Compartimos a continuación el panorama político realizado por Sergio García, director de Periodismo de izquierda. Este trabajo hace parte del nuevo número mensual de Alternativa Socialista, que desde los próximos días podrás conseguir en todos los locales del MST en el Frente de Izquierda. En este número tendrás además un trabajo sobre la educación, otro sobre las elecciones en Estados Unidos. Un texto en el aniversrio André Bretón, una entrevista a Guillermo Folguera. Profundizamos también sobre el tema palestino y tras el juicio de la DAIA contra Alejandro Bodart, en el cual fue absuelto, te contamos e invitamos a leer declaraciones, alegatos y la sentencia. Como verás, se viene un número muy interesante para que lo conozcas. Ahora nos metemos, con este panorama, en el análisisi político del país y las opiniones de la izquierda.
La crisis política por arriba, el veto permitido por el Congreso, el accionar represivo, las tensiones económicas y el descontento creciente por abajo pueden comenzar a configurar un nuevo momento en el país. En una pelea abierta y de pronóstico reservado, mientras las viejas direcciones sindicales dejan pasar el ajuste, Milei confronta, aprovecha sus alianzas parlamentarias y juega con fuego en cado uno de sus provocadores dichos. Una parte importante de la población comienza a hartarse, aunque aún no se manifieste en grandes acciones de calle. Tomando nota de la magnitud de la crisis Cristina Fernández de Kirchner vuelve relanzar una propuesta hacia el peronismo y hacia el gran capital. ¿Puede tensionarse más la situación? ¿Habrá más confrontaciones de clase? ¿Cuál es el papel de la izquierda en esta encrucijada y de cara al futuro? Compartimos nuestras opiniones y propuestas alternativas.
En diferentes acciones, reiteradas imágenes de las fuerzas de seguridad golpeando y gaseando a jubiladas y jubilados frente al Congreso recorrieron el país. causaron indignación por el brutal dispositivo represivo, provocador, inhumano. Indignante también es su razón política oficial. Se les negó un aumento mínimo, insuficiente, vetado por este presidente que se auto percibe monarca. Con el mismo estilo de confrontación cotidiana, amenaza con vetar un financiamiento educativo y todo posible aumento del gasto social que pueda convertirse en ley. “Me importa un carajo, voy a vetar todo”, vocifera quien quiere impresionar, demostrar una fortaleza inquebrantable con sus propias y altisonantes amenazas, que en realidad están reflejando una alta dosis de preocupación.
La película del gobierno libertario está todavía en sus comienzos. Si tomamos como parámetro los cuatro años por los cuales fue electo, en realidad estamos recién transitando algo más del 20%, la primera parte de sus escenas. La cantidad de ajuste, tensiones, acciones de calle y crisis en las alturas, hacen parecer que el tiempo ha sido mucho más largo. Lo insoportable del personaje convierte en eterno lo que va del año y en realidad estamos recién yendo hacia diez meses de su gobierno. En este corto pero cambiante tiempo hubo capítulos disímiles, avances y retrocesos, momentos de más tensión callejera y de más dudas e incertidumbre. De más unidad política oficial, y de expulsiones y crisis internas como resultados de sus visitas a genocidas. Escenas de apoyo parlamentario opositor al gobierno, escenas de resquebrajamiento de dicho apoyo y de nuevo panqueques apoyando lo que antes rechazaban. Al compás de la crisis económica y el malestar social creciente, se desarrollan todas estas tensiones políticas.
Las mismas se dan, no por casualidad, en un formato de triada, con tres procesos relacionados entre sí. La fuerte crisis económica golpea y hace ascender el malhumor social. Este a su vez retumba en las alturas del poder político oficialista y opositor, donde nadie da un paso sin tomar en cuenta la perspectiva poco alentadora de la economía y el descontento social que ese mismo horizonte crítico origina. Cuando la debilidad legislativa del oficialismo se evidencia en falta de acuerdos o votaciones en contra, actúa la relación entre estos tres procesos. Cuando pese a todo esto igualmente logra algunos acuerdos que lo sostienen, como recientemente con diputados a favor del veto de Milei a los jubilados, se evidencia el rol rastrero de una oposición burguesa que en este corto tiempo ha oxigenado a Milei repetidas veces. Para cumplir su rol de casta al servicio de las necesidades de una voraz minoría capitalista, muchas veces no hay triada que se interponga en su camino.
