viernes, 4 octubre 2024 - 14:33

Opiniones sobre el fin del mundo. Milei y su fenómeno barrial: la pobreza

Opiniones sobre el fin del mundo es una columna que busca dar cuenta de lo que reflejan algunas de las notas de opinión dominicales de los medios masivos de comunicación y otras nuevas plataformas. Obviamente, por el medio donde se publica esta pieza, busca entender la realidad y a la vez proponer ideas para transformarla mediante políticas socialistas.

Este lunes comenzará una semana que va a dar continuidad a conflictos que vienen esmerilando el capital político de Milei. Pero antes de enumerar estos hechos, valdría la pena repasar que, los días que transcurrieron, también significaron momentos grises para la gestión libertaria. Sobre todo, un dato que impacta con fuerza y muestra el cambio de lo que es Argentina en relación con lo que supo ser: la pobreza alcanzó al 52.9% de la población total.

La casta se combate ¿con más pobres?

El indicador que dio el INDEC, según Verbitsky, es lo que provoca “La preocupación de los banqueros que dialogan con Caputo”. No resuena de buena manera la situación social y, menos aún, el control político del malestar que este fenómeno genera. Además, el mismo editorialista agrega: “La inconcebible cifra de 15,6 millones de pobres y, dentro de ellos, de 5,4 millones de indigentes se agrava en el corte etario, ya que, entre el nacimiento y los 5 años, el 64% son pobres y entre ellos el 23,3% indigentes, es decir que no cubren los requisitos mínimos alimentarios”[i]. Los datos duros que se marcan son conjugados, también, con acciones que están irritando a la gente de a pie. El editorial mencionado, sobre el mismo tema, agrega: “Las reacciones oficiales ante esta información sugieren que el gobierno quedó atontado pese a que el dato no lo tomó por sorpresa. A la misma hora del informe del INDEC, Milei y su hermana recibían en la Casa de Gobierno a la presentadora Susana Giménez, con quien se fotografiaron en el despacho presidencial y en el balcón sobre la Plaza de Mayo”[ii].

Para Jorge Liotti, este accionar del presidente con la diva y su hermana hace que la imagen de outsider se empiece a desgranar y, sumado a esto, comience a emparentarse con la casta. El columnista de La Nación se plantea dos preguntas a raíz de una serie de hechos, entre ellos el asado luego de negarle un aumento a los jubilados, que culminan con Milei y Susana en el balcón de la Rosada: “¿extravió Milei el agudo sensor del humor social, que había sido su gran activo durante su ascenso al poder y sus primeros meses de gestión? (…) ¿la narrativa original, basada en la defensa irrestricta del ajuste y la lucha contra la “casta”, está exhibiendo un desgaste ante las dificultades del Gobierno para exponer una recuperación económica vigorosa?”[iii].

Hay que hacer un ejercicio con lo que plantea Liotti y pensar si a la casta se la puede combatir con más pobres. No se puede hacer afirmaciones generales, pero sí pensar si los sectores más desposeídos que votaron al presidente, por bronca con quienes los vienen empobreciendo, serán leales a otro estafador. El columnista, al final de su artículo y luego de un análisis que en síntesis afirma lo que sostiene su colega Carlos Pagni en su libro El Nudo, sostiene que “Argentina ya no es un país con pobres, sino un país con pobreza”, agrega que: “Ya no alcanza con los planes, que Sandra Pettovello mantiene y aumenta con la venia de Milei para contener; ese sector sólo revivirá si hay reactivación económica. Es cierto que hay indicadores para sostener la idea del Gobierno de que la situación se alivió un poco en los últimos meses, pero como plantea el especialista del Conicet Jorge Paz, “va a ser difícil de revertir por completo la caída porque lo inédito es que la pobreza creció más de 11 puntos en solo un semestre[iv].

