jueves, 21 noviembre 2024 - 22:53

Primer discurso de Milei. Sin gradualismo en el horizonte y buscando gobernabilidad

En medio del clima de fervor que desplegaban sus seguidores, el presidente electo de La Libertad Avanza dirigió anoche sus primeras palabras al país tras su amplio triunfo en el balotaje, donde le sacó cerca de tres millones de votos de diferencia al candidato del peronismo.

Cuando fue presentado por “el jefe” -su hermana-, se pudo ver algo de lo que viene en el logo de fondo, con una imagen similar a las que usa la Casa Blanca. No es casualidad, es todo un símbolo del rumbo a seguir. Así como sus dos posibles primeros viajes, que serían precisamente a Estado Unidos y a Israel, según trascendió horas atrás.

En seguida comenzó el discurso de Milei, pero ya sin gritos desaforados, sin saltos ni insultos por doquier. Intentó en cambio dar un mensaje con algo de seriedad para los dueños del poder capitalista, sus verdaderos jefes, a quienes ahora tendrá que representar desde la Casa Rosada.

Sus primeras palabras ratificaron igualmente el rumbo general hacia donde quiere ir, aunque no haya hecho ninguna precisión de medidas puntuales. Su principal definición se sintetizó en sus palabras centrales: “Los cambios son drásticos, no hay lugar para el gradualismo, no hay lugar para la tibieza, no hay lugar para medias tintas”. Hacia allá vamos y es lógico. No solo por lo que expresan Milei y su proyecto de ultraderecha. También por lo que expresa su acuerdo con Macri, quien lleva como recuerdo de su paso por la presidencia el no haber podido avanzar en profundidad en sus propuestas. Es el balance de su gobierno, demasiado gradualista que no logró infringir una derrota al movimiento de masas, que es lo que busca desde hace años la burguesía. De alguna forma, cuando decidió darle apoyo a Milei, Macri buscaba revancha y una nueva oportunidad, ahora no como presidente; pero si teniendo un fuerte peso en las decisiones a tomar y muy posiblemente colocando gente de su espacio en el gobierno.

Lo que habrá que ver, en el mismo horizonte donde se percibe vendrán medidas duras, es la respuesta social en las calles que se opondrán a estas. Macri ya bebió esa medicina y terminó perdiendo las elecciones siguientes. También le pasó a un Bolsonaro o a un Trump. Ahora habrá que ver cuál es la velocidad que adquieran las primeras medidas de Milei en su enfoque “sin gradualismo” y cuáles serán las respuestas sociales, inevitables, que se expresarán. Un terreno donde, como muchas veces en la historia, el peronismo derrotado junto a la burocracia sindical negociará y conciliará, como lo hizo durante el macrismo. Puesto que en última instancia el peronismo, en todas sus variantes, lo que defiende es la gobernabilidad de la burguesía. No solo fracasó el PJ en el gobierno, sino que ahora tiene una actitud servil ante la ultraderecha: Massa, Kicillof, Alberto lo felicitaron. Fernández además lo llama para garantizar la transición. Serán parte activa de la gobernabilidad que necesita Milei. Los pedidos del Fondo de “trabajar para salvaguardar la economía” son un mensaje también para el PJ, que lejos estará de salvaguardar los derechos de los trabajadores, sino que van a preparar aún más el terreno a Milei. Y es por esto que será la izquierda la que apoyará realmente e impulsará la lucha frontal contra el nuevo gobierno de La Libertad Avanza.

Previendo esas confrontaciones inevitables, Milei también dijo de forma amenazante: “Sabemos que hay gente que se va a resistir, que querrá mantener sus privilegios. A ellos les digo; dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”. Y agregó también lo siguiente: “Si no avanzamos rápido con los cambios estructurales que la Argentina necesita, nos dirigimos a la peor crisis de nuestra historia”. Aunque no lo diga, Milei y toda la gran burguesía saben que, a la vez, intentar esos cambios estructurales también puede transformarse en una gran crisis social, tensiones y rebeliones, que lo pongan contra la pared. A ese país estamos yendo. No cabe duda de la intensidad que se viene.

Paralelamente, el candidato ahora elegido presidente, dejó de lado sus fuertes críticas a la casta política para, en un evidente intento por ganar gobernabilidad y apoyo, invitó a políticos tradicionales a sumarse. Así les dijo con toda claridad: “No importa de dónde vengan, es más importante lo que nos une que lo que nos separa”. Esa es la propuesta que levantó quien no tiene gobernadores propios ni mayorías propias en el Congreso, necesitado de acuerdos políticos. Eso busca, arrancando por negociar con el macrismo qué forma de integración tendrá en el gobierno. Y como siempre sucede en la política tradicional, seguro encontrará quienes se convertirán al liberalismo como por arte de magia, o posiblemente en gran parte de la burocracia sindical un aliado que le ponga pocas piedras en el camino. Cuando lo que va a hacer falta es precisamente lo contrario, un enfrentamiento claro, organizado y con planes de lucha conjuntos.

Entre otras definiciones, Milei también comenzó a ensayar posibles justificaciones, por si las soluciones y cambios prometidos se demoran. Así dijo que “no es fácil la gesta que se viene, nos están dejando una economía destruida con una inflación que viaja al 300% y camino a una híper”. De esta forma puso el foco en la responsabilidad del gobierno saliente, para de esa forma intentar ganar tiempo y paciencia entre sus votantes para su inicio de mandato. “Bajar la inflación a los niveles internacionales llevará de 18 a 24 meses”, completó. Para evitarse que de arranque nadie le pida soluciones en pocas semanas o meses. A su vez, ya está ratificando un rumbo de privatizaciones con YPF, Télam y los medios públicos, anunciando a reconocidos antiderechos como Carolina Piparo en ANSES y Cuneo Libarona en Justicia.

Lo que viene es algo nuevo en el país, con certezas de mayor ajuste, entrega al FMI y un gobierno al servicio de los grandes capitalistas. Y con pocas certezas todavía de cómo van a intentar hacerlo realmente, frente a un país inestable, en crisis, donde victorias electorales amplias como la de ayer se pueden transformar en pocos meses en reclamos y descontentos crecientes. Hay muchos dispuestos a enfrentarlo, que votaron al PJ para que no ganara el liberfacho, sectores dispuestos a luchar y defender derechos y conquistas. Va haber resistencia, porque hay historia de lucha en nuestro pueblo. Para esa perspectiva, desde la izquierda tenemos que prepararnos con fuerza. Comenzando por convocar a miles de trabajadores y jóvenes decepcionados con el peronismo a que hagamos algo nuevo, fuerte y desde la izquierda. Porque el PJ, una vez más, demostró su fracaso en el gobierno y lejos de enfrentar a la derecha, es quien le abrió las puertas a la llegada de este retrógrado negacionista.

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