La bronca crece en las escuelas públicas, contra el ajuste, las reformas antiestatutarias y las terribles y violentas condiciones de trabajo que padecemos. La educación pública está en crisis y es necesaria la continuidad del plan de lucha con paro como se votó para los próximos 17 y 18 de mayo, pero también es necesario un debate político importante sobre qué escuela necesitamos.
Como se reflejó en todos los medios, cientos de docentes tomamos con permanencia pacífica el Ministerio de Educación de la Pcia de Buenos Aires, con varias exigencias, siendo el principal pedido que retrocedan los aprietes de Kiciloff y Baradel para coartar el derecho de huelga y poner faltas injustificadas (art. 125) ante los masivos paros que la docencia bonaerense, junto a La Multicolor, decide con asambleas en las escuelas.
Recursos humanos (DGCyE Educación) hizo girar un mail incurriendo en una inconstitucionalidad que fue difundida y usada por inspectores, directores afines al gobierno, y la propia burocracia celeste, para que los días 25 y 26 vayan con falta injustificada.
Por eso este martes pasado 9 de mayo, la toma en DGCE tenía el principal objetivo de frenar esa estrategia que buscaba limitar el derecho a huelga. La decisión de cientos de docentes de tomar el ministerio conquistó un acta en donde se congela el uso del art. 125, entre otros compromisos.
Es un logro muy importante que obligó al propio gobierno bonaerense a anunciar junto con la burocracia el adelantamiento del aumento pactado con el sueldo de julio para intentar frenar los próximos paros. Los obligamos a dar algo más de plata ahora, pero a su vez se muestra que era correcto el paro del 1 de marzo por el No inicio de La Multicolor, ya que no alcanzaba el aumento acordado. La toma del Ministerio fue un gran triunfo.
¿Es suficiente ahora? Desde Alternativa Docente opinamos que no, seguimos quedando por debajo de la inflación, pero además no se resolvieron la totalidad de nuestras demandas. Por eso lanzamos una consulta, cosa que no hace la burocracia, para que sean los miles de docentes de la pcia. los que le digan a Baradel y su gobierno que no alcanza, y que rechazamos este aumento. Hay plata y debe ir a la educación y salud pública. Pero además, queremos ser escuchados en la integralidad de nuestras demandas.
El ajuste en el presupuesto también se traduce en recorte pedagógico
La escuela pública está en crisis desde hace tiempo, pero la pandemia mostró que somos las y los docentes quienes sostenemos con nuestro esfuerzo la educación pública. La vuelta del aislamiento también dio cuenta del estado de las escuelas. Los problemas de infraestructura crecen sin ninguna solución estructural, solo parches, y la exigencia es a la docencia para que contenga, de clases en condiciones terribles, se ocupe de entregar alimentos ante el hambre que crece y resuelva las múltiples problemáticas de violencia que de la sociedad y los barrios se trasladan a la escuela. Una sociedad enojada con motivos por el ajuste con el gobierno, descarga su furia muchas, veces en la institución que se mantiene en pie aun en crisis: la escuela.
A pesar de este panorama, se han lanzado diferentes reformas por nivel sin ningún tipo de consulta con la docencia, y menos con las familias y estudiantes. La quinta hora en primaria es una de esas reformas que avanzan aunque muchos pibes no están en la escuela para cumplirla y muchas familias se niegan a esa reforma.
A su vez hay en curso recorte de contenidos y materias para otros niveles, como el Superior, y se modifica el régimen académico en Secundaria. Reformas antiestatutarias, y antieducativas que conllevan a la precarización laboral por un lado, y la reducción absoluta de herramienta, contenidos, y cargos, por el otro. La escuela pública se desfinancia, mientras crece el subsidio a las privadas. Recuperar la escuela pública y el sentido de la misma es clave.
Por eso el adelantamiento del aumento como señal del gobierno, si bien es un logro de la docencia y su lucha, no resuelve la integralidad de los problemas y reclamos que atraviesa la escuela pública. Y además, como venimos insistiendo desde Alternativa Docente, es necesario el 10% del PBI para el presupuesto a educación y la aplicación real del 8% que enuncian.
