martes, 7 mayo 2024 - 20:30

Caso Beatriz Sarlo. La doble moral no tiene grieta

Cuando aún no se apagan las llamas que levantó el destape del vacunagate que obligó al gobierno a despedir al ministro de Salud Ginés González García, y siguen conociéndose denuncias sobre avivados que se siguen “salteando la fila, con los abuelos de la capital mayores de 80 años tratados como ganado y los profesionales de la salud movilizando en caravana al Obelisco exigiendo, entre otras cosas, que se complete la vacunación; una discusión en forma de dilema moral cruza a los gobernantes y a los medios de oposición, en torno a las declaraciones de Sarlo.

Beatriz Sarlo había declarado hace ya varias semanas, en una entrevista en TN, que le habían ofrecido vacunarse “bajo la mesa”. En forma posterior a estas declaraciones estalló el escándalo de la vacunación vip. Ahora le tocó a la conocida escritora declarar ante la Justicia donde denunció que la esposa del gobernador Kicillof, Soledad Quereihlac, le ofreció, con la intermediación del editor Carlos Díaz, participar de una campaña de famosos para que la gente perdiera el miedo a la vacuna, y por lo tanto acceder a la misma en forma anticipada. A lo que la escritora se negó rotundamente por considerar que violaba el derecho igualitario a acceder a la vacuna en los turnos previstos. Todo está documentado en los mails que Sarlo intercambió en su momento con Díaz, que se acaban de hacer públicos.

La ocasión fue hábilmente utilizada por los medios y políticos que responden a Juntos por el Cambio que, sosteniendo la actitud de Sarlo, aprovechan sus denuncias como un gran argumento de campaña electoral, ya lanzada en el país. A su vez el gobernador y su esposa acusan a la intelectual de “mentirosa” y sostienen que el lanzamiento de una campaña de promoción de la vacunación utilizando figuras de renombre era algo totalmente legítimo en su momento, dada la campaña de los anti vacunas -en particular contra la Sputnik- que Juntos por el Cambio y sus socios lanzaron en aquel momento, pero que luego se desechó por considerarse innecesaria.

Entre las acusaciones y defensas cruzadas, surgen algunas verdades parciales que los dos mencionan a la hora de argumentar: ¿existió una campaña anti vacuna de parte de los que hoy se horrorizan por los vacunatorios vip? Sí. Punto para el gobierno ¿Hubo y hay un escándalo que se alimenta todos los días con nuevas denuncias con funcionarios, familiares de funcionarios y jóvenes militantes de La Cámpora que se saltan la fila? Sí. Punto para Juntos por el Cambio. ¿El gobierno de Larreta es responsable de darle importantes partidas de las escasas vacunas que existen a la salud privada, mientras quedan trabajadores de salud sin vacunar y recién arrancan con la vacunación de los mayores de 80 que además son maltratados a la hora de ser vacunados? Sí. Punto para el oficialismo…. Y así podríamos seguir bastante más entre denuncias cruzadas, en la Argentina de la escasez de vacunas.

La doble moral

Esta polémica parte de la campaña electoral y no del interés por mejorar o arreglar algo de fondo. Se apoya en hechos ciertos de todos los días que causan mucha indignación en los ciudadanos de a pie, los trabajadores y sectores populares que asisten al espectáculo de la pelea en los medios, mientras los adultos mayores se siguen enfermando y muriendo en alta proporción.

Es que la polémica, entre la avivada de la burocracia oficialista que intenta sin ninguna reserva moral salvarse a sí misma y a los suyos utilizando el pobre stock de vacunas del país; y la de la oposición que utiliza esto para hacer trapisondas similares -con la salud privada- donde gobierna y hacerse la defensora moral de la “igualdad”, oculta el verdadero problema, que es tan grande que no puede dejar de mencionarse en la crónica diaria: ¡faltan vacunas, son muy pocas las que existen mientras miles se siguen contagiando y muchos muriendo, mientras los laboratorios hacen tremendas ganancias y los gobiernos los protegen en nombre de la sacrosanta propiedad privada capitalista!

Si hay algún dilema moral, ese debería ser el primero. Pese a la producción de vacunas, su manejo por parte de los gobiernos capitalistas impide que se pueda colocar una barrera efectiva al desarrollo de la pandemia.