Para Ricardo Kirschbaum esta situación encendió la alarma en el “triángulo de hierro” sobre el hecho de que el presidente: “Ya no navega en aguas calmas, la paciencia social comienza a tener límites. Si se creyó en las encuestas cuando verificaban la fuerte aceptación de Milei, hay que creerles ahora que indican que ese idilio, aunque no se ha roto, se está enfriando. Todavía son altos los números de Milei, pero el umbral del dolor toca timbre[v]. Esto, en el mundo de las encuestas, para Raúl Kollman, tomando los datos del CEOP (Centro de Estudios de Opinión Pública), se vislumbra de esta manera: “Continúa sin pausa la caída en la imagen de Javier Milei. Llegó a tener el 61 por ciento de opiniones positivas en diciembre, cuando asumió, y ahora cayó al 40 por ciento, cuatro puntos por debajo de agosto (fue 44 por ciento) y 24 puntos menos que hace 10 meses. La evaluación de su gestión cayó en la misma magnitud, pero ahora está en 38,5 por ciento, atravesando hacia abajo la línea crítica de los 40 puntos”[vi].

Una de las formas de tener en consideración los golpes que recibe Milei, fue la reacción de hacer un acto para tratar de cimentar aún más su base y tratar de hacer algo de política para sumar más sectores. Pero, como no podía ser de otra manera, y simulando el manual de la extrema derecha a nivel mundial, ayer Parque Lezama fue testigo de una hondonada de mentiras. Melisa Molina, en su nota donde analiza el acto libertario, recupera fragmentos del presidente en donde expresó: “Dijo que su gobierno es ‘el mejor de la historia’, que, en realidad, ‘la pobreza está bajando’, que él es un ‘defensor del peso’, y que en 2025 su partido va a dar ‘un batacazo electoral, que permitirá que triunfen los justos y se hundan los populistas’”[vii].

La reforma laboral se vuelve realidad y la siesta de la CGT continúa

Mientras Julio Cordero, el actual secretario de Trabajo del gobierno nacional, se da el lujo de decir que la reglamentación de la nueva reforma laboral: “No quita ningún derecho” y conduce a “una economía saneada, más una seguridad jurídica en las contrataciones, permite elevar al 100 por ciento la actividad económica de un país”. Toda una declaración de guerra para los trabajadores. Tanto para los formales como los informales.

Es un reseteo, de hecho, en varias de las condiciones de trabajo. Para un análisis sobre este tema recomendamos la siguiente nota: Motosierra a los trabajadores. Con ayuda de la CGT el gobierno reglamentó la reforma laboral, que explica los puntos centrales que se atacan.

En este marco, se acerca el 2 de octubre y la marcha universitaria que, otra vez, puede significar un golpe importante al gobierno nacional. Centralmente porque gran parte de sus votantes, en la primera versión de esta convocatoria, que fue masiva, dejó en claro que la educación no era parte de la casta. Según Lucía Aisicoff, en su nota para elDiarioAR: “También se sumó la Confederación General del Trabajo (CGT), cuya dirigencia suele ser blanco de cuestionamientos internos por su letargo en salir a marchar. Lo confirmó Pablo Moyano, líder de Camioneros y el más combativo de los integrantes de la cúpula. La central obrera confluirá con las dos CTA, la UTEP, el Movimiento Evita y otras organizaciones sociales”[viii]. A la vez relata que gran parte del peronismo se hará presente.

Las preguntas que surgen de esto son las siguiente: ¿Por qué no unificar las luchas y darle continuidad con un plan extendido en el tiempo? ¿Por qué no ser esta la fecha que abra la discusión para el próximo paro general para detenerle la mano a Milei? Consideramos equivocado, al menos desde esta columna, considerar que la estrategia para enfrentar a Milei sea la que propone Sergio Palazzo, el secretario general de La Bancaria: “Necesitamos aunar esfuerzos para alcanzar una urgente convocatoria nacional sin exclusiones que, por un lado, exija la adopción de medidas de emergencia con relación a estos reclamos mínimos. Por otro, que acuerde sobre los puntos concretos de un pacto social y federal basado en un plan común a todos los sectores regionales del trabajo, la producción y solidarios con quienes se encuentran en situación de pobreza extrema”[ix]. Se acabó el tiempo para hacer alquimia y pensar que hay algún pacto social, que aúne los intereses de los trabajadores y patronales puede funcionar. Ese es el fracaso central del gobierno anterior que le abrió las puertas a Milei. La calle tiene que ser el norte central y no una estrategia electoral como deja ver Palazzo. Además de aclarar que hay que ir hacia la construcción de una fuerza que priorice, central y primordialmente, ante todo, los intereses de quienes hacen funcionar el país.

