jueves, 14 noviembre 2024 - 04:24

52 años del Rosariazo. Cuando obreros y estudiantes coparon las calles

El 16 de mayo de 1969 se dio el Primer Rosariazo. Un levantamiento popular que anticipó la dinámica de ascenso que terminó con la dictadura de Onganía. En estas líneas abordaremos el marco general en que tuvo lugar y el desarrollo de los acontecimientos.

Del Mayo del 68 al fin de la “Revolución Argentina”

El Rosariazo como el Cordobazo, no se explican sin el marco mundial en esos años. El capitalismo había salido de su “edad de oro” e ingresado -a partir de la década del 60- en una etapa de crisis económica. En paralelo, se daba un sostenido ascenso en la lucha de clases. Un nuevo momento de radicalización ideológica contagiaba la conciencia de millones que querían cambiar el mundo.

Muestra de ello era la Francia del 68. Cuando los jóvenes estudiantes junto a la masa de obreros se levantaron contra el gobierno de Charles De Gaulle. Como un eco, se sucedieron los acontecimientos de la llamada “Primavera de Praga” en Checoslovaquia. La lucha contra la violencia política en Guatemala e Italia. Y después, la resistencia a la dura represión de los estudiantes mejicanos en la Plaza de Tlatelolco, o la ofensiva guerrillera que expulsó a los yankees de Vietnam. Todas muestras de que el mundo estaba cambiando.

América Latina también vivía ese ascenso revolucionario, todavía con el impacto de la Revolución Cubana y la influencia del Che. Nuestro país no fue la excepción. En 1969 estaba bajo la denominada “Revolución Argentina”. Una dictadura militar al mando del general Onganía y el programa económico de Adalbert Krieger Vasena. Respecto de sus objetivos: “(…) se proponía infligir una gran derrota al movimiento obrero y al pueblo, para arrebatarles las grandes conquistas sociales y económicas obtenidas durante el peronismo, las que pese a la ofensiva post-Revolución Libertadora no habían podido arrancarles. El propósito esencial, era fundar una economía de superganancias para los monopolios nacionales y extranjeros expropiando la energía y el valor creativo de los trabajadores, a través de la plusvalía. Procuraban de esta forma, bajar los costos empresarios para garantizar un país propicio para la inversión de las multinacionales (…)” (Palacios: 1994)[i].  

Para lograr esos objetivos, el gobierno había dispuesto entre otras medidas, la proscripción de los partidos políticos y algunos sindicatos, y la intervención de las Universidades Nacionales. Tenía de su lado a un sector de la burocracia sindical peronista, alianza que le permitió frenar en un primer momento los reclamos.

Pero el programa político de Onganía-Krieger fracasa. El movimiento obrero y el pueblo se movilizan contra la política de ajuste y represión, que pretendía congelar salarios y aumentar la explotación.

En los levantamientos que comenzaron con el Rosariazo y que tuvieron su expresión más impactante en el Cordobazo, confluían reclamos obreros y estudiantiles, se enfrentaba la represión y se hacìa retroceder al ejército y las fuerzas represivas. Hasta herir de muerte al gobierno y abrir el camino a la caída de la dictadura.

Crónica del Rosariazo

Los acontecimientos en Rosario son precedidos por algunos hechos detonantes los días anteriores:

El 13 de mayo los ex trabajadores azucareros del Ingenio Amalia en Tucumán, ocupan la fábrica y toman de rehén al gerente, en reclamo de haberes adeudados.

El 14 de mayo en Córdoba, se realiza una asamblea de 3.500 trabajadores mecánicos para definir la posición del SMATA frente al quite del “sábado inglés”. 

E 15 de mayo en Corrientes, se produce una movilización de 4 mil estudiantes en repudio a la medida del Rector Carlos Walker, de aumentar 500% el comedor universitario. La represión policial provoca la muerte del estudiante de Medicina Juan José Cabral.

