jueves, 21 noviembre 2024 - 15:59

29 de octubre de 1945. Derrocan al gobierno de Getúlio Vargas

Hoy se cumplen 75 años del derrocamiento del primer período de gobierno de Getúlio Vargas, a través de un golpe apoyado por Estados Unidos. Los gobiernos de Vargas fueron la expresión de la corriente nacionalista burguesa en Brasil.

Calificado como uno de los políticos más importantes de la historia brasilera del siglo XX; Getúlio Vargas, junto al que fuera primero ministro de Trabajo y luego presidente, Joao Goulart, fueron la expresión brasilera de un fenómeno más extendido: el nacionalismo burgués. Una corriente de mediados del siglo pasado de las burguesías y oligarquías locales que, al servicio de defender sus cuotas de ganancia, intentaron resistir la penetración yanqui apoyándose en el movimiento de masas. Perón en Argentina o Paz Estenssoro en Bolivia fueron parte de estas experiencias.

Vargas volverá al poder al ser electo presidente de Brasil en 1950, para terminar suicidándose e interrumpiendo abruptamente su mandato, luego de una crisis política en la que su gobierno fue duramente cuestionado por los militares.

La revolución de 1930

El régimen político que gobernaba el país continente entre 1889 y 1930 fue conocido como la República Velha. Estaba caracterizado por la alternancia en el poder entre dos sectores oligárquicos: los representantes de San Pablo y la oligarquía de Minas Gerais, territorios que manejaban la explotación cafetera, razón por lo que se conoce esta época como el período de la “política do café com leite”.

Vargas, nacido en 1982 en Sao Borja, estado de Río Grande del Sur, era un representante de la burguesía ganadera e industrial proveniente de ese estado sureño. Luego de ocupar cargos legislativos, en 1926 fue ministro de Hacienda del gobierno del presidente Washington Luís Pereira de Sousa, cargo que abandona en enero de 1928 luego de ser electo gobernador de su estado natal.

Hacia 1929, Pereira de Sousa designa como sucesor al gobernador de San Pablo, Julio Prestes, que cuenta con el apoyo de 17 estados. Se forma entonces la Alianza Liberal, un partido de oposición basado en los estados de Río Grande del Sur, Minas Gerais y Paranaiba, con distintos sectores de la oposición y elementos provenientes del tenentismo[i], con peso en las clases medias del país. La Alianza Liberal lleva como candidato a la presidencia a Getúlio Vargas y a Joao Pessoa, gobernador de Paranaiba, como vice, en las elecciones del 1 de marzo de 1930.

Prestes gana estas elecciones. Los diputados opositores electos no pueden acceder a sus bancas y la oposición desconoce su resultado calificándolas de fraudulentas. Cuando el 26 de julio de ese año Joao Pessoa es asesinado en Recife, se produce una reacción que da origen al levantamiento armado contra el gobierno, el 3 de octubre en Rio Grande del Sur. La junta militar que asume el mando designa a Getúlio Vargas como nuevo presidente del Gobierno Provisorio del Brasil.

Dos años después, en 1932, Vargas debe enfrentar y sofocar un alzamiento dirigido por el Partido Republicano y el Partido Democrático de San Pablo, conocido como Revolución Constitucionalista, que exige el fin del Gobierno Provisorio y una nueva Constitución.

Finalmente, en 1933 se realizan elecciones a Asamblea Constituyente, la cual dicta en 1934 una nueva Ley Fundamental para Brasil y designa a Vargas como nuevo presidente constitucional del país. La Constitución votada incorpora importantes libertades democráticas y se redacta tomando como modelo la Constitución socialdemócrata de la República de Weimar. Acompañando este proceso de democratización del régimen político, en las elecciones de 1933 votan las mujeres por primera vez en la historia del país.

Durante este período se desarrollan dos fenómenos en los extremos del arco político que son enfrentados y reprimidos por Vargas. A la derecha se fortalece la Acción Integralista Brasilera (AIB) de tendencia fascista; y a la izquierda surge la Alianza Libertadora Nacional (ALN), dirigida por el Partido Comunista de Brasil (PCB), la cual en 1935 intenta un movimiento insurreccional que es reprimido por Vargas y sirve de excusa para el desarrollo de una política represiva que culmina con el golpe militar de 1937 y la creación del Estado Novo.

