lunes, 29 abril 2024 - 18:15

Panorama político. ¿Se termina el impasse?

El discurso del presidente Milei el 1° de marzo trazó agenda. Después del naufragio de la Ley Ómnibus, el elenco gobernante retomó la iniciativa. El peronismo hizo mutis por el foro pasado el paro del 24 de enero. La estrategia de thatcherismo tardío y la respiración larga del programa libertariano. Síntomas de cambio de tendencia. La meteorología del humor social y sus umbrales de tolerancia. ¿Hay vida después del peronismo? 

El JP Morgan es posiblemente el banco más grande de EEUU. Hace pocos días, difundió un informe con un pronóstico recontra-optimista del futuro cercano de la economía argentina: 

*La economía va a rebotar a full en 2025. 

*Aunque este año el nivel de actividad va a caer 3,6% y aunque los precios minoristas crecerán 200% punta a punta, el año que viene contrasta con eso.

 *En doce meses la inflación va a caer al 40 % anual y el PBI describe la famosa V y supera el 5 %

Los hooligans mileístas, se emocionan con este dossier. Pero, me parece oportuno dejar una referencia apenas de prontuario del “JP” y sus incursiones recientes en territorio nacional, y una reflexión de contrapunto: 

No es nuevo que esta entidad insignia del capital financiero opere acciones de lobby para apreciar artificialmente activos de un país, para reclutar capitales y después vender, desarmar posiciones y migrar. Ya se sabe: el capital ficticio, es internacionalista. Sin fronteras, finalmente. Esa bicicleta los Morgan Boys la pedalearon en tiempos de Macri, de carry trade y plata dulce. 

Una última observación, que casi deviene en ley: si el mundo parasitario de las finanzas festeja, seguro el terreno bien concreto de la vida de la gente de a pie, padece angustia. 

Así las cosas por acá. Así  el multiverso libertario. 

Black Mirror, industria nacional

Argentina es una semicolonia capitalista, aunque con un desarrollo desigual y combinado en el plano industrial. De hecho, no es exactamente igual que el promedio latinoamericano en su matriz productiva:

*Tiene 12 terminales automotrices, producción de satélites, polos siderúrgicos. 

*INVAP y CNEA desarrollan tecnología nuclear, y una aerolínea de bandera que representa el 70 % del transporte nacional y el 30 % internacional – Brasil es mucho más importante, y no tiene eso. 

Ahora bien: Milei viene a liquidar lo que queda de industria local, desmantelar eso, o reducirlo a su más mínima expresión para cristalizar un modelo duro de base agrominero – exportador, exclusivamente. Esa es la estrategia. Hay algo de involución histórico / económica, a un tipo de integración mundial, como eslabón parecido al país del pacto Roca-Runciman. Por ahí va la cosa. 

No son casuales las referencias embelesadas a la oligarquía doble apellido del siglo XIX con ínfulas parisinas. 

Para ese plan, de respiración larga, hay un punto de apoyo fuerte en la gran burguesía agraria que describió en los últimos 40 años una trayectoria económica en sentido opuesto a lo que había hecho en la década del 30 del siglo XX: 

Desindustrializó su capital y lo ancló en el campo, pooles de siembra mediante y agronegocio triunfal. 

Esta especie de solución final reprimarizadora definitiva, que encarna la estrategia de Milei, viene a intentar completar lo que no pudieron Onganía, la dictadura genocida, Menem o Macri

Ese plan supone un nivel de pulverización de fuerzas productivas, que puede disparar la pobreza que mide el Observatorio Social de la UCA del casi 60 % actual a casi el 80 % en un lapso brevísimo de tiempo. 

Por eso, hay algo de distopía argenta en todo esto. No de Netflix, sino de la realidad. 

Hood Robin

Estos primeros cuatro meses de gobierno, concentraron medidas de agresión social que implican un experimento reaccionario muy audaz, cuyo propósito es profundizar y cristalizar un reseteo global del capitalismo en el país, neutralizando cualquier reacción popular que revierta el rumbo: 

*Todos los indicadores económicos tienen puntos de contacto con variables de la pandemia. 

*El shock de expropiación salarial, de jubilaciones y programas sociales con la inflación planificada desde arriba, impacta. 

*La enorme devaluación aseguró un flujo de transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados del capital: bancos, pooles y corporaciones mineras. 

