La justicia brasileña luego de haber absuelto a Juan Darthes en primera instancia, revierte el fallo y lo condena a 6 años de prisión por el abuso sexual a Thelma Fardin.
En una declaración pública en Instagram, Thelma manifiesta: “Hoy al fin tenemos un mensaje contra la impunidad, pero sabemos que no es la realidad de la mayoría de los casos. Hoy en Argentina solo el 15% de las denuncias consiguen condena y en América Latina la cifra es más triste, solo el 1%.” Y así es, las condenas no llegan o llegan tarde. Por eso este fallo, fruto de la presión del movimiento feminista a nivel mundial y el rechazo social que generó, es una victoria para todas.
La ola feminista derrumbo muros
A pesar de los innumerables obstáculos, a pesar del muro con el que el amparo mediático blindó a Darthes. A pesar del dolor de Thelma por la revictimización y la constante sensación de que no habría justicia; la ola feminista bañó a Darthes finalmente.
Luego de años de lucha en la Justicia, acciones para visibilizar, comunicados de adhesión y una presión del movimiento feminista y disidente, especialmente en nuestro país, se consiguió un fallo que sienta precedentes a nivel internacional, con una condena por violación que se denunció luego de 10 años de haberse cometido el abuso.
Nuestro grito fue colectivo
Darthes es el ejemplo repugnante del encubrimiento de un rubro artístico machista, donde lo común es el silencio cómplice y la defensa de los lazos de poder y negocios.
Este fallo es un golpe contra el status quo del medio y la justicia machista y patriarcal. Al silencio cómplice lo llenamos de gritos, porque la denuncia de Thelma también fue un aliciente para que otras mujeres puedan alzar su voz.
Luego de su denuncia pública, las llamadas al 144 aumentaron 1.200%. Capítulo aparte merece decir que hoy tenemos que lamentar el cierre de esa línea y del Ministerio de la mujer. Por supuesto sabíamos que no se resolvían ni abordaban con presupuesto real las problemáticas desde ese ministerio, y que el acompañamiento era reducido. Pero este dato sobre lo que posibilitó la denuncia de Thelma y el impacto en el 144 demuestran la importancia de esos recursos y la necesidad de rechazar las políticas de este gobierno anti derechos, y en especial su ideología que persigue a las diversidades y construye discursos de odio que permiten crímenes atroces como el de Barracas.
El movimiento feminista internacional gritó: “¡ya no nos callamos más!”
Y aunque sabemos que siguen habiendo muchas Thelmas esperando justicia cuyos casos no trascienden lo mediático, este fallo es una conquista colectiva. Lejos de pensar que no se puede generalizar porque Thelma es actriz, famosa, blanca, clase media o tiene “privilegios” -que más bien son el reflejo de derechos conquistados- y su realidad es lejana a la de la mayoría de las mujeres; ninguna de sus características personales fue lo que hizo que la justicia actuara como corresponde. Fue la lucha feminista claramente. Y es para alegrarse por ella y también por lo que implica para nuestro movimiento. Para todas aquellas que todavía no pueden alzar la voz es un abrazo moralizante de que, como no nos cansamos de repetir, luchar sirve.