Luego de que tres entidades de la Mesa de Enlace, la SRA, la CRA y la FAA (1), lanzaran un paro de comercialización entre el próximo lunes 11 y el miércoles 13 siguiente, en respuesta a la suspensión por 60 días de las exportaciones de maíz, se hicieron públicas negociaciones entre el ministro Luis Basterra de Agricultura y el Consejo Agroindustrial Argentino, los que habrían llegado a un principio de acuerdo. Sin embargo, en medio de un silencio oficial, el cese de exportaciones no ha sido levantado, los Autoconvocados y la Mesa de Enlace mantienen el paro y el dirigente kirchnerista Grabois, ha salido a pegar contra la patronal ruralista. Pero la realidad es que su gobierno mantiene el modelo de agronegocios y concentración de la riqueza en el campo.
Como señalamos en el anterior artículo de Periodismo de Izquierda, mientras los defensores de la patronal agropecuaria se pintaban la cara de guerra y sus medios adictos llamaban a rechazar el “intervencionismo” del gobierno por un lado, y los propagandistas del gobierno como el ministro Katopodis de Obras Públicas, despotricaban contra la avaricia de los sectores opulentos de la sociedad en épocas de pandemia, el titular de Agricultura emprendía una negociación con el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), en el cual están representados las cámaras patronales del sector y es dominado por las grandes exportadoras multinacionales como Dreyfus o Cargill.(2)
En medio de la negociación surgió una “novedad”: la existencia de un stock de 10 millones de toneladas de maíz que sobrarían para abastecer la demanda interna destinada a la cría de cerdos, pollos, leche, huevos, feedlots y combustible de origen vegetal. Justamente cuando el argumento del gobierno para decretar el cese de exportaciones fue que habiéndose liquidado el 90% de lo previsto (34,23 millones de toneladas), no estaba garantizado el saldo necesario para el consumo interno. O sea, que había unas toneladillas más y luego vino un sainete de acusaciones cruzadas, en el que unos dicen que estaban “en negro” y otros que figuraban en los registros oficiales.
Lo cierto es que se conoció que en la reunión entre los funcionarios de Agricultura y los representantes de la CAA se habría llegado a un principio de acuerdo, por el cual estaría garantizada la provisión de maíz y el gobierno levantaría la restricción a la exportación.
Sin embargo, cuando todo parecía encaminarse a un acuerdo y cuando incluso fuentes oficiales señalaban esa posibilidad, se produjo un silencio inesperado por parte de los funcionarios y el vocero kirchnerista salió a despotricar contra las patronales rurales, señalando que no era posible que el gobierno retrocediera en una simple medida regulatoria como la que originó la presente disputa.
En la otra parte continuaban las asambleas convocadas por los Autoconvocados y la Mesa de Enlace ratificando el paro del lunes, en defensa de sus intereses patronales. Ya se han realizado asambleas en distintos puntos del país como Pergamino, Bell Ville, Jesús María, Rosario, el Norte de Santa Fe, la zona de Sinsacate en Córdoba, entre otros puntos, y continuaran durante este fin de semana.
Disputas entre capitalistas que sostienen el mismo modelo
Más allá del aprovechamiento electoral de la crisis, en la cual TN, Clarín, La Nacion, etc. editorializan sobre la necesidad del gobierno de “estatizar” la economía para ganar las elecciones, y los representes gubernamentales se erigen como defensores de los intereses populares, lo cierto es que existe una disputa por la renta agraria, azuzada por el aumento constante de los precios internacionales de los cereales, que llevó en estos días a que la soja tocará los U$S 506 por tonelada.
Dentro de esa disputa, son las grandes empresas exportadoras, que no quieren perder ni un centavo de dólar, las que empujaron el conflicto utilizando el breve cese a la exportación de maíz como excusa, ya que quieren que se devalúe con más fuerza el peso, que la actual devaluación al ritmo de la inflación. Por eso rechazamos su política y sus acciones. Mientras en general las mismas reciben el apoyo de referentes de juntos por el Cambio.
