Las y los ex presos, hijas e hijos, ex exiliados y exiliadas así como los sobrevivientes del terrorismo de estado, este 24 de marzo acompañamos y nos sumamos al llamado del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia para hacer sentir nuestra voz en un momento tan difícil para nuestra clase obrera y el pueblo, soporta uno de los ajustes más feroces de su historia. Nos están hundiendo en una asoladora situación de hambre, explotación, y miseria, con un ajuste cuyo único objeto consiste en que las clases dominantes sigan acumulando cada vez más ganancias. En medio de la pandemia, los gobiernos actuales no solo se muestran insensibles a los sufrimientos de nuestro pueblo, sino que con cada medida política demuestran que están allí solo para representar los intereses de los grandes monopolios.
Los ex presos y presas políticos, hijos e hijas y exiliados forzados no estamos dispuestos a tolerar que gobiernos llamados “nacionales y populares” nos usen como bandera de discursos para campañas electorales y al asumir su mandato –como sucede con el actual gobierno- llevan a cabo decisiones de política de Estado, y como parte del ajuste empresarial, de cometer un genocidio silencioso al no cumplir con las leyes reparatorias hacia quienes atravesaron situaciones aberrantes con imborrables secuelas físicas y psicológicas; donde hoy sumidos en la más profunda de las miserias se nos van muriendo día a día compañeros y compañeras sin acceso a la más elemental atención sanitaria, ni mucho menos a condiciones dignas de vida.
Ellos hacen gala del poder que ostentan y no cumplen con las leyes, porque las leyes reparatorias hoy les significan un estorbo para sus jugosos negociados. Tienen olvido y desde esta tribuna les decimos que no tienen perdón. Esta plaza eleva la memoria. Esta plaza una vez más denuncia y afirma no hay olvido ni perdón. Pero esta plaza también tiene presente que el nunca más, es nunca más. Fueron 30 mil y una muralla del pueblo le recordara a sus enemigos de clase que es ahora y siempre.