestos de salud y educación pública.
Decimos claramente que no hay que pagar la deuda externa y desconocer el acuerdo Macri-FMI, volcando esos enormes fondos a salarios, jubilaciones, trabajo, salud y educación. Y junto a este planteo señalamos que es necesario la nacionalización del sistema bancario para evitar la fuga de capitales y poner el ahorro nacional al servicio de los sectores populares. Acabar con el oligopolio privado y crear el monopolio estatal del comercio exterior, para que los exportadores no trasladen los precios internacionales al interior del país.
Contra el apoyo de la burocracia al gobierno y sus pactos con el Fondo Monetario, planteamos la ruptura de las organizaciones obreras con el gobierno. Por un plan de lucha de todo el movimiento obrero (ocupados y desocupados) para imponer una salida obrera y popular y que esta vez la crisis la paguen los que la provocaron, los capitalistas, grandes empresarios, los banqueros y terratenientes.
En este marco, luego de haber hecho una gran elección en las PASO en todo el país, llamamos a los trabajadores y al pueblo a fortalecer al Frente de Izquierda Unidad, como la única fuerza política independiente frente al gobierno y a las variantes de la oposición patronal y pelear por una salida de los trabajadores a la crisis.
FRENTE DE IZQUIERDA Y DE TRABAJADORES UNIDAD