*La liberación desbocada de precios por decreto está pauperizando a los sectores medios. 

*Se generalizan los despidos y suspensiones. 

*Como si todo lo anterior no fuera suficiente, un brote histórico de dengue, se da en este contexto, con negativa a adoptar una política pública activa con fumigaciones, distribución masiva de repelentes y vacunas. 

Todavía faltan los tarifazos en servicios de agua, luz y gas, que va a tensionar la economía doméstica y comprometer la continuidad de miles de comercios y Pymes. El desplome de ese entramado anticipa un tendal. 

Por lo tanto, a este ritmo, más que dinámica en V la perspectiva es pasar de estanflación a recesión y de ahí en tres meses una depresión económica de proporciones. 

En suma: abaratamiento del costo laboral para los capitalistas, engorde del ejército industrial de reserva y recesión con inflación. 

A la inversa del héroe medieval que le robaba a los ricos para distribuir entre los pobres, Milei y su banda, saquean al revés. 

Vivir por encima de las posibilidades

Para estabilizarse y lograr una reestructuración general de la economía y del sistema político, el gobierno de Milei, requiere entre otras condiciones, una fundamental: alterar las relaciones sociales de fuerza a su favor.

En esa dirección apunta la llamada batalla cultural, que es una guerra ideológico – política por el sentido común de masas: 

*La remarcación de precios de corporaciones con posición monopólica es sinceramiento. 

*Alterar los patrones de acumulación de capital a favor del 1 % es ordenar la macro

*La carga impositiva sobre los más ricos, son distorsiones que desalientan la inversión

*La inversión social en educación, salud, cultura, servicios públicos son privilegios populistas, gasto

En definitiva, el sentido común que lucha por imponer el gobierno libertario significa o se traduce en que tener derechos sociales como mayoría trabajadora es vivir por encima de nuestras posibilidades. 

No es lugar por lugar 

Dice Steven Forti, en “Extrema Derecha 2.0”, que hay una línea de las nuevas derechas que es la agitación permanente sobre los sectores que se propone combatir, dividir o neutralizar, que consiste en una especie de provocación sistemática estresante y saturante. Lo orientación de desplegar un plan general de ataque múltiple, y abrir muchas ventanas de conflicto al mismo tiempo, genera dos dinámicas: 

*Intensifica la polarización y define dos trincheras claras, nítidas. 

*Si el polo atacado no tiene cohesión político-sindical, de programa y proyecto, la respuesta es fragmentaria y dispersa. 

La línea Milei de provocación saturante como iniciativa definida a partir del 1° de marzo, abrió una coyuntura de respuestas lugar por lugar de sectores del movimiento obrero, los movimientos sociales, la cultura o la clase media, que desgasta, dilapida energía y no mueve definitivamente la aguja a favor de los de abajo en la correlación general de fuerzas. 

Por un lado los estatales, por otro la UOM, por su lado camioneros, el INCAA y el cine con lo suyo, ahora la comunidad universitaria y más tarde el movimiento piquetero. Así, ganaron la pulseada histórica Thatcher en Inglaterra e incluso Menem en Argentina, en su primer tramo: no es por ahí. El aprendizaje histórico es crucial en esta etapa que nos toca encarar. 

¿Adónde están que no se ven? 

La apuesta a todo o nada del gobierno libertario, conecta dialécticamente, con las inconsistencias que exhibe el sistema político que operó pos-2001: 

*Por un lado, la Libertad Avanza se fagocitó la base social del PRO. 

*Por otra parte, capitaliza la experiencia decepcionante con el último peronismo en el gobierno. 

Además, juega una carta de chantaje ya que sabe que no hay recambio en el campo de la política tradicional hoy y que en todo caso, el peronismo sindical y político, no tiene como estrategia hacerse cargo del conflicto social y proyectarlo en movilización porque sabe que Milei no cuenta con musculatura para bancar mucho y por lo tanto, una salida de crisis anticipada obligaría al pejotismo a asumir un gobierno que necesariamente debería hacer concesiones económicas y políticas. Y para eso, en una etapa de viento de frente de  la economía mundial y regional, solo sería posible tocando intereses y privilegios de minoría: no pagar deuda al FMI, impuesto a las grandes fortunas y variantes de ese carácter. El peronismo en todas sus alas, se define como un proyecto garante del statu quo capitalista, ni más ni menos. Eso explica la especulación aberrante de su cúpula dirigencial (incluyendo a CFK) que hacen evaluaciones electorales pensando en el ahora lejano 2025. Que el actual gobierno se desgaste intentando aplicar su programa, y que la paciencia social se canalice en las urnas. Una canallada política. 

