sábado, 27 abril 2024 - 01:00

Gel íntimo, sexo anal y salud pública. Combatir a los dinosaurios, sin medias tintas

La compra de gel íntimo por parte de la Dirección de VIH, ITS (infecciones de transmisión sexual) y Hepatitis virales del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires generó una campaña cargada de prejuicios y desinformaciones contra la salud sexual. Te compartimos nuestras opiniones y propuestas para combatir a los reaccionarios, sin medias tintas ni reculadas.

El pretendido periodista Esteban Trebucq (A24) divulgó un intencionado informe “denunciando” la compra de 1 millón de geles íntimos de 100 gramos por parte del Ministerio de Salud bonaerense. Según su visión, esto expresaba que “el problema es que se gobierna para una minoría”, “en un país pobre se destinan 500 millones de pesos para la compra de gel íntimo”, buscando de esta manera contraponer el combate a la pobreza con las políticas de salud sexual.

Al ignorante, prejuicioso y desinformador periodista rápidamente se sumaron los líderes de la oposición de Juntos, que bien podríamos rebautizar como Juntos por la Castidad.

Por ejemplo Diego Santilli, diputado nacional y candidato porteño a gobernador por la Provincia de Buenos Aires por el PRO y Juntos, manifestó en su cuenta de Twitter: “Nuevo programa ‘Haceme tuyo’ de @Kicillofok : gastó $ 500 millones para comprar potes de gel íntimo. Aunque no lo creas, esas son las prioridades del kirchnerismo”.

También pidió el cuernófono picapiedra Cristian Ritondo, diputado nacional y presidente del bloque PRO, tuiteando: “Señor gobernador @kicillofok, señor Ministro @nkreplak. Necesitamos saber de forma urgente si es cierto que van a gastar 500 millones de pesos en la compra de 1 millón de geles íntimos. De ser cierto, detengan esta locura”.

Parece una maratón hacia el jurásico, pero se trata de una disputa electoral que pone en el centro de los ataques a los derechos sexuales y a la salud pública. Con esta campaña llena de falsedades, replicada con fuerza por la prensa hegemónica, intentaban a la vez tapar los escándalos por la divulgación de los chat del ministro de Seguridad porteño, en connivencia con la Corte.

Información mata prejuicio

La campaña de desinformación sobre el acceso público al gel íntimo pudo generar confusiones en algunas personas. Es necesario disiparlas con argumentos claros. En primer lugar, es falso lo dicho por Santilli, que pretende gobernar la provincia: no se trata de un “nuevo programa”; sino que se vino aplicando por gobiernos anteriores, más allá de sus limitaciones. Es que el acceso gratuito al gel íntimo garantizado por el Estado debe considerarse una política de salud pública y un derecho democrático de las personas.

¿Por qué? Como bien lo plantea la Federación Argentina LGBT, el gel lubricante íntimo es una herramienta de prevención del VIH y otras infecciones de transmisión sexual, utilizada en todo el mundo. Incluso la OMS[1] y ONUSIDA[2] -organizaciones que nadie podría imputar de izquierdistas- afirman que “debe facilitarse el suministro adecuado de lubricantes de base acuosa para reducir al mínimo los fallos en el uso del preservativo, en especial en el sexo anal, en caso de sequedad vaginal y en el contexto del comercio sexual”.

El uso de lubricantes óleos o vaselina dañan el preservativo, exponiendo a las personas que los usan a contraer ITS y/o embarazos no deseados. Por lo tanto, el acceso al gel íntimo debe considerarse una política de prevención de VIH y otras ITS.

La provisión estatal y gratuita permite gozar libremente nuestra sexualidad independientemente de la situación económica o superando los obstáculos culturales a los que se enfrentan, por ejemplo, jóvenes que se encuentran en el clóset. A su vez, evita potenciales lesiones por sequedad y/o en ocasión de uso de juguetes sexuales u otras extremidades del cuerpo (desgarre anal o vaginal) durante la penetración. También previene lesiones por frotación durante la masturbación.

En definitiva, el acceso público y gratuito al gel íntimo es integrativo de nuestro derecho democrático de vivir libremente el goce sexual, en todas sus formas.

Necesario, pero insuficiente

La distribución de lubricantes y preservativos es positiva pero insuficiente, ya que se da en el marco de un sistema de salud pública cada vez más deteriorado por las políticas de ajuste de los sucesivos gobiernos.

Como lo comentamos en un artículo anterior y se explicita en el gráfico de abajo sobre la evolución del presupuesto, la salud pública bonaerense se devalúa con reducciones en sus partidas, pasando del 7.1% del presupuesto 2022 al 6.5% para este 2023.

