viernes, 29 marzo 2024 - 09:41

Ecocidio. La Patagonia en llamas

La Patagonia vuelve a estar en llamas, los últimos focos registrados en el sur del país superan las 4.000 hectáreas, siendo al día de hoy el  que se encuentra en el sector del lago Steffen el mas activo de la región.  Registrándose su inicio el 7 de diciembre, luego de una tormenta eléctrica, contando ya con mas de 20 días de propagación y con pronóstico climatológico adverso para los próximos días marca la complejidad de los incendios que azotan la Patagonia.  

También existen focos activos en el Cerro Currumahuida, y en Aluminé, donde el día de ayer se precipitó un helicóptero hidrante falleciendo las 2 personas que se encontraban a bordo. 

Desde este martes y durante ya más de  un año, el país entero se encuentra en emergencia ígnea, declarada por el Consejo Federal de Medio Ambiente y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Los incendios forestales actuales, con focos activos en 10 provincias tensan la operatividad de un sistema nacional como el nuestro al límite, incluso superándolo. Es ahí, en la ausencia el Estado, donde las comunidades se autoorganizan para combatir las llamas poniendo en riesgo la propia vida.  

Lo que se vivenció en el incendio de la comarca andina en marzo pasado como un evento excepcional  debido a las condiciones climáticas como las altas temperaturas, los vientos,  las crisis hídricas y las falencias objetivas del sistema serán seguramente eventos recurrentes que  engrosarán las estadísticas de catástrofes ambientales y sociales que padecen los pueblos por la desidia de un Estado capitalista que defiende los intereses de un puñado de una minoría contra las grandes mayorías y la naturaleza.  

Las condiciones de los nuevos incendios 

Las causas que originan los incendios son múltiples, pasando  por los descuidos de un fuego mal apagado, la intencionalidad dirigida por la especulación inmobiliaria, las quemas para extender la frontera agropecuaria en función de la ganancia, o los eventos naturales como la caída de un rayo.  El 95% de las causas son de origen antrópico (1). Incluso como declara el propio viceministro de Ambiente: «estamos ante un fenómeno global, asociado al cambio climático, de muy difícil abordaje» (2), Lo que olvida mencionar Federovisky es que el sistema no estaba preparado en optimas condiciones para enfrentar el inicio de una temporada critica en la región. 

Los incendios que arrasaron la comarca andina el pasado mes de marzo marcaron un punto de inflexión en los tipos de incendios que se venían dando. El nuevo escenario marcado por el estrés hídrico de la región, el aumento de las temperaturas medias, la falta de precipitaciones en invierno tanto de nieve como de agua, las zonas de interfaces (viviendas – bosques) más amplias, y la recurrencia de tormentas eléctricas son elementos que evidentemente traerían una temporada con extrema peligrosidad de incendios. No son eventos inesperados, sino que todos los indicadores hacían prever una temporada de alta complejidad. 

De igual manera, en el territorio existen elementos que potencian la propagación de los incendios forestales, tal es el caso de las plantaciones de pino. En el artículo científico, publicado por Juan Paritsis, licenciado en Ciencias Biológicas  en el año 2018 se concluye : “..Los incendios forestales en plantaciones de pinos o áreas con altos niveles de invasión de pinos pueden aumentar la intensidad del fuego potencial 30 veces en comparación con la estepa nativa.” (4) Las plantaciones de pino que aceleran los incendios son propiciadas por el mismo Estado nacional bajo la Ley 25.080 – Ley de Inversiones para bosques cultivados – (5), haciendo que multinacionales como Benetton reciban subsidios que pagamos todos. Un círculo vicioso al servicio del extractivismo que se desarrolla en la región hace décadas. 

Ante estas condiciones cabe preguntarse si existió algún cambio significativo en los sistemas de incendios nacional y provinciales, ¿se asignaron más recursos como promociona el Ministerio de Ambiente en el panfleto propagandístico Reporte de incendios (1)?  

Para muestra solo basta un botón, en declaraciones a la prensa el 22 de diciembre, Pedro Curruhual, del Área de Incendios, comunicaciones y emergencias (I.C.E.) del Parque Nacional Nahuel Huapi, área del incendio conocido como Lago Martín-Steffen, declaraba: “Lamentablemente cuentan con menos medios aéreos para el combate del fuego. Teníamos 3 aviones y dos helicópteros operando en el incendio de Lago Martín pero tres de las unidades fueron trasladadas a Aluminé donde hay otro incendio descontrolado” (3). No solo  resulta importante el despliegue de recursos durante el desarrollo de incendios, sino que resulta mucho más valioso en la etapa previa para evitar de esa manera las catástrofes ambientales, sociales y económicas que se producen una vez que el fuego avanza. Pero ese despliegue, a la luz de los hechos, por la insuficiencia de recursos es tardío. 

Los medios aéreos que sirven de apoyo a los brigadistas se trasladan de un incendio a otro posponiendo los  primeros tiempos fundamentales de respuesta, y con volúmenes de agua insuficientes para los incendios de grandes frentes.  

Párrafo aparte, merecen las condiciones de precariedad laboral de los brigadistas tanto en el orden provincial como nacional.  

