viernes, 22 noviembre 2024 - 01:12

8 de Marzo. ¿Qué vivimos las que movemos al mundo?

Este sistema capitalista y patriarcal nos oprime por doble vía: como trabajadoras y como mujeres. La situación laboral de desigualdad en mujeres y disidencias sigue creciendo día a día, con salarios pauperizados, mayormente informales y con las tareas no remuneradas que nos quitan el doble de tiempo que a los hombres trabajadores.

Este 8M aprovechamos para analizar el informe del observatorio de Género del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Después de años de que el gobierno anunciará “el fin del patriarcado” nosotres seguimos teniendo menos ofertas laborales, más precarizadas y con peores salarios.

Condiciones de trabajo

Un primer punto a tener en cuenta es que la desocupación es 2 puntos mayor en mujeres que en varones. En mujeres jóvenes, la brecha va un 16,6% contra 14,3%. Los sectores donde más trabajamos son: Enseñanza (72,8% del sector), servicios sociales y salud (67,9%), administración del Estado (46,1%) y en casas particulares, donde representamos el 96,3%. No es casualidad que sean los trabajos más informales y peores pagos, tan solo en el tercer trimestre de 2022 la tasa de informalidad se ubicó en el 37,4%. En cuanto a la brecha salarial, se encuentra en 28%.

Un dato para tomar, y entender mejor esta realidad es, el del Impuesto a las ganancias. Solo el 23,8% de los sueldos que pagaban ganancias en el 2020 eran de mujeres, mientras que los varones representan el 72,6%. Y si bien nosotres estamos en contra de este tipo de impuesto porque el salario no es ganancia (y menos cuando la mayoría cobra por debajo de la canasta básica) nos permite seguir demostrando la desigualdad salarial que existe.

Eso que llaman amor es trabajo no pago

Si los varones hoy pueden salir a trabajar y ganarnos en la brecha, es porque siempre hay una mujer en casa que limpia, cocina y cuida. Eso necesita este sistema capitalista y patriarcal: oprimir a las mujeres para que los varones puedan trabajar más horas y estar en condiciones de hacerlo.

Siguiendo el informe del CEPA, nosotres destinamos 6 horas y media a las tareas del cuidado, en comparación con los varones que es de 3 horas y media. Y en una familia tradicional con más de cuatro personas demandantes de cuidado, nuestro trabajo se dispara a las 13 horas por día. Es decir, si tenemos un trabajo con suerte de 8 hs y tenemos hijes, nuestra hora de sueño es de… ¿3 horas? Ni dormimos.

Y le ponemos el cuerpo

Nuestra lucha para tirar este sistema patriarcal, es de clase. No queremos ser ni oprimidas por ser mujeres y disidencias, ni explotadas para llenar el bolsillo de unos pocos mientras día a día crece la pobreza. Pobreza que nos pega más duro a nosotres. Los gobiernos y este sistema necesitan la feminización de la pobreza para la acumulación de ganancia, para pagar la fraudulenta deuda al FMI. Por eso en cada 8M exigimos un paro real a los sindicatos para paralizarle la empresa a las patronales. Porque si nuestras vidas no valen, que produzcan sin nosotras.

Por eso desde Juntas y a la Izquierda y el MST en el FIT Unidad hacemos vida en los diferentes espacios gremiales y feministas que luchan por romper con estas desigualdades.

Lo hacemos con nuestres compañeres que son parte de ANCLA y Alternativa en Salud en los sindicatos de enfermería como la ALE que lucha por el pase a la carrera profesional y por un salario digno en CABA. En el Hospital Garrahan, donde encabezamos la Asociación de Profesionales y Técnicos, de la Unión de Trabajadores de la salud (UTS) de Córdoba y somos parte de la conducción de la CICOP, Buenos Aires, porque defendemos la salud pública y luchamos por mejorar las condiciones de los puestos feminizados que garantizan nuestra salud, frente a los ataques de todos los gobiernos.

Nos movilizamos con Alternativa Docente siendo parte del no inicio y luchando por mejoras en las condiciones laborales de les docentes, contra la Reforma del Estatuto y las paritarias de miseria en comodas cuotas.

Desde Alternativa Estatal nos enfrentamos a los entregadores de UPCN y de las distintas listas de ATE  oficialistas, siendo parte de la Multicolor y luchando por el pase a planta de les miles de compañeras en situación precaria en el Estado.

Con el MST Teresa Vive sostenemos la lucha de miles de compañeras por trabajo genuino, mientras somos las que le ponemos el cuerpo en los comedores y trabajo barrial para garantizar que llegue lo básico a los lugares en donde el Estado ni aparece.

Con la Red Ecosocialista por el derecho de las trabajadoras del campo, que representan 43% de la mano agrícola. Por el acceso a la tierra, para producir con agroecología y sin agrotóxicos que nos enferman y envenenan.

Tenemos tradición de lucha. Sabemos que lo conquistado lo ganamos en la calle. Y sabemos que con esa fuerza, con la que ganamos la IVE o la Ley del Cupo Laboral Trans, tenemos que tirar este capitalismo patriarcal y ecocida. Porque en las manos de este sistema, todos nuestros derechos están en riesgo. Nuestro feminismo es socialista, ecosocialista y profundamente de clase, de la clase obrera. Nuestra pelea no termina hasta que seamos las trabajadoras y trabajadores quienes tomemos las decisiones sobre nuestros cuerpos, nuestras vidas. Solo así, seremos totalmente libres.

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