Cambios en curso
Aunque los movimientos por arriba tienen un peso de importancia en el acontecer del presente y el futuro próximo, con sus idas y vueltas como las votaciones en diputados a favor del gobierno y en el senado contra su DNU de la SIDE y por financiamiento educativo, no hay análisis que sea correcto si no integra como factor esencial lo que sucede en los movimientos por abajo, en la vida real que sucede entre las capas populares, obreras y de franjas medias muy agredidas por el proyecto libertario. Si tres meses atrás, tras la votación de la ley bases, el gobierno tuvo un territorio despejado para acelerar su ajuste, hoy transita hacia el mismo objetivo, solo que el momento no es exactamente igual. La sucesiva llegada de meses con falta trabajo, salarios y jubilaciones que no alcanzan y servicios y transporte que siguen subiendo, van horadando esa expectativa de mejoras que una parte de la población tenía. No le sucede a toda la base social libertaria, pero le sucede cada vez a más gente.
Esto va configurando tal vez un momento que se anticipa diferente y del cual veremos su desarrollo y profundidad. En la polarización social y política que transcurre, el polo social de apoyo al gobierno se mantiene alto, pero en tendencia a la baja, aunque es bueno notar que no hubo una merma cualitativa. A la vez que el polo social que se le opone, sin cambios tampoco cualitativos en su crecimiento, va en aumento. No estamos todavía, evidentemente, en un momento de ascenso social generalizado ni en un proceso de desborde que cuestione todo en las calles, esto se volvió a evidenciar los días pasados. Esto, combinado con el rol de viejas direcciones que pasan de no hacer nada a convocar acciones sin la continuidad que se necesita, le dan a Milei un margen de ventaja, la posibilidad de un tiempo que utiliza para su plan. El último ejemplo de este accionar de la burocracia sindical fue ante el tema jubilados.
La dirección mayoritaria de la CGT no convocó a nada. Y los sectores gremiales que sí lo hicieron, no propusieron ninguna continuidad.
En este contexto; ¿Se profundizará los meses que vienen la conflictividad en la calle? ¿Se afianzará el proceso de desgaste libertario? Su
política de vetar aumentos jubilatorios y educativos, ¿encontrará una fuerte resistencia que abra paso a un cambio mayor en la situación? Estas hipótesis como mínimo están planteadas. No pretendemos, como si tuviéramos una bola de cristal, indicar lo que seguro va a suceder. Sí pretendemos marcar los rasgos esenciales de la situación, los puntos fuertes y débiles del gobierno y el para nosotros
creciente malestar de la mayoría de la población, relacionados con un rol funesto de viejas direcciones políticas y sindicales. Además, si no hay un estallido social inminente, entre otras cosas se debe a que esa misma población es muy crítica de los gobiernos anteriores y de los partidos de oposición. Una fortaleza relativa del gobierno que no parte de virtudes propias, más bien del hecho de que millones no vislumbran salida en el horizonte volviendo sobre el pasado reciente.
Así las cosas, creemos igualmente que una hipótesis probable es que vayamos a una tendencia a mayores confrontaciones sociales y desgaste oficialista. Del resultado de esos procesos se irá configurando como será el tiempo que viene. Milei tiene oportunidades de consolidar más su régimen autoritario, su ajuste e intento de cambios estructurales. No la tiene fácil y lo sabe. Grita y amenaza ocultando en modo show su debilidad de origen. Se dice a sí mismo uno de los políticos más reconocidos del mundo, pero el mundo financiero y capitalista que tanto defiende no le presta ni un dólar, para dar sostenibilidad a una economía atrapada en recesión profunda.
Extraña paradoja que muestra las contradicciones de la situación. La desconfianza, las dudosas garantías de éxito y las tensiones por abajo, van haciendo que el hartazgo se evidencia y la paciencia social vaya encontrando sus propios límites. Mientras tanto la incertidumbre gana terreno en los mandamases del sistema financiero y de un círculo rojo que apoya los cambios en curso. Solo que, temerosos del tiempo que viene, por las dudas piden devaluaciones y levantamientos del cepo lo antes posible. Quieren ganar mucho en poco tiempo, no sea cosa que no haya un después.