Brigadas del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) y Parques Nacionales  

En medio de los incendios de la comarca andina de la temporada anterior, con una movilización histórica en marzo de este año (6), que reunió brigadistas de todo el país,  se promulgó un nuevo convenio colectivo de trabajo, incluyendo en él tanto a los brigadistas del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) como a los brigadistas de Parques Nacionales. Este convenio trajo nuevos salarios y un régimen de carrera; pero lejos de ser la panacea como se intentó instalar marcó las deficiencias del sistema y el profundo nivel de precarización que sufren aún los trabajadores. El mismo CCT que venía a revalorar la labor de los brigadistas, en rigor de verdad, trajo aparejado la insuficiencia de los salarios siempre en la línea de pobreza, una reducción del adicional por zona para todos y una reducción de aproximadamente el 25% del sueldo para los trabajadores del SNMF. La promesa incumplida, anunciada con bombos y platillos por Cabandié  de un pase a planta permanente, es quizás lo mas significativo del humo que vendió la administración. 

Son los propios trabajadores los que hacen funcionar un sistema trunco, inundado de burocracia y políticas de ajuste. En los parques nacionales de la Patagonia, la cantidad de brigadistas pasó de 268 en 2018, a 210 en 2020, hoy habrá que ver el conteo pero poco puede variar la cifra, el ajuste macrista no se revirtió. La ropa adecuada para enfrentar los incendios sigue sin aparecer y la asignación de categorías pautadas desde marzo tampoco aparecen. 

Las capacitaciones brillan por su ausencia, y los reclamos reiterados se sintetizan en el pedido  de una recomposición salarial, la entrega de ropa adecuada, el cobro de viáticos de manera agilizada, un régimen de retiro anticipado, y el pase a planta permanente. 

Brigada de Chubut (SPMF) 

En el Servicio Provincial de Manejo del Fuego la decadencia es generalizada, de ser un sistema modelo supuestamente a nivel nacional pasó a no tener agua potable en algunas brigadas, edificios construidos por sus propios trabajadores, falta de elementos en comunicaciones. El edificio de la sub central de Las Golondrinas todavía se encuentra sin reconstruir después del catastrófico incendio de la temporada 2020-2021; el predio cuenta con una reconstrucción parcial obra de los propios trabajadores de la comarca, que también hicieron el alambrado para cerrar el predio ya que ni siquiera se hizo cargo la Subsecretaría de Bosques provincial. En cuestión de conectividad, los operativos se ven limitados ya que hay brigadas que no cuentan con internet, y en ocasiones quedándose sin luz porque la mayoría de los pueblos funcionan con energía a partir de generadores, a pocos kilómetros de la represa hidroeléctrica que sí puede alimentar a Aluar a 600km.  

En cuanto al personal y las condiciones de trabajo, faltan realizar concursos importantes para la operatividad del servicio, cargos que debían ser concursados pero que por algún motivo se perdieron los expedientes. No dándole la oportunidad a los trabajadores de esas áreas a poder concursar, guardando esos lugares como un premio político para funcionarios elegidos a dedo.  

La provincia de Chubut, sumida en una crisis política y económica sin precedentes desde hace 3 años niega las paritarias al conjunto de los trabajadores del Estado, incluyendo a los brigadistas que hoy están en la primera línea de fuego. 

Este cúmulo de situaciones y elementos demuestran que no hubo cambios significativos en los sistemas y que los recursos sino escasean llegan tarde. 

Todo fuego es político 

El incendio de marzo en la comarca andina tuvo como principal causa el tendido eléctrico prácticamente sin mantenimiento.  Antes de terminar el año, entre las localidades de El Hoyo y Lago Puelo, en el Cerro Currumahuida un nuevo evento consumió 90 hectáreas, y el inicio fue nuevamente  la caída de cables. Ninguna inversión provincial se hizo en la línea eléctrica. 

Las condiciones propicias para la propagación de incendios con comportamientos extremos, sumado a la falta de recursos o su llegada a destiempo para asumir las nuevas temporadas hacen que sea necesario revertir una política que va por atrás de los acontecimientos. No alcanza con ponerse una chaqueta amarilla y mirar un mapa, como hace el ministro de Ambiente Cabandié y el funcionariado de turno. Para combatir las llamas es necesario tener políticas activas que necesitan de los medios y las condiciones materiales para trabajar sobre los incendios, haciendo hincapié en la prevención de estas catástrofes, una responsabilidad plena del ministro.  

Pero esa no es la hoja de ruta de un gobierno atado al extractivismo cuyo primer objetivo es destinar miles de millones al pago de una deuda usuraria con el FMI. La clase dirigente tradicional ve como salida la profundización de un modelo que nos está llevando a la barbarie.   

En la Patagonia nos encontramos recién a mitad de temporada, y todavía quedan los meses más calurosos y secos para la región. Si no hay cambios profundos alertamos que vamos camino a una nueva catástrofe. Es necesario dejar de pagarle al fondo y destinar recursos más que necesarios para revertir la política de ajuste que precariza a los y las brigadistas, y que hace insuficiente al sistema de incendio nacional, en el marco de construir un plan de manejo del fuego junto a las comunidades y trabajadores. 

Hernán Mondino – Daniel Catalán

  • 1 https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/reporte_de_incendios_29_de_diciembre_2021.pdf
  • 2 – https://www.anbariloche.com.ar/noticias/2021/12/27/83277-el-viceministro-de-ambiente-hablo-sobre-los-incendios-y-dijo-que-estan-asociados-al-cambio-climatico
  • 3-https://www.infochucao.com/mientras-en-la-region-comienza-el-verano-mas-complejo-en-anos-en-materia-de-incendios-forestales-nacion-destina-menos-medios-aereos-que-en-otras-temporadas/
  • 4-https://www.mdpi.com/1999-4907/9/3/117/htm
  • 5-http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/55000-59999/55596/texact.htm
  • 6-https://periodismodeizquierda.com/comarca-andina-brigadistas-se-movilizan-por-condiciones-laborales-y-salariales/

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