domingo, 28 abril 2024 - 11:39

Inflación. El acumulado alcanzó un 85,3% y en los últimos doce meses llegó al 92,4%

El INDEC publicó su “Índice de Precios al Consumidor (IPC)[i]” y mostró que en el mes de noviembre la variación mensual fue del 4,9%. Por lo tanto, en estos once meses del año la inflación acumulada llegó al 85,3%. En cuanto a la variación interanual, esta alcanzó el 92,4%.

Como lo muestra el informe, en noviembre la división que más aumentó fue la de “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles» (8,7%), dentro de la que se destacó el incremento de los servicios de electricidad y gas. Le siguieron en importancia Comunicación (6,4%) –sobre la que incidió principalmente la suba de los servicios de telefonía e internet– y Bebidas alcohólicas y tabaco (6,3%) –cuyo mayor impacto se dio por el aumento de los cigarrillos–.

Por otro lado, la división de Alimentos y bebidas no alcohólicas llegó a el 3,5%. Además, el trabajo muestra que, “fue la de mayor incidencia en casi todas las regiones, por su peso dentro del índice general. Se destacó al interior de la división la suba de Frutas; Aguas minerales, bebidas gaseosas y jugos; y Pan y cereales; en tanto Verduras, tubérculos y legumbres registró una baja en la mayoría de las regiones«.

El IPC Núcleo, que no tiene en cuenta ni los precios regulados ni a los factores estacionales, en noviembre marcó un aumento del 4,8%. Por un lado, los productos estacionales mostraron un incremento del 4,1% y los productos regulados aumentaron un 6,2%.

Entramos en un proceso de descenso de la inflación, lo notamos todos los que vamos al supermercado”. Esas fueron algunas de las declaraciones de la portavoz de la presidencia, Gabriela Cerruti, en su conferencia de prensa semanal. Lo que marcan estas palabras es el desentendimiento que busca transmitir el gobierno del Frente de Todos frente a la inflación descontrolada, que no deja de degradar lo ingresos de las mayorías trabajadoras.

La portavoz también agregó: “Hay una desaceleración de precios y por suerte estamos entrando en un contexto de relativa calma”. Estas palabras son dichas el mismo día que la Unidad Piquetera realiza una acción a nivel nacional reclamando a la ministra de Desarrollo Social, Tolosa Paz, que se terminen los ataques constantes a los sectores más vulnerables de la sociedad. Las exigencias por alimentos para los comedores, un Potenciar Trabajo que sirva para enfrentar estos niveles de inflación y un bono de fin de año que no sea una miseria fueron algunos de los puntos que se levantaron. Ante esta situación, son inadmisibles las palabras de Cerruti hablando de la existencia de una relativa calma.

Con una coalición gobernante atravesada por crisis internas y con programas económicos que fracasan, la situación está muy lejos de cambiar. Por ejemplo, según el “Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM)[ii]”, trabajo publicado por el BCRA, las mediciones para los meses venideros no parecen que cambien de signo, mostrando la poca efectividad que pueden llegar a tener las políticas “parches” que lanza el gobierno, con Massa a la cabeza, como lo es el programa de los Precios Justos. Además, este trabajo muestra que las proyecciones de la inflación para cerrar el año terminarán con una acumulación de casi el 100%.

La inflación está muy lejos de ser controlada y con índices sociales en niveles alarmantes (como la pobreza en el 43%) no aparecen por parte de este gobierno medidas de fondo que puedan sortear esta situación de crisis. Es más, para esta gestión parece que todo se solucionaría con bonos de fin de año con montos de migajas. Para la ministra de Desarrollo Social y para Kelly Olmos, ministra de Trabajo, la situación para los trabajadores registrados que cobran $ 185.000 brutos se arreglarían con un bono de $ 24.000 y, por otra parte, para quienes cobren el Potenciar Trabajo, tendrían que eludir la carestía de vida con un bono de fin de año de $ 13.500 que cobrarían en dos cuotas, una en diciembre y otra en enero del 2023.

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Estas medidas no son ninguna casualidad, sino que son producto de seguir los designios de un programa de ajuste que nos dicta el FMI. Hoy las variantes que nos propone el régimen no se diferencian mucho. Los únicos desacuerdos que existen solo varían, y un poco, en la velocidad con la que hay que aplicar el programa de ajuste. Por esto es que no sorprende ver que en estos últimos meses distintos economistas hablan de la necesidad de aplicar algún programa de shock para estabilizar la situación.

Hoy las necesidades de la mayoría trabajadora van en dirección contraria a lo que proponen las distintas fuerzas políticas del régimen. Como sostenemos desde el MST en el FIT-U, hoy más que nunca es necesario aplicar un programa político-económico-social que resuelva todas las problemáticas de fondo, que atentan contra las condiciones de vida de la clase trabajadora. En el caso de la espiral inflacionaria, la única forma de frenarla es aplicando un verdadero congelamiento de precios y utilizar la Ley de Abastecimiento para los formadores de precios. Mientras que, al mismo tiempo, se incrementen los salarios para que los bolsillos de los trabajadores puedan hacerle frente a esta inflación, elevando sus ingresos al valor de una Canasta Básica. Además de esto, romper con el Fondo Monetario y terminar de garantizarle todos los intereses a los sectores más concentrados de la economía del país, serían los puntales para empezar cambiar la situación de crisis agobiante que vive el pueblo trabajador argentino.


[i] https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_12_22C72C843A97.pdf

[ii] https://www.bcra.gob.ar/Pdfs/PublicacionesEstadisticas/REM221130%20Resultados%20web.pdf

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