Síntomas de fin de impasse

Hay un interrogante que se repite en el análisis político y que gravita en la conversación pública que es ¿hasta dónde llega la tolerancia social a semejante experimento de ajuste?”

Es indudable que razones y deterioro material existen de sobra para apalancar una potente reacción obrera y popular. Sin embargo, hay mediaciones entre la experiencia y la conciencia, no hay determinismo mecánicos en esa interacción. De hecho, hay una serie de puntos de referencia muy importantes para tomar en cuenta: 

*La degradación de salarios, jubilaciones y programas sociales es un catalizador potente. 

*Hay una agenda de luchas, parciales, pero importantes: la UOM todavía no cerró ningún acuerdo, Camioneros amenaza con medidas de fuerza si no le homologan el acuerdo paritario, el INCAA y sector audiovisual pelean, como Télam y otros sectores. Hay desgaste, pero predisposición a pelear. 

*La comunidad universitaria acaba de votar junto al CONICET una Marcha Federal Educativa para el 23 de abril. Desde los rectores en el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) pasando por toda la superestructura sindical y estudiantil del sector convocan contra la asfixia presupuestaria. Puede ser el punto de inflexión que marque el ingreso en escena de ese actor social, y en particular del movimiento estudiantil, que siempre opera como caja de resonancia y anticipa tendencias más  soterradas en el estado de ánimo de masas. Atentos a esto. 

Atravesando todo este panorama, y con la economía en perspectiva incierta, está el debate parlamentario de la nueva “Ley Bases” cuyo borrador acaba de ingresar en el Congreso y que implica volver a la carga (en otra escala, sin la pretensión ridículamente fundacional de la Ley Ómnibus), pero con facultades especiales y otros instrumentos de legalización del ajuste en curso. Y con un cabildeo degradante de la CGT inclusive hasta el último día previo a su Consejo Directivo de este 11/4 donde anunciarían medidas de fuerza. Está por verse que decide esa burocracia. Pero, hay clima en el ambiente de un cambio de tendencia a favor de un choque frontal (otra vez) con el gobierno libertario.  

Es el paro general y el plan de lucha (estúpido)

Es indiscutible que hay fuerza social y vitalidad para organizar una resistencia centralizada nacional al plan Milei de conjunto. La tarea de exigir que la CGT y la CTA convoquen no solamente a alguna medida aislada de catarsis colectiva, sino a un plan serio, discutido en asambleas de base y tomado desde abajo, es crucial. De vida o muerte en esta disputa. 

Por lo tanto, resuelva lo que resuelva la CGT por su naturaleza y estrategia como parte del peronismo, no será lo que hace falta para ganarle la pulseada al proyecto gobernante. 

Con lo cual, en simultáneo hay por lo menos tres tareas combinadas, que son centrales: 

  1.  Apoyar todas las luchas, para que triunfen. 
  1.  Potenciar la Coordinación Multisectorial Independiente, como polo articulador de la izquierda, el sindicalismo combativo, los movimientos sociales, de la cultura, asambleas barriales y otros sectores. Es decisivo para robustecer un reagrupamiento de frente único ante las defecciones del peronismo y la burocracia sindical. Eso incluye convocar a un 1° de mayo unitario de todos los que luchan en Plaza de Mayo, bajo el formato Encuentro o lo que se decida. 
  1.  Y finalmente, un planteo que hace a la salida por izquierda en el plano político. Estratégicamente, superar al peronismo en esta etapa histórica es el desafío. El Frente de Izquierda – Unidad tiene que llamar a un Gran Congreso Abierto para canalizar positivamente el desencanto con el peronismo de miles de activistas, junto a la militancia y simpatizantes de izquierda. Al mismo tiempo, nuestro partido el MST, levanta una propuesta reiterada: el FIT-U tiene que evolucionar a movimiento político para actuar en el proceso de lucha de clase sistemáticamente. 

Porque efectivamente es enterrar el plan Milei, la tarea. Y superar la experiencia del falso progresismo por izquierda de una buena vez.

Porque hay vida después del peronismo. Claro que sí. Y es socialista hacia un gobierno de los que nunca gobernamos.

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