viernes, 3 mayo 2024 - 11:32

“No se inunda más”. La Ciudad se volvió un caos: inundaciones de calles y cortes de luz en varios barrios

“No se inunda más”, esa fue la frase de Mauricio Macri que se hizo viral cuando intentaba la reelección en 2019. Pero la realidad de la ciudad de Buenos Aires está en las antípodas. Hoy, con los pocos minutos de lluvia (se calcula un poco más de media hora), la Ciudad colapsó. Calles inundadas, el servicio de luz cortado en gran cantidad de los barrios porteños y hasta el derrumbe de una construcción que tiene como saldo la muerte de una mujer.

Las imágenes son claras, muestran la desidia de los últimos gobiernos del PRO en la Ciudad, y de la inacción de la actual gestión, que luego de meses de la última fuerte tormenta, seguían barrios con la consecuencia de árboles caídos. Quienes se autofestejan por sus gestiones, con estos hechos, quedan en evidencia. Las inundaciones de las calles y las estaciones de subte reflejan, por un lado, la no inversión en infraestructura pública y, por otro, la responsabilidad de la empresa Emova quien tuvo que suspender el servicio. En este punto en especial, mientras siguen dando rienda a los tarifazos, con aval del gobierno nacional de Milei, la empresa que hace negocios con el subterráneo, no ha colocado un solo peso de inversión para las estaciones y las unidades de transporte. Las filtraciones de agua y la irrupción de las líneas A, C, H y E dejan a las claras que sólo les importa acumular ganancias, atentando contra los usuarios y los trabajadores del sector.

Palermo, Caballito, Belgrano, Boedo y microcentro son las zonas que más afectadas se vieron por los 75 mm de lluvia, que, entre otras cuestiones, dejó a más de 90.000 usuarios sin luz.

Este hecho, a la misma vez, por la intensidad de la lluvia en tan pocos minutos, demuestra las consecuencias del cambio climático que cada vez se hacen más visibles. Un diluvio en tan poco tiempo, es reflejo, en gran medida, del modo de producción que lleva a cabo el capitalismo argentino. Las ciudades lo pagan caro por los proyectos basados en la cementación indiscriminada, centralmente orientada por la especulación inmobiliaria, en conjunto con el resto de la orientación extractivista.

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