Con la excusa de “proteger” al resto de los trabajadores, Daniel Funes de Rioja, presidente de la central empresaria, acaba de recomendar no pagarles el sueldo a los trabajadores no vacunados y a aquellos que cuenten con una primera dosis de la vacunación que no se presenten a trabajar. Aunque en estas épocas electorales el gobierno tomó distancia de este “apriete” a los trabajadores, la avanzada empresaria se apoya en resoluciones dictadas por los ministerios de Trabajo y Salud y la política de liberación de gran parte de las restricciones, con la probable circulación de la variante Delta en el horizonte.
Funes de Rioja, declaró que: “aquel que está con primera dosis ya puede ser convocado, pero se genera el problema con los que no quieren vacunarse. En ese caso nadie puede obligarlos, pero nadie puede obligar a insertarlos en un medio laboral con riesgo para otros trabajadores y sus familias. Por lo tanto, entendemos que en esos casos cesa la dispensa y cesa la remuneración”.
Según fuentes de la UIA citadas por Clarín, el objetivo de los empresarios “es cumplir con los protocolos exigiendo una dosis de vacunación, así como la garantía por parte del gobierno de que haya transporte público” . Este matutino porteño informa además que distintos empresarios ya están ejecutando estas amenazas sobre sus trabajadores y cita las palabras de un asesor de la empresa: “se les hace saber (a los trabajadores) que de persistir esa postura de no vacunarse se les quitará todos los conceptos remunerativos”. (1)
Las declaraciones de Funes de Rioja despertaron rápidamente una polémica sobre si había alguna normativa legal que avale en esa “recomendación” a las empresas. La rechazaron los abogados laboralistas, la CGT tuvo un “lapsus” de combatividad dialéctica aprovechando la bravuconada patronal, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, planteó que la vacunación no era obligatoria y que los empresarios no podían determinar cosas que corresponden a la autoridad sanitaria.
Sin embargo, existe una resolución de los ministerios de Trabajo y de Salud, la número 4, que plantea que los trabajadores con una dosis están obligados a presentarse a trabajar –en un principio incluía también a las personas de riesgo, aunque luego este aspecto de la norma fue eliminado-, además una reciente resolución del Ministerio de Transporte aumentó sustancialmente la cantidad de pasajeros que pueden viajar en el transporte público.
Mientras empresarios y el gobierno están empeñados en hacer funcionar al máximo la economía y las ganancias empresarias, y la campaña electoral del Frente de Todos intenta vender que estamos cerca del fin de la pandemia, estamos ante el peligro de la circulación comunitaria de la cepa Delta del coronavirus. Y aunque no hay confirmación científica, estudios clínicos señalan que una dosis de vacunación tiene solo un 30% de efectividad contra esta variante más agresiva. Aún en países centrales, con altos niveles de vacunación, se están produciendo nuevas restricciones ante el desarrollo de la Delta y ya se habla de la “pandemia de los no vacunados”. En EE.UU. la nueva variante esta haciendo estragos en estados como el de Florida con bajos niveles de vacunación.
Teniendo en cuenta que con la aparición de nuevas variantes más agresivas solo se consideraría inmunizada a la persona que cuenta con el esquema de vacunación completo, nuestro país sigue, pese a la falsa ilusión de vuelta rápida a la normalidad que intenta generar el gobierno, en grave riesgo. A la fecha existe más de un 40% de la población que está sin vacunar con al menos una dosis y solo alrededor del 20% tiene las dos dosis.
La amenaza de la UIA aprovecha la propaganda electoral del gobierno de rápida vuelta a la normalidad y sus medidas de flexibilización de la circulación, tanto del gobierno nacional del Frente de Todos, como del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de Juntos. Ahora el Subte pasará de 15 a 40 personas paradas permitidas, el colectivo de 10 a 20 y el tren de un pasajero por metro cuadrado a cuatro. O sea que han decretado terminar con la distancia social. Algo que en el transporte ya existía de hecho y ahora avanzan en blanquearlo.
La amenaza empresaria, más allá de que por razones electorales no sea reivindicada por gran parte de los candidatos, lo que hace es seguir con una práctica que le ha permitido violar protocolos, exponer trabajadores al contagio e incluso mandar personas contagiadas a trabajar, con un grave saldo de contagios y muertes, según han denunciado muchos sectores de los trabajadores afectados en la industria pese el silencio cómplice de muchos dirigentes sindicales y funcionarios gubernamentales.
Con el bajo nivel de vacunación existente, tampoco se puede acusar a los trabajadores no vacunados de “negarse” a ser vacunados. Incluso, si existe alguna reticencia en algún sector, no tiene tanto que ver con que exista una decidida actitud anti vacunas, sino en muchos casos con las enormes deficiencias de la campaña oficial de vacunación, y en algunos casos con la enorme confusión que sembró la derecha de Juntos contra la cuarentena y las vacunas.
En realidad lo que se persigue es desarrollar al máximo la ocupación de las plantas fabriles presionando sobre el conjunto, aun cuando tenga su vacunación incompleta. Los empresarios que, al principio de la pandemia eludían todos los protocolos, ahora intentan responsabilizar a los obreros de la falta de vacunación. Justamente cuando han sido los trabajadores que se encontraban en actividad, los que han exigido ser vacunados para no enfermarse o transmitir el virus a sus compañeros o familiares.
Rechazamos tanto la exposición al riesgo como la prepotencia patronal que cercena derechos. Desde el MST en el FIT Unidad rechazamos esta amenaza de grandes empresarios, que pese a la pandemia han amasado fuertes ganancias, beneficiados con fuertes subsidios estatales en 2020 y con una baja pronunciada de los salarios de los trabajadores, y ahora amenazan con el único fin de seguir ganando a costa de las salud y el riesgo de vida de los mismos. Y la implementación de protocolos en todas las empresas elaborados con participación de lxs trabajadorxs y un programa sanitario como el que venimos reclamando, que garantice la vacunación masiva.
- Diario Clarín Ed. Impresa del 12/08/2021.