martes, 16 abril 2024 - 10:46

Fútbol femenino. 2023 el año de los desafíos

El 2022 fue el año de mayor crecimiento del fútbol femenino en el mundo, sin embargo este 2023 se presenta como un año con desafíos enormes por superar. El más grande de todos sigue siendo el de superar la desigualdad que todavía persiste con respecto al fútbol masculino.

Sin dudas el último año estuvo marcado por el progreso del fútbol femenino. En Europa se considera al 2022 un momento bisagra. El periodista Asif Burhan lo reflejó en una nota publicada en Forbes donde cuenta que el partido entre Barcelona y Wolfsburgo, por las semifinales de la Champions League femenina, reunió a 91.468 personas siendo el partido con más espectadores en todo el año. La final de dicho torneo entre Barcelona y Olympique Lyonnais fue vista por 3,6 millones de personas en todo el mundo.  El equipo francés se coronó campeón y su goleadora Ada Hegerberg, primera Balón de Oro de este deporte, logró anotar en una cuarta final de la Copa de Europa, una hazaña que solo tenía Alfredo Di Stéfano en la década de 1950. Por su parte la Eurocopa femenina del 2022 celebrada en Inglaterra obtuvo más del doble de asistentes que el mismo torneo en la edición anterior. La final de la competición también batió un récord ya que el partido celebrado en el estadio de Wembley, fue la audiencia televisiva más alta de la BBC alcanzando a 17,4 millones de personas.

Un mes después un amistoso internacional en el estadio de Wembley entre Inglaterra y las campeonas mundiales, Estados Unidos, se agotó en 24 horas para convertirse en el partido femenino con ventas más rápidas de todos los tiempos. Además la jugadora inglesa Keira Walsh fue vendida del Barcelona al Manchester City por 500.000 dólares transformándose en el fichaje más caro de la historia.

América también existe

En nuestro continente EEUU selección campeona del mundo y también del último torneo de CONCACAF el año pasado, es quien presenta los mayores desarrollos, aunque nada se consiguió sin pelear. Por su parte Canadá subcampeón también es uno de los países que más creció aunque siguen luchando para ser reconocidas. En Latinoamérica Brasil se quedó con la Copa América venciendo a Colombia, quien fue la anfitriona del torneo. Las brasileñas impusieron su poderío pero las cafeteras demostraron el potencial que tiene su selección.

La Argentina ha tenido un año con muchísimas conquistas. El conjunto de Germán Portanova le ganó a Perú, Uruguay y Venezuela en el Grupo B de la Copa América. En las semifinales perdió contra Colombia por la mínima y luego en el tercer puesto se impuso por 3-1 ante Paraguay. Con esa victoria sacó el boleto para el Mundial 2023 en Nueva Zelanda y Australia que se disputará del 20 de Julio al 20 de Agosto.

En materia de clubes Boca se consagró campeón del torneo local en la Bombonera ante 25.000 hinchas, tras superar a UAI Urquiza. Además Las Gladiadoras fueron finalistas de la Copa Libertadores, y aunque cayeron ante Palmeiras por 4 a 1, se convirtieron en el primer equipo en meterse en la final del campeonato continental. River se consagró campeón de la Copa Federal venciendo a Belgrano por 2 a 0  y llenando la capacidad permitida de la popular de Platense, en la final de la Copa Federal. Las de Núñez volvieron a consagrarse campeonas luego de 5 años sin poder hacerlo, logro que tuvo un hecho destacado: por primera vez una mujer, Dani Díaz, fue técnica campeona de la 1° división. También consiguieron jugar por primera vez en el Monumental. Otros desempeños sobresalientes fueron los de Belgrano y Banfield quienes ascendieron a la Primera A. Las piratas festejaron el ascenso ante 28.000 personas llenando el Gigante de Alberdi y batieron el récord de asistencia en un estadio en el fútbol femenino argentino. Además Unión y Patronato confirmaron que tendrán un primer equipo femenino esta temporada.

En materia personal Paulina Gramaglia, ex jugadora de Talleres y la UAI Urquiza hizo historia con su venta a Estados Unidos. La delantera cordobesa se convirtió en la primera jugadora argentina en ser vendida al exterior al ser cedida al Houston Dash quien hizo uso de la opción de compra y le firmó contrato por dos años.

Desafíos para el 2023

El fútbol femenino tiene mucho por delante centrado en la primera Copa Mundial Femenina de la FIFA de 32 naciones en Australia y Nueva Zelanda. Se batirán más récords este año, pero la diferencia es que ahora, no será una sorpresa. Su potencial apenas comienza a desatarse.

Desde el punto de vista de lo deportivo en Europa por ejemplo se busca terminar con la desigualdad que reside entre las selecciones de Europa Occidental más ricas y de Europa del Este. Con las sanciones deportivas impuestas a la Federación Rusa, ninguna de las dieciséis finalistas de la Eurocopa Femenina de la UEFA 2022 era de Europa del Este. En la Champions League femenina por segunda temporada consecutiva, los ocho cuartofinalistas fueron todas representantes de las cinco ligas principales del continente: Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y España, la primera vez que esto se repite en la historia de la competición. Por eso resulta preocupante para una organización que nuclea a 55 países miembros.

La Selección Argentina por su parte viene de ganar los 3 amistosos preparatorios que disputó, dos frente a Nueva Zelanda por 1-0 y 2-0 y 4 a 0 a Chile, con muy buenos resultados y espera conseguir su tan ansiada primera victoria en una Copa del Mundo donde compartirá el grupo C con Italia, Sudáfrica y Suecia.

