El Conurbano Bonaerense vuelve a estar en el centro del debate político y social tras las recientes declaraciones del presidente Javier Milei. No hay mejor defensa, que un buen ataque. Mas cuando es tan fácil hacerlo, por eso desde el gobierno nacional descargan contra Axel Kicillof y la provincia ensangrentada, mientras el gobernador solo sale a criticar a Milei por su homofobia. La inseguridad sigue creciendo en todo el país, con foco en Buenos Aires, las respuestas desde el poder parecen limitarse a la confrontación discursiva, dejando de lado las causas estructurales del problema: la pobreza, la marginalidad y la falta de oportunidades. ¿Cómo se resuelve la inseguridad?
Declaraciones que encendieron la polémica
Ayer durante su entrevista para La Nación el presidente Javier Milei se refirió a la situación en el Conurbano Bonaerense con una frase contundente: “Es un baño de sangre“. Ya desde hace días, frente a la convocatoria a la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirrascista, desde el gobierno nacional y los liberfachos salieron a contraponer esa situación que ya se veía de mucha masividad contra Milei, con la situación en Buenos Aires, después de un hecho lamentable de inseguridad y represión en Moreno. “No marchan por la inseguridad” “nadie piensa en el héroe asesinado trabajando”. Una manera de intentar poner prioridades, y colocar la agenda de la inseguridad antes que el odio discursivo desde el gobierno, mezclando todos los temas, e intentando ganar a un sector de la sociedad para focalizar en el reclamo por inseguridad.
En su discurso, Milei vinculó además la inseguridad con lo que él llama el “fracaso del modelo populista” y responsabilizó a los gobiernos anteriores por no haber abordado el problema. La inseguridad no necesita ser puesta en agenda por Milei y los liberfachos, es una preocupación real de la gente, y sin lugar a dudas el conurbano bonaerense esta cada vez mas caliente. El problema que parece no ver Milei, es que allí hay una responsabilidad compartida de Nación y provincias, no solo en su abordaje, sino también en la solución de los motivos estructurales para resolverla.
Sin embargo, desde la asunción de Milei, a pesar de tener una fuerte propaganda y promesas para erradicar la inseguridad, su gobierno no ha presentado un plan integral para combatir la inseguridad, más allá de propuestas como aumentar la presencia policial. Una medida más bien común entre los diferentes gobiernos anteriores.
¡¿Alguien puede pensar en el conurbano?!
Por su parte, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en sus últimas declaraciones sobre el tema dijo que la inseguridad “es un problema complejo” que por ende requiere políticas integrales; que aún no ha aplicado. Pero este no es su primer gobierno, y además a compartido agenda con gobierno nacional de igual signo político al suyo, lo que podría haber facilitado una coordinación y articulación para abordar la problemática.
Lo que es una realidad es que su gestión se ha caracterizado por la falta de resultados concretos en la reducción de los índices delictivos y de medidas concretas para resolverlo. Sin embargo, la pobreza y la falta de oportunidades son factores clave que alimentan la inseguridad, y tanto el gobierno nacional como provincial son responsables.
La inseguridad crece con el crecimiento de la pobreza, habiendo una relación directa con la falta de oportunidades, la falta de trabajo, y la marginalidad y el porcentaje de la delincuencia, principalmente entre los jóvenes, hoy precarizados en el mejor de los casos y arrojados a vidas con alta demanda de presiones y cero posibilidades de cumplirlas.
Inseguridad y marginalidad: Un círculo vicioso
Los datos sobre la inseguridad en el Conurbano Bonaerense son alarmantes. Según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, el 40% de los hogares en el Conurbano vive en situación de pobreza, y el desempleo alcanza niveles críticos en algunas zonas. Estos factores, sumados a la falta de acceso a educación y salud de calidad, han creado un caldo de cultivo para el crecimiento de la delincuencia.
La marginalidad y la pobreza no son solo parte de las causas que generan delincuencia y situaciones de inseguridad, sino que además son el impedimento para resolverlas de modo estructural. La falta de trabajo genuino y oportunidades lleva a muchos jóvenes a caer en redes delictivas, mientras que la deserción escolar y la falta de contención social agravan el problema. Según un informe del Ministerio de Seguridad de la Nación, el 60% de los delitos cometidos en el Conurbano están relacionados con robos y hurtos, delitos que suelen estar vinculados a la necesidad económica. Por supuesto los casos que se conocen solo son los que terminan con finales fatales, pero hay una cantidad de robos diarios en todo el conurbano que pasan desapercibos por los medios. Y son fundamentalmente fruto de una pobreza creciente.
