miércoles, 30 abril 2025 - 02:20

La Matanza. Choferes reclaman cabinas y seguridad

El día sábado 26 hubo una nueva agresión en servicio hacia un chofer de la empresa Almafuerte, que tiene las líneas 218-284-325-378-622-628. El ataque produjo varios y graves tajos en la cara y cabeza del trabajador quien se encontraba prácticamente en las puertas de la cabecera en Isidro Casanova.

Sus compañeros de la línea 378 y de las demás líneas de la Empresa, se organizaron y lanzaron un paro con movilización el día lunes, medida que fue total para la empresa pero que, lamentablemente, la UTA no hizo extensivo a todo el distrito al menos, siendo incluso una problemática a nivel nacional. De hecho, una de las inquietudes de los choferes en la movilización era el reclamo de que les paguen el día de trabajo, respetando su derecho a huelga.

Se movilizaron en Casanova realizando un corte en Ruta 3 y las vías y luego se dirigieron a la Plaza de San Justo donde no fueron recibidos por el gobierno local dirigido por Fernando Espinoza. También hubo choferes que reclamaron a la ministra de Milei, Patricia Bullrich que destine al menos el 20% de los policías que destinan a pegarle a los jubilados.

Hace años que los choferes luchan por condiciones seguras de trabajo. Hace 7 años, en circunstancias similares, asesinaron al chofer Leandro Alcaraz de la 620 y fue una conmoción en todo el sector. Uno de sus principales reclamos desde ese momento hasta ahora, es la instalación de cabinas de seguridad. La mayoría de los ataques que sufren en el cotidiano (el del sábado, por ejemplo) podría evitarse con la implementación de éstas.

Delegados de la empresa Almafuerte denuncian que están homologadas pero que ellos aun no cuentan con esta herramienta de trabajo así como tampoco todas las unidades tienen cámaras ni las zonas por donde transitan están todas iluminadas de modo de constituirse en corredores seguros.

Desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad nos acercamos a apoyar su reclamo y a ofrecer nuestra solidaridad al conflicto, que dirigen hacia la empresa, hacia los gobiernos y hacia el sindicato. Es fundamental trazar una ligazón entre las medidas de ajuste y el crecimiento de la violencia social de la cual resultan victimas los propios trabajadores.

Mayores niveles de pobreza e indigencia es un marco de caldo de cultivo para más violencia. Por eso, junto con medidas de seguridad preventivas para los choferes, se necesita la aplicación de un plan de medidas de emergencia que ataque la crisis social, comenzando por aumento general de salarios, jubilaciones y programas sociales así como garantizar los derechos básicos de la clase trabajadora y los sectores populares a costa de afectar los intereses de los que más tienen y del presupuesto que día a día se destina a la deuda con el FMI.

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