La desigualdad de género el gran obstáculo

En 2019 un informe de FIFPro destacaba que la industria futbolística genera más de 500.000 millones de dólares cada año, y que para ese año un 49% de las jugadoras de fútbol profesional no recibían un salario y un 87% finalizaba su carrera deportiva antes de los 25 años, por la baja o nula remuneración. El ejemplo de ese momento era comparar al mejor en cada disciplina. Mientras Lionel Messi recibió 130 millones de euros al año, Ada Hegerberg, la noruega mejor jugadora del mundo en 2018 y que se negó a jugar el mundial 2019 y se unió a la campaña #TimeForAction para concientizar sobre la falta de representación femenina en todos los ámbitos de la industria deportiva, recibió 400.000 euros al año. Un sueldo 325 veces menor al del argentino. Sobre esto que denunciaba y por lo cual se bajó del mundial, el informe marca que el 95% de los contenidos deportivos son dirigidos y presentados por figuras masculinas.

Ese mismo informe analiza que los países con mayor presencia en la Copa Mundial de Fútbol Femenino de Francia 2019 eran aquellos que, coincidentemente, tienen elevados niveles de equidad de género en el ranking 2018 del Foro Económico Mundial. Más allá de esto la desigualdad persiste. Las protagonistas del crecimiento del fútbol femenino saben que nada se consigue sin luchar.

Rebelión Púrpura

La Selección Canadiense el 16 de febrero saltó al terreno de juego para disputar el primer partido de la Copa SheBelieves, pero días antes se había declarado en huelga para demandar a la federación (Canada Soccer) que dedicase los mismos recursos de cara al Mundial de Fútbol femenino, que los que destinó al equipo masculino durante el Mundial de Qatar. Que no estaban dispuestas a aceptar recortes. Canadá es la sexta en la clasificación mundial de la FIFA y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Finalmente jugaron presionadas por la Federación pero hicieron sentir su descontento. Los entrenamientos los realizaron con las camisetas invertidas y antes del partido contra EE.UU., todas las jugadoras aparecieron en el terreno de juego con camisetas de color púrpura (el color que representa la igualdad de género) con la inscripción “Enough is Enough” (“Ya basta”). Instantes antes del inicio del encuentro, las jugadoras de EE.UU se plegaron al reclamo en solidaridad y las dos selecciones formaron un corazón en el centro del campo.

La imagen dio la vuelta al mundo y recibió apoyo de distintos futbolistas como así también de otros deportistas.

Argentina: ninguna estrella en el conjunto 

La periodista Delfina Corti escribió una nota en Tiempo Argentino sobre la presentación de la camiseta oficial que usará la Selección Femenina en el próximo mundial y que tiene el detalle de no contar con ninguna estrella en el escudo. Esto ya había sucedido en el mundial de Francia 2019 pero ahora generó un debate. Lo cierto es que es un puntapié, dice la periodista, para hablar de las desigualdades que existe entre tener tres estrellas y no tener ninguna. Esto también se extiende a otras disciplinas como Fútbol y Fútbol Playa que están bajo la órbita de la AFA. En la nota aparecen los casos de la Selección Alemana y la de Brasil quienes denunciaron a través de las estrellas en los escudos la brecha que existe.

Nuestro país si bien finaliza un año con mucho crecimiento para el fútbol femenino, sobre todo en nivel de juego y competencia, permanecen los problemas salariales, de infraestructura, de violencia, machismo y misoginia que son característicos del deporte pero que se tienen que empezar a superar. El año pasado ocurrió un hecho lamentable en el ascenso, en donde falleció Juliana Gómez tras un accidente viajando en el auto de un colaborador del club. Hay instituciones que aún no les brindan las condiciones básicas a las jugadoras. Es más que necesario poner en tela de juicio todas estas problemáticas para poder solucionarlas. Incluyendo tomar en cuenta los reclamos, por ejemplo, de las jugadoras de futsal que también pelean por sus derechos, y ,a nivel mundial, acaban de lograr que FIFA, por primera vez, tenga que organizar la Copa mundial de Clubes femenino y la Copa Mundial de Futsal femenino. Algo largamente reclamado por las jugadoras, cuyo primer certamen, en principio, sería en 2024 (el mundial de futsal masculino existe desde 1989).

El gobierno, a través del ministerio de Educación, firmó con la AFA un convenio para promover la enseñanza de fútbol femenino en las escuelas y promover el crecimiento del deporte entre las mujeres. Esto es un avance, pero sirve muy poco promover el deporte si después esas mismas pibas van a ser víctimas de la falta de infraestructura para practicar el deporte a nivel profesional. También si en los clubes no se destina presupuesto y personal profesional para garantizar todo el proceso formativo de las pibas desde la infancia, garantizando igualdad de oportunidades en el aprendizaje junto a los chicos. No alcanza con poner parches y ofrecer salidas parciales a problemas profundos. Las mujeres deberían tener lugares importantes en la toma de decisiones dentro de la AFA y de cada club que refleje el colectivo unido que hoy hay detrás de reivindicaciones históricas para poder avanzar en representar de la mejor manera a nuestro país y que el conjunto de las pibas que deseen practicar el deporte lo puedan hacer de manera profesional sin que les falte nada y libre de todo tipo de violencia. Violencia que, a su vez, necesita enfrentarse, exigiendo que los dirigentes en el fútbol masculino no miren para otro lado cuando algunos jugadores son denunciados por violencia de género, abusos sexuales y otras formas de violencia, que el negocio capitalista del fútbol pretende tapar.

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