domingo, 27 abril 2025 - 15:24

Walter Bulacio. Un muerto que no para de nacer

Treinta y cuatro años pasaron desde aquella detención arbitraria seguida de tortura que terminó con la muerte de Walter Bulacio, un pibe como vos, de 17 años.

1991, un solo demonio

En los primeros momentos de una joven democracia, las fuerzas estatales seguían manejándose con métodos del régimen y con cierta impunidad que al día de hoy tal vez podamos ver. La intención era clara, sofocar la juventud que había sobrevivido y resistido a las embestidas militares. En ese marco se sucedieron diversos hechos de violencia estatal de manos de la policía, como “la masacre de Budge” (en 1987). Por tal razón las actuaciones policiales fueron denominadas como “Gatillo fácil”, que cuenta al día de hoy con innumerables víctimas (Santiago Maldonado–2017-, Valentino Blas Correas-2020-, Facundo Astudillo Castro–2020-, Pablo Grillo-2025-). Cómo olvidar, también, la represión en el parque Indoamericano en 1991, que dejó numerosos heridos y detenidos.

Hoy su cara está en todos los recitales

Sucedió en las inmediaciones del estadio Obras Sanitarias, en la previa de un recital de los Redondos, el 19 de abril, pero de 1991, donde la Policía Federal desplegó un operativo que terminó con un centenar de detenidos y sólo poco más de 70 fueron registrados en los libros de la comisaría número 35.

Él, como vos y como yo, con un grupo de amigos se disponía a acercarse al estadio Obras para ver a su banda favorita por primera vez. En ese caminar con dirección a los cacheos y el corte de tickets se encontraron con un fuerte y “duro” operativo policial. Ellos no corrieron, eran inocentes, y por no reaccionar de la forma en que reaccionaría alguien culpable de algún delito fueron brutalmente golpeados y detenidos, con el detalle antes descripto: sin registros de tales privaciones de libertad en las actas policiales.

Pasaron la noche en la comisaría y a la mañana siguiente Walter fue ingresado en el Pirovano donde se detectaron golpes recibidos la noche anterior, golpes policiales, golpes del Estado. Seis días después, Walter murió en el Sanatorio Mitre. ¿Los motivos? Traumatismo en el cráneo y rastros de los golpes con “elementos” u “objetos” en diversas partes del cuerpo. En definitiva, el motivo real y de fondo del asesinato de Walter Bulacio fue la brutalidad policial, que actuó bajo las órdenes de Miguel Ángel Espósito, comisario de la 35, en un gran marco de impunidad y bajo cobija estatal.

La respuesta del Rock

No es para ponerles presión a las voces actuales, o si, pero en aquel momento ciertas bandas, y solo por nombrar algunas, tomaron partido en estos temas tan fangosos a veces para declarar. Podríamos citar a Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota quienes en 1996 escribieron, tocaron e inmortalizaron en su álbum “Luzbelito” el gran tema “Juguetes perdidos” (-Banderas en tu corazón, yo quiero verlas ondeando, luzca el sol o no-). “Arde Buenos Aires”, en 1992 fue la lírica de los Fabulosos Cadillacs (-Pero cuidado lo que hacés, por dónde vas, después del gran recital están los puños de la ley para atraparte-). Si bien algunxs sostienen que está dedicada a Luca Prodan, “Murguita del Sur”, salió a la luz en 1998 en el disco Libertinaje de los Bersuit Vergarabat (-Con el tiempo se nos fue para la cresta de una ola que no para de crecer, hoy su cara está en todas las remeras, es un muerto que no para de nacer-). Por último, y a riesgo de dejar algunos homenajes en el camino, Fito Paez y Fabiana Cantilo escribieron “Ayer Soñé con Walter” en 1991 en el 3er álbum de estudio de Fabi, “Algo Mejor”.

Yo sabía, a Walter lo mató la policía

La detención seguida de muerte de Walter es un claro ejemplo del manejo violento e impune del brazo represor del Estado.

La presión ejercida por debajo, de la familia, amigos y rockeros es un ejemplo de que “a donde vayan los iremos a buscar”.

Fue en 2003, luego de varias marchas, denuncias e investigaciones cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos declaró culpable al Estado argentino y condenó la falta de investigación efectiva y la impunidad de los responsables. El más apuntado de ellos, el comisario Miguel Ángel Espósito. Este último fue condenado en 2013 (sí, 22 años después del asesinato de Walter Bulacio bajo sus órdenes) a 3 años de prisión en suspenso por el delito de “tormentos” en relación a la muerte de Walter, condena confirmada por la Cámara de Casación en 2015. Eso sí, lo estás leyendo correctamente: no tuvo prisión efectiva ya que en 2002 la acción penal había prescripto convirtiéndose en lo que se conoce como los juicios por la verdad, no contento con eso, solicito que la declaración se la tomen de manera virtual ya que padecía de un cuadro de depresión.

Este hecho aberrante nos deja la clara enseñanza de que no es lo mismo poner el cuerpo o no. Desde esta redacción estamos por una cultura libre e independiente, donde los admiradores e intérpretes del arte puedan expresarse libremente sin límites ni lineamientos; con pluralidad de voces y plumas. Construir trincheras como caja de resonancia de nuestros sentimientos se vuelve una necesidad por eso bancá el arte crítico y participa para transformar la realidad. Desde La Colectica – Red Cultural te esperamos en Contra Corrientes…

Tato Gil, La Colectiva Red Cultural

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