En cuanto a la distribución de profilácticos, no se han publicado los datos oficiales de la provincia, por lo que nos guiaremos con las estadísticas publicadas por organismos nacionales. Allí observamos una drástica disminución en las cantidades de preservativos peneanos distribuidos, pasando en el año 2017 de 42.700 millones[3] de unidades distribuidas a poco más de 9 millones entre enero-octubre de 2022 (únicos datos disponibles)[4].

Algunos estudios[5] demuestran que la provisión estatal de preservativos (podemos hacer extensivo el planteo al gel íntimo y otros elementos), el costo para las finanzas públicas y el precio de venta al público están determinados principalmente por el volumen de la demanda de estos productos por parte del Estado. O sea, mientras más preservativos compra y distribuye gratuitamente el Estado, más bajo será el costo por unidad en la provisión y más bajo será también el precio de venta en el mercado. De lo dicho se deduce que los vínculos comerciales público-privados y los vaivenes de recorte en partidas de salud pública no hacen más que abandonar al mercado a la población que no accede de manera sostenida y suficiente a estos productos de manera pública y gratuita, otorgando un gran poder de fuego a las industrias capitalistas que lucran con la salud de millones.

Como dijimos arriba, la política de distribución de gel íntimo y preservativos no es nueva, es una conquista social; pero también es evidente la necesidad de imprimirle un giro profundo que permita un acceso masivo, gratuito y combinado de los elementos de prevención y tratamiento de las ITS. Para esto hay que romper con el control que ejerce la industria sanitaria y farmacéutica capitalistas, centralizando toda la producción y distribución en el Estado, con participación activa del equipo de salud y las organizaciones interesadas.

El gobierno del Frente de Todos con su síndrome Vicentin de reculada permanente ya demostró que no está dispuesto a avanzar sobre los monopolios para controlar los costos, precios, abastecimiento y utilidad social de lo que se produce. Por el contrario, ha incrementado el poder de las industrias médicas y alimenticias entre otras a partir de la pandemia, como lo demuestran el empresario Hugo Sigman o los laboratorios Roemmers vinculados al ex ministro Ginés García.

Mientras el falso progresismo del Frente de Todos no avanza en el control integral de la producción en áreas tan sensibles como ésta, le da letra y espacio a la crítica reaccionaria de la oposición de JxC que disputa el sentido común acerca de las prioridades de inversión estatal, mientras piden más ajuste.

En síntesis, la distribución de profilaxis debe ser parte de una política integral de prevención y tratamiento de las ITS, en el marco de un sistema de salud pública también único y estatal, con financiamiento suficiente y participación del personal y comunidad. Por eso, entre otras medidas, les socialistas del MST en el Frente de Izquierda Unidad proponemos:

  • Adhesión de la Provincia de Buenos Aires a la Ley Nacional N° 27675 de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis virales, otras infecciones de transmisión sexual -ITS- y tuberculosis -TBC-;
  • Producción pública y distribución gratuita de preservativos, de PREP (Profilaxis Pre-exposición), otros medicamentos, geles y otros insumos médicos. Para terminar así con los negociados detrás de las licitaciones y con el manejo inescrupuloso de las farmacéuticas;
  • Unificación del sistema de salud a nivel nacional. Hay que terminar con la descentralización que impulsó el menemismo que hoy hace coexistir un sistema de salud público fragmentado (nacional, provinciales, municipales) con el sistema privado y el intermedio de las obras sociales sindicales. Hay que centralizar la capacidad técnica, científica y el personal en un sistema único, estatal, gratuito y de calidad, con gestión de sus trabajadores.

Estas medidas solo las levantamos desde la izquierda. Son urgentes para derrotar todo ataque reaccionario a nuestros derechos sexuales y libertades democráticas. Y son necesarias para avanzar hacia una Argentina libre de prejuicios y violencias, de goce pleno y sin desigualdad.

Para tomar este rumbo no hay que tener ningún compromiso con las farmacéuticas ni otros capitalistas ni con el Vaticano u otra iglesia, no van las medias tintas ni hay que recular. Para pelear por estas medidas, hace falta más izquierda.

El autor es integrante de Libre Diversidad / MST en el FIT Unidad


[1] Organización Mundial de la Salud

[2] Programa sobre SIDA/VIH de la Organización de las Naciones Unidas

[3] Informe publicado por la web chequeado.com el 2 de octubre de 2018.

[4] https://www.argentina.gob.ar/salud/vih-its/tablero

[5] Atención y costo de la salud sexual y reproductiva en Argentina. Mabel Bianco. 2015.

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