Para la oposición derechista de Juntos por el Cambio, esto no es un gran problema. Su mayor preocupación ante la escasez de vacunas es que habiliten a las empresas privadas y farmacias a comprar vacunas, con el argumento de que quienes las puedan pagar, cedan cupos a los que tienen que recibirla del Estado. ¡Canallas! Solo le interesan las oportunidades de negocio, revestidas de falso humanitarismo. Los intereses que representan, de los grandes empresarios y ricos del país, gozan de un sistema de salud privado en muchas mejores condiciones que los que tienen que recurrir al hospital público, cuando no han hecho el tour de vacunación a Miami, tan famoso entre los que manejan abultados montos de dinero a costa del esfuerzo de todos.

Algunos “progres” del Frente de Todos y también algunos funcionarios, a la hora de dar explicaciones por fallar en tantas promesas de llegada de vacunas al país, han deslizado tímidas críticas a los países ricos que acaparan el 90% de las vacunas. También han “criticado” que los laboratorios no hayan previsto con anticipación la producción masiva de las mismas, de acuerdo a los volúmenes que exige la pandemia. Lo cierto es que hasta el Papa se ha quejado y algunos referentes internacionales y países reclaman ante la OMS (Organización Mundial de la Salud) que se implemente la liberación de patentes que poseen los laboratorios, prevista en los papeles para los casos graves. Sin embargo, todo queda en la mera protesta tratando de patear el problema para arriba y no hacerse cargo.

Pero los que gobiernan este país, a nivel nacional y también en algunas provincias, tienen los medios para solucionar esto: obteniendo la fórmula y desconociendo las patentes. Existen laboratorios estatales y privados para producir las vacunas a gran escala y encarar proyectos cooperativos internacionales para atacar la propagación y las mutaciones del virus ¿Por qué no lo hacen? ¿Por qué tanto los “progres” del gobierno, como los “liberales” de JxC, defienden la sacrosanta propiedad privada de los laboratorios y prefieren que no se detenga la pandemia, que la “segunda ola” nos encuentre desarmados, antes que tocar esos intereses?

Todo está mal en las manos del Frente de Todos o en las de los que suprimieron el Ministerio de Salud para achicar gastos. Están mal los ofrecimientos secretos de vacunas por propaganda, mal los que hicieron campaña anti vacunas cuando les convenía y ahora reclaman por su escasez sin que se les mueva un pelo. Mal los que desde el gobierno y la oposición mandan a trabajar a millones de argentinos sin los protocolos necesarios, como han hecho recientemente con alrededor de quince millones de docentes y estudiantes. Mal porque son incapaces de completar la vacunación de los que están en primera línea, los trabajadores de la salud. Mal por las negociaciones secretas con laboratorios como Pfizer, que según se sabe ahora, luego de utilizar a muchos argentinos como voluntarios de prueba para sus vacunas, pidieron condiciones leoninas para vendernos mientras dedicaron la mayor parte de su producción a Estados Unidos, ¿y qué hizo el gobierno soberano, contra estos “piratas” de la medicina? ¡Absolutamente nada!

Progres y liberales son dos caras de este sistema capitalista que con la pandemia ha mostrado su verdadero rostro de ganancias a cualquier costo, exclusión y muerte. También se han derrumbado las ilusiones de aquellos “posibilistas” que no creen en las luchas de los pueblos y prefieren apostar a que los capitalistas con discurso progre puedan mejorar las cosas.

A diferencia de ellos, el MST junto al FIT Unidad sostiene la necesidad de anular las patentes de los laboratorios, producir masivamente la vacuna en los laboratorios que existen en el país, poner el plan de vacunación bajo el control social de los trabajadores de salud y los usuarios, en el marco de un plan integral que surja de un sistema único de salud para que todos los recursos de salud con que cuente el país estén al servicio de toda la población.[i]

Mientras nos se tomen esas medidas de fondo, los debates “morales” entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, tendrán la profundidad de algunas estocadas de campaña electoral, en medio de un desastre humano de los que ambos sostenedores de este sistema, con diferente discurso, son responsables.

[i] Ver https://mst.org.ar/2021/03/10/con-multinacionales-y-gobiernos-capitalistas-pandemia-sin-solucion-a-la-vista/

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