Una salida

Sin hacer estimaciones sobre si el gobierno de Milei tiene posibilidades de caer o no a partir de su debilitamiento, sí está claro que hay que avanzar en la mayor unidad en la calle para enfrentar su plan, que día tras día avanza sobre los derechos de las mayorías. En este marco, en Candenomics[x], un ciclo de charlas conducido por Candelaria Botto, Martín Mosquera, el director de la revista Jacobin, expresa esta necesidad. Sin embargo, va más allá. Y sostiene que la unidad de los diferentes sectores que resisten, también se tiene que expresar en otros ámbitos, como el electoral. Traspolando la experiencia brasileña, promueve que, tal como lo hizo la dirección mayoritaria del PSOL, la izquierda tiene que unirse con el progresismo para enfrentar a la ultraderecha.

Más allá de los debates tácticos de un voto, esta política de Mosquera obvia que los resultados de un progresismo descafeinado han sido el punto de inicio y de apoyo para que las fuerzas como la de Milei lleguen a ser gobierno. En este sentido, cabe recuperar la propuesta del director de PDI, Sergio García, quien sostiene que la unidad se tiene que dar con: “un programa de fondo, de ruptura con toda la estructura del poder capitalista. Por eso insistimos en que el Frente de Izquierda Unidad, que integramos y valoramos, tiene que ser parte a fondo de este debate y ponerse a disposición de ayudar a construir esta alternativa. El significado positivo que tiene la unidad de izquierda electoral que hemos conquistado es un gran punto de partida, pero no el final del camino. Nunca un frente electoral puede ser el objetivo final. Es mucho más lo que hace falta: poner un pie un gran movimiento político con la izquierda anticapitalista y socialista convocando, abriendo canales de participación, de militancia activa, de otorgamiento de un lugar protagónico a referentes sociales, independientes, intelectuales, a protagonistas de todas las luchas sociales”[xi]. Y, además, agrega: “Y desde esta convocatoria también queremos decirles a las fuerzas que se denominan populares y que insisten en invitar a dar la pelea dentro de frentes conducidos por el PJ, que ya es hora de dejar de invitar al fracaso. Nunca en toda la historia de largas décadas del peronismo, quienes desde la izquierda quisieron cambiarle el contenido, modificar su rumbo o torcer las relaciones de fuerza internas, lo han logrado. Desde John William Cooke, precursor de esa tesis política, pasando por la izquierda peronista en los setenta, hasta llegar al Frente Patria Grande (De Juan Grabois) que pretendía enfrentar a Sergio Massa para terminar apoyándolo desde adentro, nunca nadie ha podido transformar la esencia de una fuerza política que no admite esas transformaciones a la izquierda”[xii].

Estas son las coordenadas, ahora queda ponerlas en función.


[i] SIGUEN LOS ÉXITOS. Horacio Verbitsky – El Cohete a la Luna (29/9/2024)

[ii] Ídem.

[iii] La narrativa de Milei sufre el desgaste de una realidad indomable. Jorge Liotti – La Nación (29/9/2024)

[iv] Ídem.

[v] La pobreza, una “política de Estado”; Caputo mete a Lugones y gana el round; China se avecina. Ricardo Kirschbaum – Clarín (29/9/2024)

[vi] Encuesta exclusiva: La imagen de Javier Milei sigue en caída y se acelera el deterioro. Raúl Kollmann – Página 12 (29/9/2024)

[vii] Javier Milei en Mileilandia: celebró el ajuste, aseguró que la pobreza baja y que los salarios y las jubilaciones suben. Melisa Molina – Página 12 (29/9/2024)

[viii] El peronismo pone en pausa su interna para hacer una demostración de fuerza en la marcha universitaria. Lucía Aisicoff – elDiarioAR (29/9/2024)

[ix] NOS VA LA VIDA, NOS VA LA ARGENTINA. Sergio Palazzo – El Cohete a la Luna (29/9/2024)

[x] CANDENOMICS #3, con Martín Mosquera, editor de la Revista Jacobin

[xi] Panorama político. De hartazgos y proyectos torcidos. Sergio García – Periodismo de Izquierda

[xii] Ídem.

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