martes, 30 abril 2024 - 01:26

Milei ataca a Lali. Libertad de opinar como yo te diga

En el día de ayer, desde temprano las redes se inundaron de respuestas en apoyo a Lali Espósito, artista pop argentina muy reconocida mundialmente. El apoyo se hizo sentir porque Lali fue atacada por, ni más ni menos, que el presidente Javier Milei, quien pareciera tener tiempo de sobra para insultar artistas por redes e iniciar causas penales, como hizo el gobierno con Dillom, pero no para atender los problemas urgentes de el país que gobierna y que está cada vez más en llamas.

¿Cuál fue el agravio que desató la ira de Milei? La opinión de Lali sobre su gobierno. Apenas pasaron las elecciones Espósito había publicado un tweet en el que expresaba su preocupación por el avance de la derecha y el hecho de que Milei ganara las elecciones. Posterior a eso Milei y su ejército de trolls se encargaron de descalificar, insultar y acusar a la cantante de hacer propaganda política y de vivir de la plata del Estado.

Opinar o no opinar, ese es el dilema

Es de conocimiento público que Lali tiene opinión sobre el país y sobre la cultura, cualquiera puede tener una opinión y eso está bien. Lo que no está bien es que el presidente, desde su rol y su jerarquía política e institucional ataque a cualquier ciudadano o ciudadana por opinar sobre cualquier tema, eso acá y en la China se llama persecución política. Sobre todo, porque además de haber arremetido contra la cantante con dichos como “ella empezó” y “si te gusta el durazno, bancate la pelusa”, su ejército de trolls inundaron los espacios virtuales con violencia. Es decir, si el presidente de tu país te ataca, es obvio que habilita a que ese espacio de violencia y acoso exista y se legitime.

Además de hablar de la disparidad en relación a los lugares sociales que cada uno ocupa, hay que mencionar también la violencia de género ejercida contra la artista, porque ensañarse así con una mujer por lo que hace y opina, es un acto de misoginia profundo. Sabemos que del antiderechos de Milei nada se puede esperar, pero su accionar hay que repudiarlo porque sino, como dijimos antes, se legitima el acoso, la violencia y la persecución. Y a ese lugar no volvemos, esa batalla sobre el cuestionamiento a la violencia de género la damos hace años y no vamos a volver atrás.

La cultura o el hambre

En otro de sus delirios cósmicos, Milei también declaró que lo que se le pagaba a Lali iba a desfinanciar el alimento de los chicos pobres de Chaco. Primero que si al máximo gobernante del país realmente le importaran los pibes pobres y con hambre, podría empezar por no vaciar de comida los comedores populares que atienden la emergencia alimentaria en la que viven millones de chicas y chicos.

Hoy en Argentina hay más de 50% de pobreza infantil, eso se traduce en miles de chicos que no comen, que no tienen para vestirse, ni asistencia sanitaria. Si fuese genuina la preocupación de Milei, en vez de acordar con las iglesias evangélicas a través de la ministra Pettovello, debería brindar asistencia alimentaria a los comedores populares que hace meses no reciben alimentos.

Además, tampoco es cierto que el debate sea la cultura o alimentar a los pibes, ese es un reduccionismo barato digno de quien quiere justificar el ajuste brutal que intenta pasar con su motosierra sobre la cultura y sobre todos nuestros derechos. Plata hay, siempre hubo, pero las prioridades sobre a dónde va esa plata están designadas por intereses de clase, los de su clase, los de la verdadera casta a la que él y toda la burguesía pertenecen.

No nos callamos nada

Como dijo Cele Fierro, Milei quiere artistas calladitos, acríticos, que no salgan de lo “cómodo”. Bueno no nos callamos nada. No lo hicimos hasta ahora y no lo vamos a hacer en el futuro. No nos callamos porque sabemos lo que está en juego, porque detrás de estos ataque se esconde la intención de disciplinar a todo el movimiento de mujeres y también a la cultura que viene peleando con fuerza contra su ajuste y el de gobiernos anteriores. ¿Sabés por qué no nos callamos? Porque los derechos que tenemos, los conseguimos gritando y luchando. Por eso en defensa de todo lo que nos pertenece vamos a seguir movilizadas, alzando la voz y los puños.

Ayelen Rogers

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