jueves, 12 diciembre 2024 - 17:33

YPF. ¿Al borde del default?

A principios de enero la petrolera con mayoría estatal (51% de las acciones) barajaba continuar su endeudamiento por medio de un refinanciamiento. Este hecho se concretó e YPF lanzó una reestructuración por 6.600 millones de dólares. Sin embargo, con Black Rock a la cabeza, un grupo de acreedores se organiza para rechazar las condiciones propuestas por la firma que conduce Guillermo Nielsen.


La oferta

Hace una semana YPF lanzó un canje de deuda de bonos por el valor de 6.600 millones de dólares. Reestructurarían de este modo los siguientes títulos: YPF 2021; YPF 2024; YPF 03-2025; YPF 07-2025; YPF 2027; YPF 2029 y YPF 2047.
El fin de esta refinanciación es canjear los bonos mencionados por otros que venzan en 2026, comprometiendo las exportaciones como sustento de los nuevos bonos. Los nuevos títulos tendrían tasas de 8,5% al 2026; 8,5% al 2029 y 7% al 2023.
La estrategia de esta oferta, según el directorio de la firma que lidera Nielsen, es evitar el pago de 413 millones de dólares el próximo 23 de marzo. Sin embargo, ante la negativa de un grupo de inversores, YPF depende del poco tiempo que queda para la expiración temprana de la oferta (21 de enero) y la fecha de expiración tardía (4 de febrero) para poder sellar un acuerdo.


La avaricia de los bonistas


Ciertos grupos de inversores que estuvieron relacionados con los bonos del Estado nacional, hoy se encuentran ligados a la renegociación de la deuda de YPF. Así es que Black Rock, junto a 12 inversores más, conformó un Grupo Ad Hoc para oponerse a la oferta presentada por la petrolera. Su argumento, según testimonios que publicó la agencia PR Newswire, indica que intentan “bloquear la oferta de canje para evitar una destrucción innecesaria e inaceptable del valor de los bonos. Con ese fin, el grupo está coordinado su actuación con el grupo de bonistas representados por Dechert LLP”.
Es necesario resaltar, para entender el peso de la posición de este grupo de inversores, que son los titulares de más del 25% del total de los Bonos en circulación, incluyendo aproximadamente 40% de los Bonos con vencimiento en 2021 y 2024 y más del 50% de los bonos con vencimiento en marzo 2025.


Reculando para continuar el endeudamiento


Ante este escenario, a parte de la jugosa oferta dadas desde YPF a los grupos de inversores, la petrolera también anunció, reformando el piso de adhesión para la aceptación de la oferta, que las modificaciones a cada serie de los Bonos, según lo establecido en la oferta de canje, solo entrarían en vigor en caso de ser aprobadas por la mayoría de los bonos en circulación de cada serie (50%).
Como lo hizo en julio de 2020 reestructurando una deuda de 1.000 millones de dólares, que vencía en marzo del presente año, YPF quiere repetir la fórmula para evitar el default.
Lo que resulta totalmente descabellado en medio de un gobierno que dice defender la soberanía nacional, es el constante comportamiento que, en este caso, pone a rifar una de las empresas energéticas de carácter estratégico. Ahora, además de las ganancias que propone con los nuevos bonos, ofrece la cesión de liquidez obtenido por medio de las exportaciones.
Estatizar esta empresa, con control de los trabajadores, y un programa que prohíba el fracking (práctica extremadamente agresiva con el medio ambiente), resulta necesario para terminar con las acciones de sometimiento de los grupos de inversores, como Black Rock, y acabar con direcciones gubernamentales que ponen por encima los intereses de los empresarios ante que el de su mayoría trabajadora y el país.

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