lunes, 10 marzo 2025 - 01:14

8M: La Plata. Masiva movilización en defensa de los derechos conquistados

A pesar de los retrocesos y los constantes ataques del gobierno de Javier Milei, el 8 de marzo estuvo marcado por movilizaciones masivas en todo el país. En La Plata, miles de personas salieron a las calles, demostrando que los derechos conquistados con lucha no se entregarán sin resistencia.

La concentración comenzó a las 16 h en Plaza Moreno, desde donde la marcha avanzó hacia la Casa de Gobierno, en 6 y 51. Allí, organizaciones de izquierda realizaron un acto político, reafirmando la necesidad de enfrentar los ataques neoliberales y la ofensiva contra los derechos de las mujeres y de la clase trabajadora.

Tras muchos esfuerzos se logró una marcha unificada entre la Multisectorial de Mujeres y Disidencias (integrada por sectores independientes del Estado y la izquierda) junto a la Asamblea Feminista (bloque de organizaciones del peronismo y la CGT-CTA). La unidad conquistada superó la maniobra de las burócratas sindicales que intentaron taponar a la Multi al inicio de la marcha. Lamentablemente, la Marcha Mostridisidente rechazó la propuesta de una cabecera tripartita y se aisló en una pequeña convocatoria en 7 y 50.

La Multi concluyó con su acto en Casa de Gobierno, denunciando el ajuste a las trabajadoras de la educación bonaerense, entre otras reivindicaciones locales.

La marcha en La Plata mostró fuerza y determinación. Frente a un gobierno que busca desmantelar derechos históricos, la respuesta estuvo en las calles: fue en la lucha donde conquistamos cada avance, y será en la lucha donde los defenderemos.

¿Por quién marchamos?

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora no se trata de flores, descuentos en tiendas ni mensajes vacíos que exaltan la “belleza y la fuerza de la mujer”. Es un día de lucha, marcado por huelgas, protestas y resistencia contra un sistema que todavía nos explota, nos somete y nos mata.

Nuestra lucha tampoco es por todas las mujeres, porque no todas están de nuestro lado. No marchamos por las grandes ejecutivas que explotan a sus empleadas con salarios de miseria, ni por las parlamentarias y ministras que impulsan políticas de ajuste, recortan derechos y profundizan la pobreza. No luchamos por aquellas que, con sus cargos y privilegios, eligen estar del lado de la élite y en contra del pueblo trabajador.

Nuestro feminismo no es el de la cima de la pirámide, donde unas pocas acumulan riqueza mientras millones sufren la precarización de la vida. Luchamos por la mujer obrera, por la trabajadora doméstica, por la docente agotada, por la madre sola que enfrenta una jornada triple. Por las mujeres desempleadas, por las jubiladas que apenas pueden pagar sus cuentas, por las jóvenes que desde niñas son empujadas a un futuro incierto. Son ellas quienes sostienen el mundo, y por ellas marchamos.

Porque nuestra lucha no es por más mujeres en el poder si ese poder sigue al servicio de los mismos intereses. Nuestra lucha es por transformar la sociedad, para que ninguna mujer tenga que elegir entre pagar el alquiler o comer, entre soportar abusos o perder su empleo. Es por justicia, por dignidad y por un mundo donde todas puedan vivir sin miedo y sin explotación.

Marcela Gottschald

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