Torcido, desordenado, condenado a no enderezarse
Decíamos que un punto a favor de Milei es el descreimiento general en los viejos partidos y en fuerzas que estuvieron a cargo del gobierno períodos anteriores. Tan fuerte es esta realidad que la propia Cristina Fernández de Kirchner, para criticar duramente en una carta los nueve meses de gobierno de Milei, tuvo que hacerse cargo en el mismo texto de una fuerte crítica al peronismo del cual es una de sus principales dirigentes. Nadie en su sano juicio podría intentar analizar lo que acontece y pretender obviar el lamentable rol del peronismo en todo este tiempo. CFK lo sabe, lo percibe entre su propia base social y electoral, y por ese motivo trata de dialogar con esos sectores desde un espíritu crítico que a la vez marque algún tipo de salida, de encaminamiento. Diciendo que hacen falta cambios en el peronismo para volver a ser una opción de gobierno.
Desde nuestra visión de izquierda anticapitalista y socialista discrepamos con el análisis y con la propuesta de CFK. En realidad, consideramos que no hay ninguna posibilidad de que el peronismo sea una alternativa positiva a futuro, por la sencilla razón de que su estructura y su programa no están puestos en función de garantizar derechos de las grandes mayorías, sino de volver a administrar el país bajo las premisas de orden capitalista en el marco de una crisis global. Es por eso que sus fracasos recientes no sucedieron por haberse torcido, sino por aplicar de una u otra forma un proyecto que tiene esa direccionalidad, siempre inclinada a mantener los negocios capitalistas, de esos mismos grandes empresarios a quienes CFK les habla en su carta, recordándoles una y otra vez que con el peronismo en el poder, siempre han ganado mucho. En otras épocas pudieron garantizar esas enormes ganancias para unos pocos, combinadas con cierto grado de contención social y conquistas sociales parciales. Cuando la crisis capitalista mundial y la fuerte polarización en curso no dejan margen para eso, obligando a optar, nunca el peronismo se decide por patear el tablero a favor de los que menos tienen. Siempre se ordena por la gestión “responsable” dentro de los marcos del régimen y el sistema.
Por lo mismo, por esa tradición de origen de postularse como opción hacia la clase capitalista, no es casualidad que en su carta CFK advierta que el peronismo se desordenó “cuando no advirtió la modificación de las relaciones laborales de la población económicamente activa… El peronismo se desordenó cuando no planteó una revisión y reforma profunda de la educación pública; cuando no pudo superar el consignismo de la desigualdad social por un lado y el gatillo fácil por el otro para abordar un plan de seguridad de carácter integral”.
Como puede verse, la intencionalidad para el objetivo que marca la carta de “volver a representar mayoritariamente” toma para sí la agenda del gran poder concentrado que hace años y ahora más que nunca con Milei, quiere provocar cambios estructurales y regresivos en legislación laboral, en educación pública, en abandono de políticas sociales y en una política de seguridad punitivista y represiva desde los catorce años. Esa agenda prioritaria del sistema, ajena a las verdaderas necesidades sociales de las mayorías obreras y populares, es la que toma CFK para intentar reorganizar y relanzar el peronismo. Tratando de paso de transmitir confianza en las altas
esferas del poder.
Por eso no hay nada de positivo en la reconstitución de un proyecto de estas características. Está muy claro que para millones salir de Milei es un objetivo prioritario y puede tenderse en última instancia a buscar un mal menor. Solo recordamos que así le fue a la historia de nuestro país por ese razonamiento incorrecto e ineficaz. Pasando de males menores a nuevos males menores, se terminó abriéndole paso a Milei, el mal mayor. Nuestro llamado, nuestra propuesta, es a superar de verdad estas experiencias agotadas. Es el momento de intentarlo a fondo sin demora.
Hacer algo nuevo de verdad
No es una frase general, ni un deseo ocasional. Hablamos de una necesidad política esencial. Si en el país no abrimos la puerta a una nueva herramienta política por fuera de la estructura y dirección del peronismo, no hay salida positiva. Y convocamos a este debate en particular a los sectores de la clase trabajadora y de la juventud que han votado o apoyado diferentes variantes del peronismo. Porque queremos construir la alternativa necesaria con toda la militancia y base social de la izquierda y también con todos ustedes. Si queremos hacer algo grande, fuerte y que en verdad sea opción de poder contra todas las variantes del sistema, en el plano político hace falta una gran unidad desde abajo.
