Reproducimos a continuación un artículo publicado en la web La Escuelita de Famaillá – Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos, enviado por el compañero Chino Moya (1).
El Chino Moya nos escribe:
Primero felicitaciones a los compañeros que editaron este video sobre la investigación de los desaparecidos hallados en el Pozo de Vargas. El número 3 de la lista que publican es Armando Archetti, filósofo santiagueño y primo de mi primera esposa, la Negrita Archetti. Están también un militante ferroviario de lo que luego sería el PCR, Ángel Manfredi, que vivía a una cuadra de mi casa y Vargas Aginase, con el cual nos encontrábamos en las asambleas y en las calles. Y muchos y muchas que seguramente conocí, pero sin saber sus nombres.
Es un material que nos recuerda las épocas más negras de la historia argentina y de la provincia de Tucumán en particular. Que relata el trabajo del grupo de científicos que ha colaborado con los militantes de Derechos Humanos, como Laura Figueroa, por ejemplo, y todos los que apoyaron esta investigación, que lucharon contra la impunidad.
Impunidad que, por otro lado, en sus diversas manifestaciones continúa. Por ejemplo, la responsabilidad civil tanto de políticos como de funcionarios en este genocidio. Acordémonos que la Escuelita de Famaillá arranca, como dice el documental, con un gobierno “democrático”. Empieza con la represión y tienen el nefasto orgullo de ser los constructores del primer campo de concentración clandestino en la escuelita de Famaillá.
Pero reitero, quedan todavía participantes activos impunes. Una gran cantidad de detenciones domiciliarias, otros que murieron en su cama, y muchos otros que siguen pululando entre nosotros, que han sorteado las investigaciones. A esos hay que agregarle la impunidad de todos aquellos dirigentes, funcionarios, diputados, etc., que dieron origen a este desastre y que permitieron la antesala de lo que vino después. No hay Videla sin estos pasos previos, que arrancaron antes del Operativo Independencia, con la Triple A. Por ejemplo, ahora en Bahía Blanca, se está haciendo después de un montón de años, un juicio por los asesinatos de la triple A.
Están los que permanecen en las penumbras y habría que desenmascararlos. Es que todavía en los partidos mayoritarios sigue habiendo funcionarios que han firmado o han apoyado el decreto que permitió el Operativo Independencia. Funcionarios y dirigentes que participaron activamente en la actividad de la triple A o del CNU.
A mí me invitaron recientemente a participar en un conversatorio, el pasado 1 de abril, recordando específicamente los desaparecidos y asesinados del Comedor Universitario. Una iniciativa que tomó José “Macho” Luna con su equipo. La parte más emotiva de este encuentro fue cuando Guadalupe Albornoz, la coordinadora, lee una lista de todos los compañeros que comían en el Comedor Universitario de la calle Muñecas y están desaparecidos. No recuerdo exactamente el número, pero eran arriba de 115 compañeros y compañeras. Una parte de ellos fueron identificados entre los desaparecidos hallados en el Pozo de Vargas.
Nosotros tuvimos dos compañeros que eran militantes del partido, que participaron de las actividades del Comedor Universitario y fueron desaparecidos por la dictadura. Se trata de Guillermo Abregú, que era graduado de la Escuela de Arte y Gabriel Agüero, que era de Humanidades. En la tristemente célebre Escuelita de Famaillá, estuvo detenido Daniel Billone junto su mujer y luego fueron liberados. Daniel fue un compañero del PRT La Verdad que, como resultado de la lucha del Tucumanazo estuvo detenido conmigo en la disposición del Poder Ejecutivo a principios de los 70 en la cárcel de Devoto.
- El compañero Chino Moya es un militante de larga trayectoria en nuestra corriente, que fue dirigente del Tucumanazo, una de las insurrecciones que, junto al Cordobazo, derrotó al gobierno militar y abrió una etapa de grandes luchas en nuestro país de los años ‘70.