El gobierno por su parte, negocia quedarse con la mayor parte posible de las ganancias extras que produce el aumento del precio de los comoditiés cerealeros. No para utilizarlas para mejorar la situación de los ajustados jubilados o trabajadores, sino para seguir juntando dólar sobre dólar, que necesita en la negociación con el FMI, ya que entre del 2022 y 2023 vencen 44.000 millones de dólares de deuda externa.
Otro motivo que está detrás de la medida de cese de exportaciones de maíz, es que el aumento de los precios internacionales está pegando sobre los costos locales. Esto es un factor adicional de inflación que está encareciendo los productos locales. Un ejemplo es la carne. El año pasado fue el año de menor consumo histórico de carne en la Argentina, cuando una de las medidas que caracterizaban las épocas del primer peronismo eran el aumento record del consumo de carne por parte de las mayorías populares. Esto es muy peligroso en un año electoral.
Como el gobierno no se anima a fijar precios máximos internos, intenta compensar con aumentos de los impuestos (retenciones) como las que ha hecho recientemente sobre productos lácteos. La alícuota para las exportaciones de leche fluida, lactosuero, manteca y quesos que tributaban el 3% pasaron a 4,5% del valor FOB (3). Estos nuevos aumentos, entre otros, han incrementado la bronca y los tirones con muchos exportadores.
En estas disputas y contradicciones deben buscarse las idas y vueltas del actual conflicto. El discurso anti oligárquico y su propuesta de reforma agraria de Grabois, o las diatribas de los voceros de las patronales del campo, son a su vez parte del juego político y electoral y una forma de plantarse mejor en la disputa por la renta actual, que excede el con creces el tema de la suspensión provisoria de exportación del maíz.
Ninguno de sus actores pretende lograr un modelo agrario a favor de los intereses populares. Luego de cuatro gobiernos del PJ y el kirchnerismo ahora con el Frente de Todos, la concentración capitalista en manos de los pulpos agro exportadores es cada vez más importante, la propiedad terrateniente no ha sido tocada, y mientras se siguen realizando, aún en medio de la crisis de la pandemia, excelentes negocios, el pueblo argentino pauperizado, ve crecer las cifras de pobreza, hambre y desnutrición.
Es necesario nacionalizar el Comercio Exterior
Como en Vicentin, lejos de su discurso nacionalista o supuestamente popular, el gobierno no ha tomado ninguna medida de fondo para cambiar el manejo de gran parte del comercio exterior del país, por parte de un puñado de pulpos productores y exportadores multinacionales. Las cuatro primeras exportadoras de granos y derivados son multinacionales. Son Cargill, AMD, Bunge y COFCO. Las dos siguientes, AGD y Vicentín (hasta su crisis) de origen nacional.
Según datos oficiales en el 2018 la Argentina “despachó al exterior cerca de 69 millones de toneladas (Mt) de granos, harinas y aceites. Las empresas Cargill, A.D.M. Agro y Bunge fueron los tres principales exportadores”. Le siguieron en importancia COFCO, Aceitera General Deheza y Vicentin. Si sumamos a “Dreyfus, Oleaginosa Moreno, Molinos Agro y ACA), este grupo remitió al exterior cerca de 63 millones de toneladas, lo cual representa el 90% del total nacional” (4). El comercio de cereales, oleaginosas y derivados ocupa el 40% del comercio exterior argentino y la soja un 25%.
A estos hechos debemos sumarle las maniobras de sobre y sub facturación como surge de una denuncia de Alejandro Bercovich a partir de un cruce de datos entre la Aduana y el Banco Central: “entre abril y mayo se pagaron importaciones por 30% más del volumen realmente importado. En otros términos, se importó por U$S 5.800 millones y los importadores accedieron a divisas por U$S 7.500 millones.” (5) Esta sobrefacturación de importaciones es la contracara de la subfacturación de exportaciones.
Y para completar el cuadro, debemos sumarle el control de estas compañías de 56 puertos privados, a los que se le vencen la licencia entre abril y mayo, entre ellos está el puerto de Buenos Aires, el puerto de Dock Sud y todos los puertos que están a la vera del Paraná. Puertos privados a través de los que se hacen todo tipo de maniobras evasivas ante el escaso o nulo control oficial.
