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Se conoció el índice de inflación de CABA, y ya muestra una tendencia a la suba. Los grandes “logros” que decía el gobierno en materia de la macro economía empezaron a estar en rojo. Los precios, la baja de consumo y la caída de las acciones argentinas, el valor del dólar y el riesgo país parecen responder a este nuevo momento. El experto en crecimiento con o sin dinero enfrenta su mayor desafío, mostrar que de verdad funciona su plan económico. Crecen las dudas y la incertidumbre.
Cae el consumo
Según el informe de la consultora Sentía, el consumo masivo cayó 9,8% en febrero y acumula 15 meses consecutivos de retroceso
Si bien se registra una desaceleración en la caída, los resultados en “rojo” se evidencian en todos los canales y rubros. Principalmente en alimentos, carne y bebidas. En detalle, la consultora mostró que las ventas de los supermercados se contrajeron 8,3% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y 4,9% en las provincias del interior. Por su parte, los autoservicios independientes sufrieron una baja de ventas del 12,8% en el AMBA y del 12,5% en el interior. Los almacenes de barrios aún venden sin desplomarse brutalmente pero sobre la base del fiado, una herramienta que no pueden ofrecer los supermercados y autoservicios.
Por supuesto que el desplome en varios rubros es preocupante. La carne, que es uno de los productos mas disparados esta semana tuvo que acomodarse frente al mayor descenso de consumo en nuestro país. Este número rojo del consumo, más allá de la propaganda del índice de inflación “con cierta estabilidad”, es el que genera bronca y rechazo en la gente. Trabajar y no poder consumir cosas de primera necesidad como alimentos es una de las mayores preocupaciones de los argentinos.
La inflación ficticia sube
El gobierno logro una baja de inflación ficticia, sobre el control del dólar y el mercado cambiario, un consumo estancado y sueldos pisados. Además de usar una fórmula desactualizada. A pesar de ello no logro nunca que esa inflación sea de menos del 2%. Y hoy ese dato empieza a moverse. Ya el mes pasado mostro una dinámica que en cierto sentido será continuada los próximos meses.
Ahora bien, el dato significativo es el que tiene que ver con la inflación, que si bien ascendió a 2,4% en febrero, ni los meses anteriores ni ahora parece que esa “inflación estable” aún ficticia haya impactado en el consumo.
Aún no es posible hacer la comparación con la evolución de los salarios, debido a que el índice de salarios que publica el Indec está actualizado hasta el mes de diciembre de 2024. Sin embargo, los especialistas concuerdan siempre en que en un escenario de inflación en descenso es más factible que los salarios se recuperen, lo que teóricamente debería tener un impacto en los niveles de consumo. Cosa que aún no se ve, y si pensamos que la tendencia parecería a mostrar a la inflación mas dinámica, el escenario compuesto por salarios y consumo es mas complejo.
Otra cifra relevante que repasa Scentia tiene que ver con la pobreza que se ubicó en el 52,9% en el segundo semestre del 2024. Si bien el gobierno muestra una recuperación desde ese punto hasta ahora en el marco de la pobreza, diferentes encuestas muestran que la sensación de la gente no es así. Y que cada vez se siente más pobre. Si la proyección la hacemos con salarios, para no ser pobre es necesario ganar más $1.100.000, con un salario mínimo vital que se reduce a un cuarto.
También hace mención la consulta del desempleo, que en el tercer trimestre de 2024 se ubicó en el 6,9%. Y se proyecta un aumento de esa cifra en estos meses. Es un contexto complejo y difícil el que debe remontar el gobierno, aunque no parece ser su objetivo.
Números rojos que avalan el paro
Estamos transcurriendo el tercer paro general a Milei. Un paro que llega tarde y sin plan de continuidad, aún así es fuerte y con impacto, principalmente en algunos sectores. Mas allá del rol de la UTA, el paro era esperado. Hay sobrados motivos. Es el ajuste, son los salarios, los aumentos de tarifa, los jubilados y la represión, pero también un estado recesivo en la economía argentina que puede profundizarse con el escenario mundial.
En el primer año de la gestión de Javier Milei hubo una fuerte contracción del empleo formal, con una pérdida de casi 185.000 puestos de trabajo en el período comprendido entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024. Este ajuste estuvo impulsado principalmente por la desaparición de la obra pública y la reducción del empleo en el sector privado y estatal.
Según datos oficiales de la Secretaría de Trabajo, el empleo privado asalariado registrado se redujo en 119.000 personas, al pasar de 6.385.000 en diciembre de 2023 a 6.266.000 en noviembre de 2024.
En paralelo, el empleo público se redujo en 51.000 personas, mientras que el personal de casas particulares registró una baja de 15.000 puestos en el mismo período.
Esta composición de elementos hace que el contexto general sea cada vez mas complejo. Cae el consumo, sube el dólar, caen las acciones, sube el riesgo país. Y la inflación que es “la bandera” de Milei ya no alcanza como único elemento y empieza a moverse. Los números rojos de Milei parecen mostrar que su plan económico puede ponerse en duda, pero quizá lo que mas incertidumbre da al mercado y a la sociedad es la perspectiva a futuro. ¿Puede el experto en crecimiento sacar a la Argentina de este pozo? Los indicadores económicos parecen no creerle. Y por abajo empieza a moverse la bronca, será en las calles y en unidad de todas las luchas esa definición.