Claro que no es cualquier unidad. Es con un programa de fondo, de ruptura con toda la estructura del poder capitalista. Por eso insistimos en que el Frente de Izquierda Unidad, que integramos y valoramos, tiene que ser parte a fondo de este debate y ponerse a disposición de ayudar a construir esta alternativa. El significado positivo que tiene la unidad de izquierda electoral que hemos conquistado es un gran punto de partida, pero no el final del camino. Nunca un frente electoral puede ser el objetivo final. Es mucho más lo que hace falta: poner un pie un gran movimiento político con la izquierda anticapitalista y socialista convocando, abriendo canales de participación, de militancia activa, de otorgamiento de un lugar protagónico a referentes sociales, independientes, intelectuales, a protagonistas de todas las luchas sociales.
Este camino hay que transitar. Y desde esta convocatoria también queremos decirles a las fuerzas que se denominan populares y que insisten en invitar a dar la pelea dentro de frentes conducidos por el PJ, que ya es hora de dejar de invitar al fracaso. Nunca en toda la historia de largas décadas del peronismo, quienes desde la izquierda quisieron cambiarle el contenido, modificar su rumbo o torcer las relaciones de fuerza internas, lo han logrado. Desde John William Cooke, precursor de esa tesis política, pasando por la izquierda peronista en los setenta, hasta llegar al Frente Patria Grande (De Juan Grabois) que pretendía enfrentar a Sergio Massa para terminar apoyándolo desde adentro, nunca nadie ha podido transformar la esencia de una fuerza política que no admite esas transformaciones a la izquierda. Quien en verdad quiera un país sin desigualdad social, sin ajuste ni FMI y sin corporaciones capitalistas llevándose nuestros bienes comunes y destruyendo todo a su paso, tienen que dar el único movimiento posible: animarse a cambiar de camino. Si los dirigentes de estos espacios no se animan, invitamos a su militancia obrera, popular y de la juventud a dar estos pasos y confluir con una izquierda sólida en
su proyecto y abierta en su convocatoria hacia la construcción de algo nuevo.
Unidos y en la calle
El impulso de una correcta estrategia política en tiempos de Milei, es una prioridad. Así como nosotros proponemos encarar un nuevo proyecto desde la izquierda, estamos siempre abiertos al debate, al intercambio de ideas con todas las organizaciones, referentes y luchadores sociales que quieran hacerlo. Y las propuestas que en este trabajo compartimos están puestas en función de ese intercambio necesario y urgente.
Al mismo tiempo el desarrollo de este debate político no pretende obstaculizar en nada la necesidad urgente que millones de familias trabajadoras tenemos: enfrentar y derrotar a Milei. Una vez más insistimos en que la lucha contra el proyecto libertario es ahora y es en la calle, no espera calendarios parlamentarios, ni electorales, ni cálculos políticos mezquinos. Necesita una lucha real, con la mayor amplitud y con una gran autoconvocatoria a construir planes de lucha verdaderos, consecuentes. Exigiéndole a las direcciones sindicales que lo convoquen, sin sentarnos a esperar, impulsando cada lucha, coordinando desde abajo, enfrentando cada veto, cada despido, cada ataque a nuestros derechos sociales y democráticos. Será la mejor forma tanto para derrotar a Milei, como para generar mejores
condiciones políticas y sociales hacia la conformación de otra salida y proyecto político.
SOBRE LO SUCEDIDO EN EL PARLAMENTO
Rosca, panqueques y compra de votos. La esencia del Congreso
Finalmente en la sesión de diputados donde se trató el veto de Milei a los jubilados, la oposición no llegó a los dos tercios que necesitaba para derrotar el veto. Después de largos días de negociaciones y rosca parlamentaria, el gobierno logró dar vuelta el voto de un grupo de impresentables diputados, que repentinamente decidieron votar lo opuesto que habían votado semanas antes. Lo más descarado en esta ocasión, fueron 5 diputados de la UCR que incluso se reunieron y fotografiaron con Milei el día anterior a la sesión.
