La publicación del Índice de Precios al Consumidor (IPC)[1], elaborado por el INDEC, arrojó números lejanos a la idea del gobierno de Fernández “donde el sueldo le tiene que ganar a la inflación”, ya que no se ve ningún indicio de desaceleración del proceso inflacionario. Días previos a la publicación de este estudio, las consultoras privadas ya mostraban que la medición de la inflación del mes de febrero iba a ser del 3,5%.
El IPC del mes de febrero arrojó una variación mensual del 3,6%, un descenso muy leve al 4,0% que se midió en enero y si se suman estos dos primeros meses, la inflación acumulada en este período ya llegó al 7,8%. Por otra parte, la variación interanual de febrero llegó al 40,7%, mismo porcentaje que se llegó a medir en agosto del año pasado.
El ítem Restaurantes y Hoteles es el que más aumento sufrió, llegando al 5,4%. Este aumento está relacionado con el incremento de precios en restaurantes, bares y casas de comidas. El otro ítem que encabeza la lista de aumentos es el de Transporte, el cual llegó al 4,8%, incremento relacionado directamente con las continuas subas que sufrió el precio de los combustibles.
Para resaltar son las subas que sufrió el ítem de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, donde el incremento llegó al 3,8%, superando al índice general de inflación del mes. Este comportamiento tuvo incidencia en todo el país a raíz de los aumentos en frutas; verduras, tubérculos y legumbres; aceites, grasas y mantecas; e infusiones. La leche, productos lácteos y huevos y las carnes y derivados, también sufrieron un incremento, pero menor al promedio de esta división.
Si tenemos en cuenta el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM)[2], realizado por el Banco Central, la inflación a este ritmo llegaría a finales de año al 48,1%, número muy lejano al 29% pronosticado por el ministro Guzmán.
En un contexto donde llegar a fin de mes es cada vez más difícil, es necesario políticas que resuelvan los problemas de fondo y no creer que las pantomimas discursivas del presidente o cualquier acuerdo con el sector empresario, como el de precios y salarios, sean solución al continuo ataque que sufren los bolsillos de las mayorías trabajadoras.
Para ganarle a este panorama inflacionario se necesita un aumento general de los salarios y no las migajas que ofrece el gobierno como salario mínimo. Pero para ganar esto se necesita un plan de lucha, algo que las direcciones burocráticas de la CGT y la CTA no van a hacer.
[1] https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_03_21DBEC742F63.pdf
[2] http://www.bcra.gob.ar/Pdfs/PublicacionesEstadisticas/REM210226%20Resultados%20web.pdf