El sector aerocomercial fue uno de los más golpeados por la pandemia. Con vuelos suspendidos en todo el mundo vive una crisis muy profunda que mostró el costado mas insensible y miserable de algunas empresas y puso en debate que modelo hace falta para salir de esta situación.
LATAM es el ejemplo más explícito de cómo las empresas que ofrecen servicios aerocomerciales ven a los usuarios y a los trabajadores como un mero número. A pesar de haber obtenido durante los últimos tres años ganancias récord y de repartirse entre sus accionistas dividendos por 57 millones de dólares en medio de la pandemia; despidieron a más de 6 mil trabajadores de sus filiales chilena, colombiana, ecuatoriana y peruana. Muchos de ellos incluso habiendo aceptado reducciones salariales o ,como en el caso argentino, aceptando retiros voluntarios.
En nuestro país, el 17 de junio, la empresa presentó ante el Ministerio de Trabajo un Procedimiento Preventivo de Crisis y la decisión de no operar más en el país dejando a más de 3000 familias en la calle. Esta maniobra buscaba abonar el 50% de las indemnizaciones correspondientes. Si bien la empresa ya tomó la definición de irse sigue manteniendo las rutas comerciales, 12 nacionales y 4 internacionales, y planea operar desde el exterior con personal de otras filiales o con empresas tercerizadas. El gobierno debe interceder para que eso no suceda y quitarle el control de las rutas.
LATAM opera en nuestro país desde el año 2005, cuando desembarcó de la mano del gobierno de Néstor Kirchner. Era en ese entonces LAN Airlines cuyo mayor accionista era el asesino Sebastián Piñera actual presidente chileno. En 2010 se fusionó con la brasileña TAM para dar origen a LATAM, transformándose en la principal operadora aeronáutica de nuestro continente.
Si bien sus operaciones el último tiempo fueron reduciéndose debido a la aparición de las compañías low- cost en ningún momento se opusieron a la llamada “revolución de los aviones” impulsada por el macrismo. Era de esperarse, ya que Gustavo Lopetegui, quien fuera CEO de LAN por casi 10 años, ocupó el lugar de vicejefe de gabinete del gobierno de Macri.
Hasta ahora, el gobierno de Alberto Fernández, lejos de revisar los libros contables de estas empresas para constatar el nivel de crisis que dicen tener les aplicó el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), dándole subsidios millonarios, además, el ministerio de trabajo no ha sancionado a la empresa por el incumplimiento de pago en distintas ocasiones y le permitió retirar del país varias aeronaves constituyendo un principio de vaciamiento.
Desde nuestra perspectiva socialista creemos que es necesaria la nacionalización de LATAM. El Estado nacional debe tomar posesión inmediata de sus bienes, cuentas bancarias, rutas y absorber al conjunto del personal, integrándose al sistema aerocomercial público y así fortalecer a la aerolínea de bandera. Es la única posibilidad de mantener las fuentes laborales. A su vez los trabajadores, que vienen organizándose desde el anuncio de la salida del país de la empresa, deben tener un rol central en el control y la gestión de la empresa junto a comisiones de usuarios para poder mejorar el servicio y a su vez fortalecer a la línea aérea nacional ligada también a un proyecto político en favor de las mayorías sociales.