jueves, 2 mayo 2024 - 04:11

Programa Reconstruir. Fernández anunció pocas viviendas, criticó a la Justicia y no dio ninguna salida

Alberto aprovechó la inauguración del Programa Reconstruir para mostrar una imagen de “unidad” junto a Cristina, Massa y Kicillof; además de criticar al reciente fallo de la Corte y el accionar de los jueces a favor de la campaña de Juntos por el Cambio. Pocas viviendas, muchas chispas, alguna que otra crítica correcta, ninguna salida de fondo a la emergencia que atraviesa el país.

En la localidad de Ensenada, con un marco de viviendas a medio construir y algunos obreros de la construcción convenientemente parados en el fondo de la imagen, Alberto llamó a tomar esa “foto” que desmentiría los encontronazos que, durante los últimos cinco días, mostraron los choques al interior del Frente de Todos, en torno al pedido de renuncia del subsecretario de Energía Basualdo y los debates por el aumento de las eléctricas. La imagen de “unidad” la completaron el intendente de Ensenada, Mario Secco, la vice de Bs. As. Verónica Magario y el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi.

En torno al nuevo plan se anunció la terminación de la construcción de 55.000 viviendas, dejadas a medio construir por la gestión macrista, por un presupuesto de $ 110.000 millones. Algo muy pobre, ya que si les sumamos el pasado anuncio de créditos para refaccionar y construir otras 87.000 viviendas (1), estamos hablando de un universo de 142.000 contra un déficit habitacional calculado en más de 4.000.000 de viviendas; o sea, apenas un 3% de las viviendas que hacen falta.

El gobernador Kicillof, quien precedió al presidente en el uso de la palabra, también reivindicó este programa. A su turno Fernández manifestó sentirse orgulloso de una obra que “creó Néstor, continuó Cristina y yo vengo a terminar la obra de ellos dos”. A ambos funcionarios, empoderados de un discurso combativo a favor de los pobres, contra la derecha, los jueces y las corporaciones se les olvidó muy rápido que hace unos pocos meses, a unos pocos kilómetros de donde estaban haciendo el acto, desalojaron a palazo limpio con la Bonaerense y Berni a la cabeza, a cientos de familias sin techo en los predios de la localidad de Guernica. Sí, el déficit habitacional que han dejado las cooperaciones y la derecha opositora y la represión a los sin techo, es también parte del legado que dejaron “Néstor”, “que continuó Cristina” y que vienen a completar Alberto y Axel.

Luego, en un duro discurso contra la Justicia y la Corte Suprema, Fernández criticó los dichos del Procurador “que dice que no está probado cuánto contagia la circulación”, porque la “circulación contagia” y señaló, con razón, que los jueces lanzan sus fallos “virtuales” desde sus casas, mientras, la Justicia está cerrada por temor al contagio. O sea, mientras mandan a los docentes, alumnos y padres a contagiarse. Lamentablemente no se acordó, con igual criterio, de todas las provincias gobernadas por gobernadores peronistas, donde con altísimas tasas de circulación, contagio y saturación de sistema sanitario, hay clases.

Tampoco se acordó de su negativa a cerrar todo, salvo las actividades realmente esenciales, para parar el exponencial contagio en todo el país y en el AMBA en particular, ya que lo que contagia justamente es “la circulación”. Algo que, como propone el MST en el FITU, debería hacerse por un período de un mes, pagando un IFE $ 40.000 pesos a todos los que lo necesiten para mantenerse en sus casas en la emergencia.

Hablando de la “decrepitud del derecho” se refirió al fallo judicial que desacredita una resolución reciente del ENACOM contra el reciente brutal aumento de las tarifas de las empresas de comunicaciones. Señaló que, para imponerse, las corporaciones van a la Justicia, y que para ellas “el Estado nacional no puede regular el precio de los celulares, no puede regular el precio de internet, no puede regular el precio del cable de televisión”. Afirmó que “nosotros dijimos que las comunicaciones deben ser un servicio público y lo son” cuando el gobierno dictó esas medidas y exigió la prestación básica universal. Para concluir que “esto es un abuso, medida cautelar, no pueden imponer precios y saben: el precio lo pagan Uds.” y que “si los jueces van a estar del lado de los poderosos entonces estamos en el peor de los mundos”, “en la Justicia siempre hay alguien que dice: sí señor”, denunciando así el rol de la Justicia al servicio de las corporaciones y del poder político que decide sostener.

Ante tanta denuncia, uno se imaginaría que quizás podría acercarse a alguna medida como la que proponemos los socialistas desde hace a mucho tiempo de nacionalizar las empresas de servicio privatizadas. O alguna propuesta para acabar con esta Justicia funcional a las corporaciones. Nada.

 No es de extrañar esta falta de propuestas, ya que el Frente de Todos y los gobiernos kirchneristas y pejotistas antecesores nunca han hecho nada por cambiar esta estructura totalmente anti democrática de jueces vitalicios, millonarios, funcionales a los poderes de turno, de la que hoy se quejan. Hasta ahí llegan sus críticas. Si fueran consecuentes tendrían que tomar nuestras propuestas para terminar con la estructura de la Justicia actual, elegir jueces y jurados por voto popular y por períodos limitados, con sueldos y jubilaciones como los de una directora de escuela, con mecanismos de restitución a cargo de los votantes y no de los organismos de tranzas como el actual Consejo de la Magistratura.

Despotrican contra las corporaciones, pero mantienen las privatizaciones de las empresas públicas que desde Menem se han enriquecido a costa del país y las brutales tarifas contra el pueblo.

Para terminar Fernández señaló, refiriéndose al reciente fallo de la Corte, que “la sentencia no tiene ningún efecto”, con el argumento técnico que se pronuncia sobre un DNU ya vencido. Minimizar el tema es también dejar sus responsabilidades de lado. Que les pregunten a los docentes de CABA, a los que Larreta les descuenta $ 1.200 pesos por día no trabajado, si no tiene consecuencias.

En definitiva, Fernández y compañía, que se encargaron de condenar el “uso electoral de las sentencias” para favorecer a los candidatos de Juntos por el Cambio, hicieron un acto de campaña electoral con muchas críticas y pocas soluciones para el sufrimiento del pueblo argentino.

Para combatir el gigantesco déficit habitacional solo anuncia algunas miles contra millones de viviendas que hacen falta. Muy lejos de lo que propone el MST en el FITU, que es lanzar un plan de obras de infraestructura y construcción masiva de viviendas populares para reactivar la economía, sobre la base de un programa de impuestos progresivos a las grandes empresas y el no pago de la fraudulenta deuda externa.

Eso es imposible para ellos, ya que con algunas diferencias agigantadas por el efecto del teatro electoral, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio defienden el mismo modelo de país al servicio de las multinacionales y contra los intereses de los trabajadores de nuestro país.

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