El miércoles 17 habrá un gran contraste. Por un lado, la burocracia sindical, que respaldó al superministro apenas asumió, va al Congreso en apoyo al gobierno ajustador. El sindicalismo combativo, los piqueteros y la izquierda vamos con una marcha alternativa a Plaza de Mayo para rechazar el paquetazo de Massa y el FMI y reclamar salario y un plan obrero y popular. Convocamos a quienes vienen luchando, a lxs trabajadorxs y a aquellos que se decepcionaron con el rumbo a la derecha que tomó el Frente de Todos.
Desde el MST y nuestra corriente sindical ANCLA, apenas conocida la convocatoria cegetista llamamos a no concurrir.1 Sobraban evidencias de su carácter oficialista. Y le propusimos a la mesa del FIT Unidad y al Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) convocar a una movilización alternativa Plaza de Mayo abriéndose un importante debate de cómo debe ubicarse la izquierda sindical y política. Nos parece un paso muy importante que se haya logrado finalmente consensuar esta marcha, que debe transformarse en una jornada nacional para repudiar el massazo del superministro avalado por todas las alas del frente gobernante, plantear una salida alternativa y reclamar a las centrales que rompan con el gobierno y convoquen sin dilaciones a un paro nacional y plan de lucha.
¿Por qué convoca la burocracia?
Es evidente que, en los finales de ciclo, cuando se licua el poder político de los gobiernos frente a los que estuvieron genuflexos, y, sobre todo, cuando crece la ebullición del conflicto social, las dirigencias sindicales se empiezan a reubicar. A veces son desbordadas y obligadas a convocar medidas de lucha que, aunque pretenden utilizarlas para lavarse la cara, el movimiento obrero utiliza para canalizar sus reclamos. Ha sucedido reiteradas veces durante sucesivos gobiernos. Muchas veces reflejando pujas empresariales, o pulseadas por los botines de obras sociales con los poderes de turno, o los vaivenes de las internas del PJ al que han vivido enfeudadas. A veces se han dividido y algún sector se ha visto obligado a levantar algunos puntos sentidos por la base obrera. Y en situaciones de conflictividad, se han visto presionadas para convocar a paros nacionales. En las últimas décadas sucedió con los famosos trece paros contra Alfonsín. O los de la segunda mitad del gobierno de Menem. Los paros previos al Argentinazo de 2001, incluso los de Moyano contra el anterior gobierno K. Claro, paros domingueros, pero que muchas veces se pudieron aprovechar para levantar reclamos.
Pero esta vetusta burocracia atornillada a los sillones viene envuelta en un largo proceso de descomposición. Hace años que no hay un paro general ni una marcha que levante reclamos reales. Y vienen todas las centrales de una prolongadísima siesta, de una profunda inacción cómplice, la contracara de su integración, con funcionarios incluso, al Frente de Todos y al gobierno.
Dejaron pasar el ajuste de Alberto antes y durante la pandemia y, más allá de algún gesto de incomodidad, sostuvieron el acuerdo con el FMI, madre de las medidas que primero Guzmán y ahora, recargadas, aplica Massa.
Dejaron libradas a su suerte las luchas de la salud y el transporte, luego las de estatales y docentes que ahora han incendiado medio país. Y, desde ya, la de los movimientos sociales en lucha. Por ello crecieron los procesos de autoorganización combativa, parte de un proceso de recambio sindical que viene madurando desde abajo.
Esta marcha está llamada desde un primer momento “contra la inflación y los formadores de precios”, sin decir una palabra del gobierno que es quien los premia en lugar de ponerles coto. Sin hablar del salario ni las necesidades populares. Ante el tenue ruido que podía generar en medio de la crisis, rápidamente aclararon que la acción era en respaldo al gobierno. Apoyaron la gobernabilidad, actuando de muleta de un gobierno tambaleante y, apenas subió Massa, corrieron presurosos en su apoyo. Por ello, aunque ahora se sorprendan que su gobierno los deje mal parados negando la reapertura de paritarias y emparchando con pequeñas sumas en negro, en absoluto han salido a modificar el carácter de su convocatoria.
Es una marcha reaccionaria, que no es en apoyo a las luchas, no repudia el paquetazo de Massa y su tarifazo recargado y menos que menos menciona la necesidad del paro nacional. Por eso llamamos a no concurrir y a marchar con el sindicalismo combativo y la izquierda.
Algunos debates
Entre los sectores combativos y la izquierda se abrió un debate que impidió una respuesta unitaria más rápida. Algunos sectores, como la Verde docente de Tigre claudicaron ante la marcha cegetista, sin tomar nota del carácter de la marcha, llamando a marchar y quedando funcionales a la burocracia y de espaldas al activismo y las luchas. Posición que tuvo parte del FIT Unidad inicialmente, con Izquierda Socialista como su expresión más acabada, que llamaban a marchar con una “columna independiente”, pero a la marcha de Daer, Moyano y Yasky y su programa reaccionario.
Junto a otros sectores, hemos batallado duro por una marcha alternativa y felizmente logrado el objetivo en unidad. Fuimos claros. No se le puede cambiar el contenido a una marcha que tiene un programa opuesto a las necesidades de lxs trabajadorxs. Y que no canaliza las luchas obreras y populares que están en curso.
Por el contrario, lo correcto para enfrentar el ajuste, es la convocatoria unitaria que va a Plaza de mayo, que se anunció en conferencia de prensa por parte de la mesa del PSC y que sintetizará las principales luchas del país, las de los docentes, la salud, el neumático y las movidas piqueteras que están jaqueando al gobierno sirviente de los ricachones y el FMI y que pretende recortar los planes y cercenar el derecho de los movimientos sociales a controlar democráticamente la ayuda social.
Por una gran movilización a Plaza de Mayo
Convocamos a darle la espalda a la marcha trucha de la CGT, a reventar la Plaza y a organizar marchas en todos los centros políticos del país con los luchadores y la izquierda.
Vamos por el apoyo y la solidaridad de clase con todas las luchas, obreras y populares, de ocupados y desocupados. Para exigir la nulidad del tarifazo y todo el paquete de ajuste de Massa.
Para reclamar el cese de la criminalización de la protesta y el desprocesamiento de quienes son perseguidos por luchar.
Para decir que hay otra salida, diferente a la del gobierno y, desde ya, de la oposición de las derechas, un plan alternativo obrero y popular.
Vamos a exigir aumento general de salarios, planes sociales y jubilaciones con actualización automática según inflación. Por el reparto de las horas de trabajo; 6 horas para crear empleo.
Plantearemos romper con el FMI, cobrarle un impuesto permanente a los ricos y reestatizar las privatizadas bajo control social, entre otras medidas para que la crisis la paguen los capitalistas.
Marcharemos para exigirle a la burocracia que rompa con el gobierno y convoque a paro nacional y plan de lucha.
Y por una nueva dirección democrática y combativa del movimiento obrero.
En especial convocamos a la marcha unitaria a la Plaza a lxs trabajadorxs y jóvenes que creyeron que este gobierno venía a terminar con la noche negra del macrismo y están decepcionados por su giro a la derecha. Los invitamos a sumarse a nuestra columna, la del MST y ANCLA y a impulsar codo a codo esta pelea y su continuidad.
1. https://periodismodeizquierda.com/17- de-agosto-no-vayas-a-la-marcha-trucha-dela-cgt/