Unos pocos instantes luego que el canal A24 anunciara los nuevos datos del INDEC que elevan los niveles de pobreza al 42%, el Ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, fue entrevistado en el programa de Mauro Viale.
El ministro luego de reivindicara “la gran red de contención social” que ha evitado un desastre admitió el aumento del registro anterior en un punto (del 40,9 al 42%) y señaló que hoy “hay mas changa y mas actividad económica” pero el problema “es el precio de los alimentos”. En ese sentido, incluso corrigió al periodista que le señalaba que la canasta básica para salir de la pobreza era de $ 50.854, cuando le indicó que como los datos que brindó el INDEC eran al 31 de diciembre pasado, el valor real de la canasta de pobreza de hoy es de $ 57.000 y hacen falta $ 24.000 para salir de la indigencia.
Tema por tema sus medias verdades y grandes mentiras
- Porcentaje real de pobreza
Cuando el periodista pesca que, como dice el ministro, los datos están atrasados, el índice no es del 42% sino del 43 al 45%, este buen macaneador que es Arroyo, tira la pelota afuera y sostiene que por “cuestiones técnicas” y que “en contexto de pandemia es muy difícil andar proyectando datos”.
- Aumento del precio de los alimentos
Para el ministro el aumento en el precio de los alimentos es el factor central que explica el aumento en el índice de pobreza. Interrogado sobre que se hace para frenar esta escalada, señaló la aplicación por parte de la Secretaría de Comercio del programa de “precios máximos o precios cuidados” y también el programa por el que “nosotros encaramos que el productor le venda directamente al consumidor”.
El aumento incesante de los precios por encima de los salarios, planes sociales o jubilaciones y por encima del índice inflacionario de cada mes, se ha tornado en una sangría permanente sobre los magros ingresos de la población. Sólo en febrero pasado, según publicó el Instituto Estadístico de los Trabajadores de UMET, la universidad privada que dirigía el ministro Trotta antes de asumir en Educación, “la inflación fue del 3,7% para el promedio, pero el rubro alimentos llego a 4,6 %” (1)
En el precio de la carne, para tomar un ejemplo, el gobierno sólo ha podido prorrogar por 15 días los cortes baratos (y malos) pactados con los frigoríficos. Pese a ello, el consumo sigue estancado en su mínimo histórico, aún más bajo que en la crisis del 2001/2002, y todos los analistas señalan que muy pronto se producirán nuevos aumentos como producto del “aumento de los costos”. Para tener una magnitud de los aumentos en este alimento básico, según la Cámara de Industria y Comercio de Carnes “el precio promedio de los animales comercializados en Liniers subió a un ritmo del 5,4% equivalente mensual (acumulando un alza del 157,1% entre julio de 2019 y enero de 2021)”. (2)
Mientras el gobierno, según reflejan distintos medios, sigue pidiéndole en estos días “más información” a los empresarios, que justifiquen “el aumento de los costos” que estos esgrimen… y el ministro Arroyo nos relata que los “precios cuidados” son una herramienta eficaz para frenar los aumentos…, recientes declaraciones de Fernando Sabore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires, arrojan un poco de luz sobre el tema.
Sabore respondiendo al presidente Fernández, cuando este le echó la culpa de los aumentos a… ¡los almaceneros!, señaló: “No es lo mismo lo que pago en mi comercio en Morón, que lo que paga un almacenero de Punta Alta, por decirte una ciudad. Un aceite de girasol yo lo estoy pagando de costo entre 170 y 200 pesos. Mientras que en Punta Alta se está pagando 326 pesos, nos hemos cansado de denunciar en el Gobierno los reiterados abusos en la suba de precios por parte de las empresas monopólicas”; “‘el universo de la comercialización de alimentos parece muy amplip, en realidad es muy cortito’. En ese contexto apuntó que la cadena tan solo tiene tres patas: Fabricante, Mayorista y comerciantes. ‘Si el presidente quiere saber dónde está el pícaro en esta historia, realmente es muy fácil de encontrarlo.’”
Además Sabore reveló las maniobras de las empresas para comercializar sus productos por fuera del programa Precios Máximos: “Tenemos unas galletitas de chocolate que pesaban 117 gramos y costaban un determinado precio. De repente, esas galletitas aumentaron 1 gramo y ahora pesan 118, por lo tanto ya cambió su código y subió un 20%. Con el pan lactal pasó lo mismo: La marca más conocida pasó de 600 gramos a pesar 550 y encima aumentó un 15%. Y a esto súmale que no entregan los paquetes que si están dentro de Precios Máximos, por lo cual tampoco se pueden ofrecer al público”. (3)
Pero donde Arroyo pasa de una burda mentira directamente al ridículo, es cuando sin ningún problema, nos cuenta que está tratando “que el productor le venda directamente al consumidor”. Nos relata que “una experiencia grandeee” que están haciendo es ayudar a los productores a envasar en sachets la leche que producen, luego de pausterizarla, para venderla a $ 40 el litro… Hasta ahí todo bien, gran conquista… hasta que nos cuenta que “hoy básicamente hay 1.500 litros de leche que estamos haciendo así ¡por día! en tres unidades productivas. ¡Queremos llegar a 20.000 litros…!, lo mismo estamos haciendo con el pan, lo mismo estamos haciendo con la carne.” Se imagina compañero hasta donde se puede llegar con esos litros, cuando hay millones que no pueden acceder a la leche, no hablemos a la carne o al pan… ¡una chantada!