¿Sorprende? En realidad no. Tan solo es un nuevo capítulo de una larga lista de situaciones, en donde los supuestos representantes del pueblo en el Parlamento, panquequean de acuerdo a sus propios beneficios y en base a compra de votos. Así de directo y así de sencillo. El último de estos ejemplos no está muy lejos; fue hace tan solo unos meses, frente a la votación de la ley bases, donde surgieron sorpresivas designaciones bien pagas para algunos diputados, y acuerdos de último momento de envío de partidas financieras a gobernadores que le hicieron cambiar el voto a los diputados de sus provincias. Así, en ese inmundo lodo, logró Milei su primera ley parlamentaria
En la historia del país quedó grabada también la frase “para los senadores tengo la Banelco”, que fuera dicha por el ministro de Trabajo Alberto Flamarique a Moyano en el año 2000, frente al intento de votación de una ley de reforma laboral, exigida por entonces por las patronales y el FMI. El caso involucró directamente al presidente radical De la Rúa y también al secretario administrativo del senado Pontaquarto, quien terminó declarando en la justicia que él fue a retirar 5 millones de dólares a la SIDE (Sí, la misma a la que hoy Milei quiere darle fondos reservados) que eran para repartir entre senadores del PJ y otros bloques a cambio de un voto favorable.
Volviendo al presente, tras la escandalosa votación en diputados contra los jubilados, en la sesión del senado del día siguiente se votó en contra del DNU con fondos reservados para el gobierno y a favor de un aumento de financiamiento educativo, sobre el cual Milei anunció que también va a vetarlo. Eso puede llevar a que de nuevo la cámara de diputados tenga que tratar el tema para ver si rechaza el veto ¿Qué pasará entonces? Tal vez aparezcan, no por casualidad, otros que vuelvan a cambiar de opinión. Frente a esto hay que oponer una gran movilización nacional educativa, como la realizada en el mes de abril, sin más demora y junto a un plan de lucha como única garantía de derrotar al gobierno.
¿Por qué relatamos estos ejemplos? Para que no te sorprendas con lo que viste estos días en apoyo al veto de Milei, ni con hechos similares que puedan ocurrir más adelante. Así es la esencia de una institución parlamentaria que aparenta ser democrática, pero es una cuna de negociados espurios contra la población.
Tanto es así que para llevar adelante su oficio, a veces hace cambiar relatos. Por ejemplo, Milei desde que asumió dice que él está contra la casta, que odia la política y las negociaciones. Sin embargo, apremiado por salvar su veto, él convocó directamente a una reunión en Olivos a los diputados comprables. Se metió en el barro y se embarró, abrazado a la casta de la cual es parte.
Por eso dentro del Congreso es correcto cuando se obtienen diputados (como a veces logramos desde la izquierda) dar peleas políticas contra todos los viejos partidos y a favor de los intereses de las y los trabajadores. Pero nunca hay que perder de vista que la lucha central está en la calle. De hecho, cuando el Congreso tuvo que votar leyes progresivas (va como ejemplo la ley del derecho al aborto) fue precedido por un enorme movimiento en la calle que ganó peso y fuerza social y el Congreso finalmente no tuvo más remedio que reflejar en su votación esa realidad. Y si ahora se votó un financiamiento educativo, también tiene como base una multitudinaria movilización nacional por la educación.
Por lo mismo la tarea del momento no es continuar convocando a confiar en el Congreso, como equivocadamente hacen diferentes alas del peronismo. Lo que hace falta es desarrollar, de una vez por todas, un movimiento de lucha en la calle por fuera de la agenda parlamentaria. Hay que generar autoconvocatorias bien amplias y unitarias, coordinar cada reclamo y exigirles a las centrales sindicales que dejen de dormir la siesta y de dejar pasar el ajuste, y convoquen a un verdadero plan de lucha. Si como parte de esa planificación hay que marchar a veces sobre el Congreso porque se trata algo importante, está muy bien hacerlo. Pero vamos a derrotar a Milei, incluso dentro del Parlamento, si la fuerza social puesta en movimiento en la calle previamente es contundente y si se desarrolla mucho más allá de sus sesiones. En resumen, hay que organizarse para ir por salario y jubilaciones dignas, por trabajo, más presupuesto para educación y salud pública, con una fuerte lucha nacional hasta frenar y derrotar a Milei.