Luego del golpe en Diputados. El Senado discute el veto a los ATN

Luego de la contundente derrota sufrida en la Cámara de Diputados, donde la oposición logró insistir con las leyes de Emergencia Pediátrica y Financiamiento Universitario con amplias mayorías, el gobierno de Javier Milei enfrenta otro jueves negro en el Senado.

La Cámara Alta tratará el rechazo al veto presidencial de la ley que establece la distribución automática de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), una iniciativa respaldada por los 23 gobernadores y el Jefe de Gobierno porteño, que busca terminar con la discrecionalidad en el reparto de los fondos por parte del gobierno.

La sesión, iniciada a las 11 de la mañana, se desarrolla en un clima de profunda debilidad gubernamental. Los números anticipan otra derrota para el oficialismo: cuando la ley fue aprobada en julio pasado, obtuvo 56 votos a favor y apenas uno en contra, con ausencias significativas de libertarios y aliados. Para rechazar el veto se necesitarán dos tercios de los votos, un umbral que la oposición considera garantizando dado el amplio respaldo transversal que concita la iniciativa

El escenario en el Senado refleja el aislamiento político creciente que sufre Milei desde hace semanas. Ni siquiera la distribución de $12.500 millones en ATN a provincias gobernadas por aliados (Misiones, Entre Ríos, Santa Fe y Chaco) logró revertir la tendencia. Los gestos de acercamiento del nuevo ministro del Interior, Lisandro Catalán, y las reuniones de Guillermo Francos con gobernadores, resultaron insuficientes para que estos aliados actúen en función de las necesidades libertarias.

Al mismo tiempo, la estrategia intimidatoria del gobierno, que a través de su vocero Manuel Adorni amenazó con recortar planes sociales y subsidios para financiar las leyes vetadas, no hace más que echar más leña al fuego. La advertencia de que el gobierno podría desfinanciar otros sectores para cumplir con las leyes de Emergencia Pediátrica y de Financiamiento Universitario es un llamado para potenciar la contundencia que mostraron las calles el pasado miércoles.

El tratamiento de los ATN se produce en un contexto de movilización social creciente. Las masivas protestas del miércoles frente al Congreso, donde trabajadores de la salud, docentes, estudiantes, jubilados y miles de trabajadores celebraron la derrota del oficialismo en Diputados, demostraron que el descontento social transciende los recintos parlamentarios. La imagen de un gobierno acorralado tanto en las calles como en el Congreso se consolida a menos de 40 días de las elecciones legislativas de octubre.

Además del tratamiento sobre el veto a la ley de los ATN, el temario de la sesión también incluye proyectos como la “Ley Nicolás” para prevenir casos de mala praxis médica, la creación del sistema “Alerta Sofía” para localización de niños desaparecidos y el agravamiento de penas por accidentes viales bajo efectos de alcohol o drogas.

La seguidilla de derrotas legislativas (primero en Diputados, ahora probablemente en el Senado), refleja la debilidad estructural del gobierno en el Parlamento, donde ya no puede ni comprar aliados circunstanciales. La reactivación de la mesa de diálogo con gobernadores y los anuncios de inversión en obras no alcanzaron para revertir la desconfianza generada por los incumplimientos previos y la estrategia electoral de competir contra oficialismos provinciales.

La pulseada de hoy en el Senado podría escribir un nuevo episodio de crisis para el gobierno nacional, confirmando que ni los fondos discrecionales, ni las amenazas de ajuste adicional pueden solucionar su cuadro de debilidad terminal. Con el riesgo país superando los 1.200 puntos y el dólar escalando por encima de la banda de flotación superior ($1.485), las derrotas parlamentarias comienzan a tener correlato en la confianza de los mercados.

A pesar de que esta sesión pueda darle un nuevo golpe a un oficialismo cerca del knockout, las discrepancias entre gobernadores y Milei no tienen nada que ver con ningún tipo de solución para los problemas de fondo de los trabajadores. En estos casi dos años de gobierno libertario, todos los jefes provinciales, hoy ubicados como oposición, han ajustado al igual que el presidente y han aportado los votos para las leyes estructurales del programa oficialista. Sin embargo, una nueva derrota en la Cámara Alta dibuja la figura de un gobierno cada vez más acorralado y sin salidas; además, el sueño de un camino tranquilo a octubre les ha desaparecido.

Como lo explicó la calle durante la última sesión en Diputados, el descontento contra el oficialismo sigue creciendo. La complicada situación económica, los casos de corrupción, las derrotas en el Congreso y el descontento creciente que se hace eco en las calles han ubicado al gobierno a punto de caer en un precipicio. Si hoy todavía se encuentra en el poder es gracias a la inacción política y sindical de los partidos tradicionales. La ausencia de un llamado a paro general por parte de la CGT y de la CTA, y de un plan de lucha para derrotar a Milei es criminal. Este gobierno de corruptos y ajustadores ya se encuentra en sus últimos momentos. Si no ha sido eyectado de la Rosada, es porque todavía hay sectores que lo blindan para que siga haciendo el trabajo sucio; es decir, profundizar un poco más el ajuste.

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