El golpe del 37

Con la excusa de desmantelar una nueva “intentona comunista” llamada Plan Cohen, y cuando faltaba un año para las nuevas elecciones, apoyado en los militares, Vargas da un golpe de Estado. Anula la Constitución del 34 e impone una nueva, inspirada en la Repubblica del Lavoro de Mussolini. Esta nueva Constitución le confiere los atributos de los tres Poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y le habilita a gobernar por decreto, inaugurando lo que se conoció como el Estado Novo.

Frente al inicio de la Segunda Guerra Mundial, primero se declara neutralista y en 1942, acompañando un acuerdo con Estados Unidos que le permite montar la primer gran siderúrgica del país – Volta Redonda-, les declara la guerra a las potencias del Eje. Estados Unidos puede instalar bases militares en la región de Natal desde las cuales abastecer de pertrechos a los frentes africanos. Brasil termina enviando tropas para combatir en Europa.

Finalmente, el 29 de octubre de 1945 Getúlio Vargas es derrocado por un golpe militar inspirado por Estados Unidos. El golpe se da en un período en que la dictadura de Vargas había empezado un proceso democratizador llamando a nuevas elecciones, con la amnistía y liberación de los presos políticos, la autorización a los partidos políticos para funcionar y la promesa de llamar a una nueva Asamblea Constituyente. Los yanquis, pese a las concesiones otorgadas por Vargas, necesitaban un gobierno más dócil a sus intereses.

Las contradicciones del varguismo

Algunos analistas califican este período de Vargas como el de un gobierno fascista. Se apoyan para ello en el carácter bonapartista y dictatorial de su régimen, sus relaciones con Alemania (a la cual le compró armas en 1938) y su carácter represivo; que llevó a la extradición a la Alemania nazi de Olga Benario, judía comunista y compañera del dirigente Luís Carlos Prestes, quien finalmente murió en un campo de concentración. En el mismo sentido, también el primer gobierno de Perón fue erróneamente calificado de fascista por sus rasgos represivos.

En realidad, el fenómeno que expreso Vargas, pese a sus rasgos represivos, no fue una corriente fascista. El fascismo, como lo describiera brillantemente León Trotsky, es un gobierno de la burguesía imperialista, que se apoya en las clases medias de las metrópolis, para destruir con métodos de guerra civil las organizaciones del movimiento obrero.

El gobierno de Getúlio Vargas no solo enfrentó al movimiento fascista del Brasil corporizado por la AIB sino que desarrolló una suerte de nacionalismo económico burgués, basado en una fuerte intervención del Estado en la economía para fortalecer el proceso de industrialización, modernizar y centralizar la estructura político- administrativa del país. Para desarrollar esta política muchas veces tuvo que enfrentar los intereses de distintos sectores burgueses y oligárquicos locales.

En su gobierno fueron creados el Consejo Nacional del Petróleo (que en 1951 se transformó en la petrolera estatal Petrobras), la Compañía Siderúrgica Nacional, la Compañía Hidroeléctrica de San Francisco, la Fábrica Nacional de Motores, la Compañía Vale de Río Dulce; entre otros pilares del proceso de industrialización del país.

Para enfrentar la fuerte penetración imperialista y desarrollar este proyecto nacionalista burgués, debió otorgar a los trabajadores importantes concesiones laborales como la jornada de ocho horas, la estabilidad del empleo, el descanso semanal, la jornada nocturna y la reglamentación del trabajo de menores y mujeres, entre otras.Estas políticas van a ser sostenidas y profundizadas en su nuevo período de gobierno, para el que es electo en 1950. Sin embargo, como todos los gobiernos de esta corriente, más temprano que tarde expresó sus limitaciones. Si hay un hecho quizás, que desnuda las debilidades y contradicciones de este nacionalismo burgués para sostener una fuerte política anti imperialista, es que cuando la situación apremia y las presiones del imperialismo se hacen más fuertes, prefieren abandonar antes de armar a los trabajadores y los pueblos para enfrentarlos. Perón optó por subirse a la cañonera y exiliarse antes de movilizar y armar a los obreros. Un año antes, agobiado por las presiones de las cuales era objeto, Getúlio Vargas optó por poner fin a su vida disparándose al corazón.


[i]Tenentismo: movimiento insurreccional de los tenientes de las fuerzas armadas brasileras que en 1922 enfrentó a la oligarquía que gobernaba el país y fue finalmente sofocado.

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