Pablo Matera, capitán del seleccionado argentino y ex jugador del Club Alumni de Tortuguitas, Guido Petti, ex San Isidro Club (SIC) y Santiago Socino, ex Los Matreros, fueron repudiados en redes sociales por tuits con contenido misógino y racista.
Los clubes que se encuentran en Tortuguitas, San Isidro y Morón respectivamente – en las zonas Norte y Oeste del conurbano bonaerense- repudiaron los dichos de Matera, Petti y Socino; pero también destacaron el pedido de disculpas de los jugadores y les brindaron su acompañamiento mediante comunicados publicados en sus redes sociales. ¿Qué tuvo que pasar durante todo ese tiempo para que estos jóvenes no solo piensen de ese modo, sino que sientan la impunidad necesaria para expresarlo en las redes sociales?
Cuesta imaginar que no fuesen “chistes” que repitieran en su cotidianeidad en la escuela, el club o incluso en su casa. ¿Alguien se los habrá cuestionado alguna vez?
La Word Rugby y la UAR, ¿qué piensan?
La WR calificó el episodio como “inaceptable” y sigue de cerca a la UAR. Consideró a los tuits como “opuestos a los valores fuertes, universales e inclusivos que la familia del rugby aspira a vivir y defender. Simplemente no hay lugar para ellos, y tal comportamiento justifica con razón una investigación completa y adecuada por parte de la Unión. El Rugby debe continuar uniéndose contra el racismo a través de las acciones, no solo palabras, dar un ejemplo positivo a la sociedad y avanzar fortalecido por nuestra inclusión y diversidad”.
La Unión Argentina de Rugby (UAR) levantó las sanciones que les había aplicado 48 horas atrás a los integrantes de Los Pumas, quienes de esta manera quedaron habilitados para integrar el equipo que el sábado 5 de diciembre jugó ante Australia. La decisión se tomó en base a que “los tres jugadores manifestaron su profundo arrepentimiento, reiteraron el pedido de disculpas, ratificaron que no es lo que piensan y que fue un acto imprudente propio de la inmadurez”, según expresaron en las redes.
¿Qué sucede realmente?
Creer que el problema son solo los tres jugadores sancionados y que con la sanción, revocada a las 48 horas, se soluciona todo, es como mínimo errado. Ya quedó claro que la clase social, la élite que practica este deporte se maneja con valores de machismo, xenofobia, racismo y odio hacia la clase trabajadora. Lo vimos también en el asesinato de Fernando Báez Sosa, donde un grupo de rugbiers se manejaron con gran violencia, una práctica común y aceptada desde hace muchos años en el ámbito.
A pesar del tiempo que pasó desde que se hicieron esas publicaciones, estamos en un momento donde la sociedad problematiza y debate posturas que antes eran socialmente aceptadas como la normalidad. Las redes sociales juegan un rol importante para que esto sea así.
La irrupción del movimiento feminista y disidente en la escena política cambió la perspectiva social sobre una innumerable cantidad de cuestiones. La marea verde y el Ni una menos se llevan puestos a sectores como estos que muestran lo más rancio del conservadurismo. No podemos permitir que sigan representando a nuestro país en posiciones de relevancia social y seguiremos en la lucha por todos nuestros derechos, contra la discriminación y la xenofobia.
Iara Saldungaray