Responsabilidades compartidas: Milei y Kicillof son responsables
Tanto el gobierno nacional de Javier Milei como el gobierno provincial de Axel Kicillof tienen responsabilidades en el crecimiento de la inseguridad. Por un lado, el gobierno nacional ha recortado programas sociales, ajusta, sube los impuestos y servicios y ataca nuestras libertades, y no ha presentado un plan integral para generar empleo o mejorar las condiciones de vida en las zonas más vulnerables. Por otro lado, la provincia de Buenos Aires también acompaña ese ajuste nacional con salarios por debajo de la línea de la pobreza, y escudándose en la falta de presupuesto y recursos, pero nunca ha ido a buscarlos en los que mas tienen en esta provincia. Tampoco ha logrado implementar políticas efectivas para combatir la delincuencia, más allá de aumentar la presencia policial, una medida que ha demostrado ser insuficiente.
La falta de coordinación entre ambos gobiernos también es un factor que agrava la situación. Mientras Milei responsabiliza a los gobiernos anteriores, Kicillof señala que la falta de apoyo nacional limita su capacidad de acción. Y la única salida que ambos piensan es la saturación de policías, como si esta medida fuera realmente útil. La inseguridad no se resuelve con más policías, menos si estos son parte del problema, o quienes llevan adelante el control de varias redes delictivas. En medio de esta puja política, los habitantes del Conurbano siguen sufriendo las consecuencias de la inseguridad.
Mientras tanto aprovechan la volteada
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner añadió más leña al fuego al recordar una frase que le habría dicho a Kicillof: “Te van a tirar los muertos“. Esta declaración ha generado una nueva polémica: ¿Cristina le advirtió a Kicillof sobre los riesgos de su gestión, o fue parte de una estrategia política para deslindar responsabilidades? La pregunta queda flotando en el aire, mientras la oposición aprovecha para cuestionar la capacidad de Kicillof para manejar la crisis de seguridad.
Por otra parte, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, generó controversia al decir en una entrevista para Radio La Red que: “Muchos de los que prenden fuego vienen del conurbano” de esta manera trata de salir del “ojo de la tormenta” y aprovechar las declaraciones del presidente para responsabilizar a la “gente del Conurbano” por los incendios forestales en El Bolsón. Según Torres, los incendios habrían sido provocados por personas que viajaron desde el Conurbano con el fin de causar daño. Estas declaraciones fueron criticadas por diversos sectores políticos y sociales, que las consideraron estigmatizantes y carentes de pruebas concretas.
Sin embargo, organizaciones ambientalistas y vecinos de la zona han señalado que los incendios podrían estar relacionados con intereses corporativos, especialmente de grandes terratenientes y empresas que buscan despejar tierras para proyectos inmobiliarios o agropecuarios. Torres por supuesto prefiere marcar a los “cabecitas negras del conurbano”.
Medidas urgentes, no de maquillaje: ¿Más policías? O trabajo genuino.
La solución a la inseguridad en el Conurbano no pasa por aumentar el número de policías; muchos de los cuales en la mayoría de los casos son parte de la redes delictivas. Sino por abordar las causas estructurales del problema. Es urgente implementar políticas que generen trabajo genuino, mejoren el acceso a la educación y la salud, y fomenten la inclusión social. Programas de reinserción laboral para jóvenes, inversión en infraestructura y promoción de actividades productivas son algunas de las medidas que podrían marcar la diferencia.
Además, es necesario un enfoque integral que involucre a todos los niveles de gobierno y a la sociedad; cómo la elección popular y la revocabilidad de los comisarios y jueces. La seguridad no puede ser solo una cuestión de fuerzas policiales; debe ser una política de Estado que priorice la prevención y la inclusión. La inseguridad en el Conurbano Bonaerense es un problema profundo que requiere soluciones integrales y coordinadas. Mientras los líderes políticos se enredan en declaraciones polémicas y disputas partidarias, los habitantes del Conurbano siguen esperando respuestas concretas. Es hora de dejar de lado la retórica y trabajar en medidas reales que aborden las causas profundas de la inseguridad: la pobreza, la marginalidad y la falta de oportunidades. Solo así se podrá romper el círculo vicioso que afecta a millones de personas