Protocolo de resguardo para docentes y las infancias
Otro elemento que sacude a las escuelas públicas, fundamentalmente en inicial, es la cantidad de denuncias sobre abusos, y a su vez la violencia sobre los jardines. Es clave pensar que inicial está en crisis y que no resulta una solución un paro distrital, que la celeste saca cada vez que se detona un jardín en medio del ataque de padres, solo para descomprimir. Es necesario un protocolo de resguardo democráticamente elaborado por docentes, especialistas, en consulta con las familias, que se institucionalice en el nivel inicial como así también una comisión independiente de investigación ante cada caso, que resguarde a las infancias y también, con celeridad, pueda resguardar el proceso sin ninguna violencia. Partiendo del hecho que no desconocemos que pueden haber denuncias que luego se comprueben, pero no puede haber ejecución y condena sin investigación. Estos reclamos son primordiales, se debe exigir paro provincial a la burocracia y además el protocolo de resguardo de modo inmediato para conseguir una respuesta. El acta que logramos arrancar a los funcionarios en la toma, también tiene este compromiso. Pero es clave cómo los obligamos a cumplirla.
Una escuela pública en crisis que requiere un debate político profundo
Ante este panorama que muestra esta difícil situación, la docencia de Buenos Aires se rebeló y se sigue rebelando en defensa de la escuela pública, en defensa de las y los estudiantes y sus derechos, en defensa de mejorar las condiciones de trabajo y el resguardo de las infancias. Una lucha que da signos positivos y esperanza. Por eso toda esa bronca se transforma en lucha. Más de 6000 docentes bonaerenses han mandatado para continuar con medidas de lucha, paro y movilización este 17 y 18 de mayo. El 17 coordinando con Adosac y Ademys en el Pizurno, y el 18 en acciones locales y luego confluyendo con delegaciones en la masiva marcha de movimientos sociales, convocada con UP y UTEP (Unidad Piquetera, y Unidad de trabajadores de Economía Popular).
¿Pero es suficiente? Creemos que haberle dado continuidad a la lucha es fundamental, y hay que intentar además una coordinación nacional, ya que en cada provincia se están dando elementos parecidos, hoy están en lucha Santa Cruz, Salta, Chubut, Misiones y Neuquén; por lo que construir el paro nacional es parte de la pelea.
Pero el nivel de crisis que tiene la escuela pública nos obliga a repensar qué escuela se necesita y cómo ponerla de pie. En igual sentido, cómo recuperar el espíritu y los objetivos primordiales de la educación y cuál es nuestra tarea. La batalla ideológica es prioritaria. Desde Alternativa Docente insistimos en que exigir un Congreso Pedagógico es central para discutir todo conjuntamente con la comunidad educativa.
Pero además hay que llevar la pelea en un nivel político, la burocracia levanta sus candidatos con Kicillof en provincia de Buenos Aires, y posiblemente terminen llamando a Massa a nivel nacional. Un candidato que no se diferencia de las políticas de derecha que dicen querer enfrentar. Por eso creemos necesario elaborar qué herramienta política vamos a discutir con la docencia, ya que no basta con la batalla, sindical sino que también debe darse políticamente.
El voto bronca que algunos le darán a Milei o Juntos por el cambio tampoco es solución, y el voto al mal menor no nos ha dado muchos resultados. Alberto Fernández era el mal menor y se convirtió en el gobierno que nos ajusta y empobrece. Solo la izquierda se planta contra el FMI y el ajuste, y el FITU es la máxima unidad que la izquierda ha logrado.
Desde Alternativa Docente queremos que las y los trabajadores se sientan parte de la democracia para elegir candidatos y dar la pelea por las necesidades más elementales que debe levantar el FITU. Por eso te llamamos a fortalecer este espacio y ser parte de las decisiones en una gran asamblea que realizaremos a principio de junio.
Somos las y los trabajadores los que tenemos que tomar en nuestras manos la decisión sobre qué país queremos y necesitamos. Hacer política para que no lo hagan por nosotros y contra nosotros.