En el día de ayer, 8 de julio, desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad y nuestra agrupación feminista Juntas y a la Izquierda estuvimos presentes en Ciudad Judicial para exigir una condena ejemplar y efectiva para el cura Rosa Torino, quien fue llevado a juicio el 25 de junio tras la denuncia de tres de sus víctimas, convirtiéndose en el primer caso de acusación de abuso eclesiástico que llega a juicio en la provincia.
Los testimonios de los abusos perpetrados y de como fue encubierto Torino por la Iglesia mostraron una vez más cómo actúa esta institución contra las víctimas, resguardando a curas abusadores y pedófilos. En el juicio no solo se conocieron los abusos, sino también la malversación de fondos que llevaba adelante Torino en su congregación. Por otro lado, el cura se limitó a afirmar que se trataba de “acusaciones y mentiras” sin mostrar un ápice de arrepentimiento por el daño causado a sus víctimas, algo completamente indignante.
¡Que arda el miedo y la iglesia!
Después de años una ex monja y dos ex novicios llevaron su denuncias a la justicia ordinaria, ya que las denuncias canónicas que realizaron junto a otras 30 víctimas de Torino fueron tomadas en cuenta en una tardía investigación del Vaticano con el Papa Francisco al frente que solamente derivó en el cierre del instituto religioso Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, fundado en 1986 por el sacerdote.
Con la valentía de los sobrevivientes y el apoyo en unidad de organizaciones políticas de la izquierda, la Campaña por la separación de la Iglesia del Estado de la que somos parte y el ILEC se logró que este cura abusador fuera condenado a 12 años de prisión efectiva, siendo alojado en el Servicio de Sanidad de la Unidad Carcelaria N° 1 del Servicio Penitenciario.
Aunque la fiscalía pidió 22 años y no se podrán cambiar los abusos cometidos, estamos frente a un gran logro producto de la unidad en la lucha. Torino es un hijo sano del patriarcado y de una institución retrógrada y misógina como es la Iglesia Católica que encubre a los curas pedófilos y abusadores.
Este juicio demuestra que el silencio ya no es regla y que el encubrimiento empieza a tambalear. Hemos avanzado un paso en la lucha que encaramos por la separación de la Iglesia del Estado, para que no se destinen más cifras millonarias al sostenimiento de la Iglesia Católica, por el cumplimento de una ESI para enseñar desde la niñez a prevenir los abusos sexuales y por conquistar un estado laico.