Por eso, no hay manera de que el flujo de exportaciones e importaciones del país sea organizado al servicio del desarrollo de una economía basada en satisfacer las necesidades de los millones de trabajadores y las mayorías populares que lo habitan, sin nacionalizar el comercio exterior del país.
Una salida socialista contra la depredación de las multinacionales
El campo argentino puede ser una fuente de riquezas para todas las familias trabajadores y los sectores populares. Para ello hace falta transformar su matriz productiva y socializar la propiedad de la tierra. Cambiar a un modelo totalmente distinto al que los negocios de grandes terratenientes y multinacionales productoras y agroexportadoras, en complicidad con todos los gobiernos de turno, incluido los cuatro gobiernos K, lo han convertido.
Un campo donde prima el monocultivo, orientado en primer lugar a los negocios de exportación y no a la alimentación de un pueblo hambreado, envenenado por agro tóxicos que están prohibidos en las principales capitales del mundo donde tienen sede las empresas que nos contaminan y colonizado por transgénicos que alteran la ecología local.
Solo con un programa distinto que cambie la matriz extractivista de nuestra economía, producto de acuerdo a las necesidades sociales, deje de pagar la deuda externa, nacionalice la banca y el comercio exterior, y expropie a los grandes terratenientes y empresas monopólicas, se podrá recuperar su inmensa riqueza natural para el beneficio de todos los trabajadores y el pueblo de este país.
- El CONINAGRO, la cuarta entidad de la Mesa de Enlace, no participó del llamado al paro de comercialización, apostando a las negociaciones. En las últimas horas ante la parálisis de las mismas hizo declaraciones llamando al gobierno a respetar el acurdo con la CAA.
- Según Bichos de Campo del 5/01/2021, el Consejo Agroindustrial Argentino está integrado por 57 entidades: ACSoja, Argentrigo, Asagir, Maizar, Asociación Semilleros Argentinos (ASA), Asociación Forestal Argentina (AfoA), Asociación para el Desarrollo de la Pesca Argentina (ADPA), Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Bolsa de Cereales de Córdoba, Bolsa de Cereales de Entre Ríos, Bolsa de Comercio del Chaco, Bolsa de Comercio de Rosario, Bolsa de Comercio de Santa Fe, Cámara Algodonera Argentina, Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), Cámara Argentina de Empresas De Nutrición Animal (Caena), Cámara Argentina de Feedlot, Cámara Argentina de la Alfalfa, Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), Cámara Argentina de Maíz Pisingallo (Campi), Cámara Argentina del Maní, Cámara de Industriales Arroceros, Cámara de Industriales de Maíz Molienda Seca, Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), Cámara de Legumbres de la República Argentina, Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPPC), Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales, Centro de Corredores y Agentes, Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Centro De Exportadores de Cereales (CEC), Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Consorcio Exportadores de Carnes (ABC), Federación Agraria Argentina (FAA), Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Federación de Centros de Acopiadores de Cereales, Federación Olivícola Argentina, Frutas de Argentina, Matba Rofex, Mesa Nacional de las Carnes, Bodegas de Argentina AC, Cámara Argentina de Fabricantes de Almidones, Glucosas, Derivados y Afines (Cafagda), Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), Centro Azucarero Argentino, Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (Caprove), Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Cifa), Unión de la Industria Cárnica Argentina (Unica) y la Unión Vitivinícola Argentina, Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) Cámara de la Industria Nacional Equina (Camine), Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa) y Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (Capeca).
- El valor FOB es el valor de la mercancía puesta a bordo de un transporte marítimo, el cual abarca tres conceptos: costo de la mercancía en el país de origen, transporte de los bienes y derechos de exportación.
- Artículo “El Top ten de los exportadores de granos”, publicado en ON24 el 5/03/2019.
- Artículo “Amores y odios empresariales en la Argentina Unida Pero Ajustada”, publicado en BAE Negocios del 5/06/2020.