- Transformación de planes sociales en trabajo
Frente aún aumento constante de la desocupación, con la mayoría de la economía funcionando en relación a los meses de cuarentena, Arroyo explicó a los periodistas sobre la magnitud de los planes sociales destinados a generar trabajo. Señaló que hay 850.000 personas en el programa “Potenciar trabajo”, que recibiendo la mitad del salario mínimo de $ 10.500 y que, como “se está haciendo la transformación de planes sociales a trabajo”
O sea, les paga a los beneficiarios la mitad de un sueldo mínimo ($ 10.500), que actualmente está en $ 21.600. A su vez, como señala el ministro el sueldo mínimo actual es menor que la canasta de indigencia de $ 24.000). Así, lejos de proyectar el aumento que las organizaciones sociales reclaman frente al alza constante de los precios, por esa mínima asistencia que tiene el carácter de un refuerzo en los magros ingresos de la porción más pobre de la sociedad, y por la cual deben realizar contraprestaciones sociales, Arroyo pretende que tenga un régimen laboral, como cualquier trabajador municipal o de la UOCRA ¡Ni el patrón más negrero podía imaginar semejante explotación!
- Transformar el proceso productivo
Consciente de que las “grandeees experiencias” y de que la “la gran red de contención social” que garantiza su ministerio no van a resolver el desastre, como buen mentiroso, supo matizar sus grandes logros con la verdad, una verdad de perogruyo: “la salida es el crecimiento económico y transformar el proceso en un proceso productivo”, sostuvo.
Al señalar “hay mas changa y mas actividad económica” omitió decir que esto es en referencia a los momentos más duros de la cuarentena, pero al contrario de esta omisión intencional, acompañando el derrumbe del PBI del 2020, la desocupación cerró el año pasado con un 11%, dos puntos más en un año. Los índices más altos se registraron en los partidos del conurbano bonaerense (14,1%), Gran Rosario (13,6%) y Gran Córdoba (13%). A esto hay que sumarle que la subocupación creció en un año del 13,1 al 15,1%. (4)
A este cuadro de inestabilidad laboral debemos sumarle que el trabajo en negro o cuenta propista ya superó al trabajo formal en relación de dependencia. El 30% de los trabajadores son cuenta propistas y el 23% asalariados en negro. Suman un 53 % de trabajadores informales versus un 47% de trabajadores formales. (5)
Volviendo al precio de los alimentos, en las recientes conversaciones del gobierno con los empresarios, estos justifican los aumentos en tres razones centrales: el aumento de los precios internacionales por la demanda de China, la alta capacidad “ociosa” que existe en las fábricas y el aumento de los costos de los insumos importados.
Justamente ese proceso productivo es el que hay que cambiar, en forma opuesta a lo que está haciendo el gobierno que patalea para la tribuna electoral, para luego ceder en todas las demandas empresarias.
Sobre la base de las medidas urgentes que la emergencia demanda, esto es del aumento inmediato de los salarios, planes sociales y jubilaciones al nivel de la canasta familiar y la prohibición de aumentar los precios de la misma, es necesario un cambio de 180 grados en el modelo económico.
Hay que nacionalizar el Comercio exterior para impedir el impacto de los precios internacionales en el ámbito local, descargar fuertes impuestos sobre los grandes exportadores muy superiores a las retenciones actuales, controlar la sobrefacturación de importaciones y subfacturación de exportaciones. Hay que cambiar un modelo productivo extractivo y agro exportador, por otro que ponga nuestros recursos al servicio de nuestro pueblo, reactivando la industria y la obra pública, ocupando la llamada capacidad “ociosa” con los trabajadores desocupados y reemplazando los insumos importados por los que se pueden producir en el país.
En resumen, un modelo que privilegie el bienestar de nuestro pueblo por encima del pago de la fraudulenta deuda externa. Un modelo que ni Arroyo, ni Fernández, ni Cristina sostienen y que conquistaremos luchando contra ellos, la oposición patronal de Juntos por el Cambio, los grandes empresarios y el imperialismo.
- Artículo “Carne, leche y panificados, la piedra en el zapato del plan Guzmán para bajar la inflación”, publicado por iProfesional, 10/03/2021.
- Ídem.
- Artículo “Los Almaceneros bonaerenses le respondieron a Alberto: ‘Los pícaros son los monopolios que nadie controla’”, publicadopor Lanoticia1.com, 30/03/2021.
- Datos de organismos estatales y privados reflejados en el artículo “El desempleo cerró en 11% en 2020 y alcanzó a 2,2 millones de personas”, publicados en La Nación, 25/03/2021.
- Ídem.