En repudio a lo ocurrido, el 16 de mayo se producen manifestaciones en casi todas las universidades públicas del país. En Rosario se ocupa primero la Facultad de Medicina y luego otras facultades. El Rector José Luis Valentín Cantini decide suspender las actividades hasta el lunes 19, pero eso enciende más la bronca. Estudiantes de distintas facultades concentran en el Comedor Universitario ubicado en calle Corrientes al 700. Después de realizar una asamblea, se disponen a movilizar masivamente por las calles del centro. Comienza el Rosariazo.

Al otro día, el 17 de mayo, los estudiantes se reúnen otra vez frente al Comedor y realizan una asamblea de manera pacífica, aunque con presencia policial. La movilización es reprimida por parte de la policía y genera corridas. Un grupo de estudiantes que se dirigía por calle Corrientes dobla por peatonal Córdoba, pero quedan atrapados en un retén policial. Allí, entre palos y disparos a estudiantes e incluso transeúntes que estaban de paso, la policía asesina en la Galería Melipal al estudiante de Ciencias Económicas Adolfo Ramón Bello. La CGT “de los argentinos” dirigida por Ongaro, convoca acciones en solidaridad.

El 20 se mayo se cita un plenario que exige a las cúpulas sindicales el llamado a un paro general. Amplios sectores de la sociedad repudian el asesinato de Bello. Ese mismo día los estudiantes rosarinos anuncian un paro nacional. En Córdoba se realiza una marcha del silencio. En Corrientes, los docentes piden la destitución de las autoridades universitarias. En Mendoza se dispone un paro de actividades y marcha del silencio.

El 21 de mayo en Rosario se produce el estallido. Se realiza una importante Marcha del silencio con estudiantes secundarios, universitarios y trabajadores de la CGT-A, de 4 mil asistentes. La misma es rodeada por la policía provincial, que nuevamente intenta reprimir, pero no puede y debe retroceder, superada por los manifestantes. Tiene que intervenir la Gendarmería Nacional y la Policía Federal. Obreros y estudiantes unidos en las calles arman barricadas, queman autos y trolebuses. La ciudad está dominada por los manifestantes. La violencia no se detiene y la represión continua, hasta que cae herido de bala el obrero y estudiante Luis Blanco de 15 años. El estudiantado apoyado en amplios sectores de trabajadores, comerciantes y de la población en general, llevan adelante el Primer Rosariazo.

El 22 de mayo, el gobierno declara a Rosario “zona de emergencia” bajo control militar, aunque prefiere replegarse. El 23 de mayo, se realiza el funeral de Blanco junto con un paro de actividades convocado por la CGT en Rosario y el cordón industrial, con alto acatamiento. Una movilización masiva de 7 mil personas acompaña el ataúd durante cinco horas a lo largo de 87 cuadras.

El 29 de mayo, se declara un paro de 36 horas en Córdoba y comienza el Cordobazo.

En un próximo artículo deberemos referirnos al Segundo Rosariazo del 16 y 17 de septiembre de 1969. Una huelga masiva de los trabajadores ferroviarios que se extendió a toda la región, recibió un apoyo enorme del resto del movimiento obrero organizado, el estudiantado y los sectores populares, realizando barricadas y haciendo retroceder a la policía. Toda una experiencia de organización popular, con asambleas barriales y elementos incipientes de doble poder que está intencionalmente olvidado por el poder político y mediático de la ciudad.  

Los “azos” del 69, fueron un punto de partida para el despertar de nuevas direcciones sindicales y políticas. Se desarrolla como nunca el fenómeno del clasismo y también la izquierda revolucionaria. Junto con la derrota a la dictadura en el 82 o el Argentinazo del 2001, son un piso de conciencia y experiencia acumulado por la clase obrera y la juventud de nuestro país. Volver a ellos sirve para saber de qué está hecho nuestro pueblo, y también para afrontar las peleas del presente contra la decadencia capitalista y la pandemia. Los nuevos “azos”, deberán tener al frente necesariamente nuevas direcciones que los conduzcan hasta el final. Para que esta vez terminen en un gobierno de las y los trabajadores.


[i] Historia del movimiento obrero argentino, Tomo III, p. 96. Hector A. Palacios. 1994.

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