viernes, 29 marzo 2024 - 11:06

Mendoza. Los museos y la ausencia de políticas culturales

En Mayo el Ministerio de Cultura y Turismo del gobierno de Suárez anunció que ampliaría los servicios que se brindan en los espacios culturales siguiendo una tendencia mundial, según se explicó desde la página oficial. En concreto, convirtió en café cultural el Museo Carlos Alonso- Mansión Stoppel y le otorgó la concesión a la familia Barbera. La misma suerte correrá el Museo Fader y el Museo Cornelio Moyano, que fueron concesionados al grupo Broda de la misma familia, al igual que el Espacio Contemporáneo de Arte Eliana Molinelli que espera por su concesión. Estas políticas elitistas en el campo de la cultura se llevan a cabo con la excusa de que después de recorrer los museos las personas puedan sentarse a tomar un café y dialogar sobre las obras y, por otro lado (trillado caballito de batalla), generar puestos de trabajo para decenas de personas. Pero el núcleo de la situación podría ser ridículo sino fuera grave: el Ministerio de Cultura controlará el tipo de comida que se sirva y el listado de precios a cobrar en los servicios gastronómicos, al mismo tiempo que el concesionario será quien podrá organizar espectáculos artísticos y culturales. Es decir, el Ministerio que tiene que elaborar políticas culturales se dedica a licitar negocios para amigos y a controlar listados de comida, además de cederle la organización de eventos a un privado en espacios públicos. Vergonzoso.

Claramente el problema es la orientación de la política cultural, destinada al turismo y por esa vía a montar negocios privados con plata del estado en espacios que son de todos. Esta situación despertó la rápida reacción de artistas visuales en primer lugar, que empezaron a organizarse y a convocar a otros sectores de la cultura y el arte para exigir políticas culturales. Les artistas organizados en asambleas comenzaron a hacer un diagnóstico de la situación para después exigir soluciones en tres aspectos: la ausencia de políticas públicas sostenidas en el tiempo, la falta de becas y programas de formación sumado a la insuficiente distribución de fondos para los artistas, tanto profesionalizados como independientes. El proceso de organización recién comienza y es de una enorme riqueza, las distintas ramas del arte tienen su propia asamblea y están articulando en un consejo recientemente conformado. Es un logro sin precedentes en los últimos años y el Ministerio ha tenido que salir rápidamente a intentar dar respuestas accediendo a recibir a les artistas.

El caso de la literatura

El de les escritores es un ejemplo acabado del abandono de la política cultural. La provincia de Mendoza no tiene proyecto editorial desde hace décadas, cuestión grave porque la forma en la que se materializan las obras es en la edición de libros. Existe Ediciones Culturales pero sólo publica tres o cuatro títulos al año que son los ganadores del Certamen Vendimia, nadie sabe qué presupuesto existe ni hay becas para trabajo de creación de obra. Por lo tanto no hay una planificación estratégica que incluya fondos para editoriales independientes, ni tampoco hay libros de autores mendocinos en librerías, bibliotecas escolares ni barriales, ni talleres de lectura dictados por les mismes autores en esos espacios. Eso sin contar el abandono del acervo literario: no hay reedición de obras de escritores importantísimos por lo que caen en el olvido. Todo lo anterior tiene un correlato coherente en el hecho de que la Feria del libro de Mendoza viene siendo vaciada edición tras edición en los últimos seis años. La derecha actúa de la misma manera en todos los campos: lo que no puede convertir en negocio lo abandona.

Les escritores, editores, correctores que venimos gestando distintos proyectos nos hemos organizado en la Asamblea de Trabajadores de la Literatura con consignas claras. A continuación reproducimos el comunicado de prensa de la asamblea:

Políticas culturales ya

La literatura es trabajo

La Asamblea de Trabajadorxs de la Literatura es un grupo autoconvocado e independiente de la provincia de Mendoza. A raíz de la lucha encabezada por la Asamblea de Artistas Visuales, decidimos organizarnos para sumarnos a la protesta, poder visibilizar la falta de políticas culturales en la provincia y pensar cómo esta situación interpelaba a nuestro sector en particular.

Dentro del grupo hay escritorxs, gestorxs de eventos, librerxs, editorxs y correctorxs de diferentes puntos de Mendoza. Como colectivo, debatimos las problemáticas que atraviesa nuestro sector en particular tanto en el ámbito de la edición, como en la publicación y circulación de las producciones locales.

Es de carácter urgente que los sectores gubernamentales tomen iniciativas que promuevan la literatura y, sobre todo, que la consideren como un trabajo que debe ser remunerado y reconocido como tal. Los ámbitos autogestivos, tanto en la producción como en la circulación, son los únicos existentes en el circuito literario mendocino. Y los mismos, enfrentan dificultades burocráticas y financieras para mantenerse.

El abandono total en los departamentos por fuera del Gran Mendoza, la casi extinción de la editorial de la provincia: Ediciones Culturales, la falta de personas del ámbito literario que trabajen en los espacios afines y el deterioro paulatino de la Feria del Libro son algunos de los escenarios que nos presenta la provincia. Estamos generando propuestas y reuniones para abrir el diálogo con el gobierno, hacer explícito el reclamo y generar presión para transformar estas situaciones.

En conclusión, la literatura mendocina está en un permanente abandono y riesgo de desaparecer. Pese a eso, somos muchas las personas que trabajamos día a día en este ámbito, construyendo a pesar de las condiciones adversas.

El hecho de que estemos organizadxs, no sólo nos conforma como un grupo con necesidades que deben ser atendidas, sino que nos nuclea y nos pone en relación con otros colectivos de artistas que están sufriendo desde sus disciplinas la ausencia estatal. Entendemos las especificidades de cada sector, pero también la importancia de trabajar en conjunto para hacerle frente a esta situación de emergencia cultural.

Sergio Morán

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