domingo, 5 mayo 2024 - 19:12

Rodolfo Walsh. La pluma militante

El 25 de marzo de 1977 fue asesinado y desaparecido Rodolfo Walsh, uno de los escritores y periodistas más importantes de la última mitad del siglo XX. Su historia y su militancia marcaron a fuego a una generación de periodistas comprometidos. Lo recordamos en estas líneas.

…sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles”[1].

Con estas líneas finaliza la carta que envió a todas las redacciones y medios al cumplirse el primer aniversario del golpe militar de 1976. Tal vez una de los más lúcidos testimonios políticos sobre la dictadura militar y también testamento de una de las figuras más importantes del periodismo argentino.

Rodolfo Walsh nació el 9 de enero de 1927 en la provincia de Río Negro, descendiente de inmigrantes irlandeses y familia conservadora. Su infancia pasó entre colegios religiosos y pupilos, siguiendo los designios familiares. Luego seguiría la carrera de Letras en la Universidad Nacional de La Plata. Esa fuerte impronta conservadora y religiosa haría mella en el pensamiento de Walsh, que había visto con una cierta simpatía el golpe de 1955. Antiperonista y conservador, así era el Walsh de mediados de los ‘50.

Todo comenzaría a cambiar en 1956 cuando escuchó la famosa frase “hay un fusilado que vive”, que hacía referencia a un sobreviviente de los fusilamientos de José León Suarez[2], quien sería la punta del ovillo a partir de la cual Walsh haría una intensa investigación, expresada en la novela Operación Masacre, que inauguraría en nuestro país el género de la historia novelada, o novela testimonial.

Sobre su motivación, en el prólogo de la primera edición explicó: “Escribí este libro para que fuese publicado, para que actuara […]Investigué y relaté estos hechos tremendos para darlos a conocer en la forma más amplia, para que inspiren espanto, para que no puedan jamás volver a repetirse»[3].

De escritor a periodista

Si bien durante toda su vida se describió a sí mismo como escritor, sus aportes al periodismo han sido invaluables.

En 1959, en ocasión de la Revolución cubana, Walsh no pudo evitar la tentación de ir conocer el proceso de primera mano, y viajaría a Cuba donde colaboraría fundando la agencia de noticias Prensa Latina.  Desde allí siguió investigando y hasta logró interceptar y descifrar información clasificada de la CIA que hablaba de la posterior invasión a playa Girón por parte de Estados Unidos y de un campo de entrenamiento anticubano en Guatemala. Desoyendo al gobierno castrista,  Walsh viajó a Guatemala a investigar, lo que le valió la expulsión de la agencia y de Cuba. En este acto había demostrado su compromiso por la investigación y la búsqueda de la verdad, independientemente de las consecuencias. Su compromiso tomaría un tinte más político y de clase durante la década de los ´60, dirigiendo el semanario ligado a la CGT de los argentinos y publicando ¿Quién mató a Rosendo?, sobre la investigación de la muerte del dirigente gremial  Rosendo García, que apuntaba a Augusto Timoteo Vandor – líder de la CGT Azopardo y colaboracionista del gobierno militar de Onganía – como responsable.

Periodismo militante

Disuelta la CGT de los argentinos, la década de los ‘70 encontraría a Walsh ligado a los movimientos de base del peronismo, entrecruzándose con el movimiento villero al punto de dirigir la publicación Semanario Villero y luego ser parte del diario Noticias, vinculado a la cúpula montonera, a la cual se integró en 1973 pero siempre desde una posición crítica hacia la misma.

En el  espacio de tiempo determinado por el 1 de mayo de 1974, cuando el propio Perón desautoriza y expulsa a los montoneros de la plaza, hasta el 24 de marzo de 1976 – fecha del golpe de Estado – son varios los documentos internos que escribe Walsh criticando distintos aspectos de la política montonera, principalmente el militarismo y la separación de los movimientos de base y de la clase obrera. La respuesta de la conducción al último y más severo documento de Walsh[4], llegaría póstumamente cuando el escritor ya no podría refutar.

El golpe de 1976 fue brutal para el movimiento obrero, como también lo fue para Rodolfo Walsh. Sabiéndose  perseguido, cambió de domicilio varias veces hasta encontrar una relativa paz en la localidad de San Vicente, pero la caída de su hija María Victoria en un enfrentamiento con el ejército lo llevaría a realizar lo que siempre había hecho: buscar los medios para contar la verdad, para hacer llegar a la mayor cantidad de gente los resultados de su análisis y su investigación. Es así como al cumplirse el primer aniversario del golpe, publicó clandestinamente su Carta de un escritor a la junta militar un día antes de su asesinato y la posterior desaparición de su cuerpo, 44 años atrás.

Su importancia hoy

La importancia de Walsh no está dada solo por su aporte literario y por su impronta periodística, sino por la construcción de una forma de hacer periodismo que hoy, caricaturizada, suele ser bastardeada por el poder político.

Rodolfo fue un periodista independiente de las patronales periodísticas y de los poderes de turno, no solo por no recibir dádivas, sino por investigar a pesar de esos poderes.

Pero también fue un periodista realmente militante porque siempre estuvo al servicio los intereses de la clase trabajadora. El legado de Walsh está en su honestidad y su compromiso, tanto con la verdad como con el pueblo trabajador.

Su legado sobrevive en los miles de ex-detenidos desaparecidos que con sus testimonios continúan construyendo esta gran investigación, que es  la lucha por la memoria, la verdad y la justicia. La misma que en 1977 le costó la vida.

Germán Gómez


[1] Carta de un escritor a la junta militar, Rodolfo Walsh. 24 de Marzo de 1977 Texto Completo

[2] El gobierno de Aramburu, sofocó un levantamiento militar comandado por el Gral. Valle y fusiló en un basural de José León Suarez a 12 civiles sospechadas de ser parte del mismo, 7 de las cuales sobrevivieron al ser dadas por muertas y colaboraron con la investigación de Walsh.

[3] Operación Masacre, Rodolfo Walsh, Ediciones de la Flor.

[4] Este documento fue luego publicado bajo el nombre “Los papeles de Walsh” Análisis y Texto Completo

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