Una familia tipo, en enero, necesitó $596.823 para no encontrarse por debajo de línea de la pobreza. Este aumento de la canasta básica fue producto de un mes donde la inflación alcanzó el 20,6%. Así lo informó el Indec con sus publicaciones sobre el “Índice de Precios al Consumidor (IPC)[i]“ y la “Valorización mensual de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total[ii]” del mes pasado.
Inflación
Por el lado de la inflación, la variación mensual alcanzó el 20,6%, haciendo que la interanual escale hasta el 254,2%. En función a lo detallado en el informe recientemente publicado, enero muestra a la división de Bienes y servicios varios (44,4%) como la que más aumentó. Además, la publicación agrega que: “Le siguieron Transporte (26,3%) –por las subas en transporte público y el arrastre del aumento de combustibles– y Comunicación (25,1%), por el alza en servicios telefónicos y de internet.”
En cuanto a la división de Alimentos y bebidas no alcohólicas, rubro que cerró el 2023 en un 251,3%, el mes pasado aumentó en un 20,4%.
El IPC Núcleo, que no tiene en cuenta ni los precios regulados ni a los factores estacionales, en enero marcó un aumento del 20,2%. Los productos estacionales mostraron un incremento del 16,2% y, por el lado de los productos regulados se registró un aumento del 26,6%.
Canasta básica
En paralelo a la publicación de los números del IPC, el Indec también dio a conocer los aumentos que se registraron en la Canasta Básica Total (CBT) y en la Canasta Básica Alimentaria (CBA), índices que definen las líneas de la pobreza y de la indigencia.
Por el lado de la CBT, en el primer mes del 2024, su incremento fue del 20,4%, haciendo que una familia tipo necesitara $596.823 para no encontrarse en la pobreza. La variación interanual de esta canasta alcanzó los 264,9%.
La CBA, índice que ubica la posición de la línea de indigencia, el mes pasado registró un aumento del 18,6%. Por lo tanto, para que una familia no se la considere indigente, necesitaba de $285.561. El aumento que sufrió este índice en los últimos doce meses la colocó en los 296,4%.
En poco más de dos meses de mandato que lleva este gobierno, el ajuste hacia la clase trabajadora y los sectores populares viene teniendo un carácter criminal, y por el lado del presidente Javier Milei, promete redoblarlo, en función a su programa de gobierno. En este corto periodo y observando los números recientemente publicados por el Indec, la inflación ya lleva un acumulado del 46,1% y la Canasta básica ya aumentó $101.025 con respecto a lo publicado en diciembre ($495.798). Estos incrementos tienen relación directa con las medidas de desregulación de la economía y la devaluación que ha venido aplicando la gestión libertaria desde su arribo a la presidencia.
Los números aumentan, pero los salarios siguen corriendo muy por detrás de la carestía que hoy tiene la vida, ni hablar de las jubilaciones, pensiones o las prestaciones sociales, como lo es el Potenciar Trabajo, el cual está congelado con los montos establecido en el mes de diciembre ($78.000). Para tener una mejor perspectiva de como está la situación, solo alcanza con comparar lo que vale hoy la Canasta Básica Total ($596.823) y el monto del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), siendo que en diciembre y enero fue de $156.000. Es decir, en enero se necesitaron casi 4 SMVM para poder superar la línea de la pobreza.
La actualización salarial por encima de los valores inflacionarios es una urgencia, y así lo podemos advertir con la última medición que realiza la Junta Interna de ATE-INDEC, la cual trata de determinar cuánto tendría que ser el valor del salario mínimo. Según su última publicación: “Un trabajador/a necesito, en DICIEMBRE de 2023, $ 772.711.- para satisfacer sus necesidades mínimas de un hogar constituido por una pareja de 35 años con dos hijxs en edad escolar. Este valor se compone de $ 283.473.- necesarios para adquirir una Canasta Alimentaria Mínima y de $ 489.238.- para acceder a otros bienes y servicios básicos.[iii]”
En relación a esto, el próximo jueves 15 de febrero, luego de meses sin reunirse, se vuelve a convocar al Consejo del Salario Mínimo, grupo compuesto por la burocracia sindical (CGT-CTA), sectores empresarios (UIA) y el gobierno nacional. Reunión que, entre sus ejes centrales, además de determinar el valor del salario mínimo, discutirán uno de los deseos de este gobierno, el de desacoplar las prestaciones sociales de los cambios que se efectúen en el SMVM. Estas reuniones que realizan estos sectores en ningún momento mostraron algún aumento significativo para que el poder de compra de la gente le gane a la inflación. Por ejemplo, en el año pasado, el SMVM tuvo un incremento del 151,8%, mientras que la inflación del 2023 cerró en un 211,4%. Una dinámica que se viene reproduciendo cada vez con más crudeza en los últimos años, como lo muestra el Informe sobre la evolución del Salario Mínimo, Vital y Móvil[iv], elaborado en diciembre del 2023 por CIFRA, en donde advierten que: “En el mes de diciembre pasado, tras el fuerte aumento en los precios, el salario mínimo se redujo en términos reales en 14,8% en un solo mes. Quedó así en un valor que resulta 25,9% más bajo que el de diciembre de 2019 y 42,9% más bajo que el del mismo mes de 2015.”. Números que continuarán empeorando con esta espiral inflacionaria que estamos transitando.
Con un gobierno que viene desgastado por los numerosos e importantes traspiés que ha tenido a la hora de aplicar algunas de sus medidas centrales de gobierno; con una ex vicepresidenta y oposición (UxP) que saben enumerar los síntomas de la crisis, pero que no se hacen cargo de los problemas que generaron durante su gobierno; con un escenario recesivo por el que estamos transitando, como lo muestra la última medición sobre la ventas en los supermercados, donde en enero la caída fue del 10%; y, con una burocracia sindical que se mantiene estática frente a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, además de que dejan pasar despidos, urgente hay que dar un giro de 180° ante esta situación. Aprovechando la fuerza que empieza a aparecer en las calles, es necesario organizarse y luchar por la aplicación de un programa político, económico y social que responda a las necesidades de la clase trabajadora.
Como proponemos desde el MST en el FIT-U para hacerle frente a la inflación es necesario que los salarios aumenten hasta cubrir el valor de la canasta alimentaria y que este sea actualizado de acuerdo a como la inflación vaya incrementando. Además de un congelamiento de los precios, es necesario aplicar un verdadero control, por parte de los trabajadores y usuarios, contra los formadores de precios, en donde se le apliquen duras sanciones a estos empresarios que lucran en esta situación. Sumado a esto hay que volver a aplicar la Ley de Abastecimiento.
Romper las negociaciones con el FMI, desconocer las deudas fraudulentas, nacionalizar la banca y el comercio exterior, son otras de las medidas que se vuelven esenciales para tocar los resortes de la economía, y así desplegar un programa que de respuestas a las necesidades de las mayorías trabajadoras y no a los intereses de los sectores más concentrados de la economía.
[i] https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_02_24DC34E376E0.pdf
[ii] https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/canasta_02_24268C662631.pdf
[iii] https://drive.google.com/file/d/1Ume_L9BWfH9e1eDRPE1yeeH3Vm_MqpUm/view
[iv] https://centrocifra.org.ar/wp-content/uploads/2024/01/CIFRA-Salario-minimo-enero-2024.pdf