jueves, 9 mayo 2024 - 07:04

Fugar y evadir. Las libertades que defiende Milei

Mientras este miércoles 3 de abril la escena que tiñó el día fue la militarización de los ministerios donde se habían producido despidos de trabajadores estatales, justamente para impedirle el ingreso a estos últimos, un pequeño sector, parasitario por su función, festejaba. Como lo reflejó la periodista Irina Hauser en el medio Página 12[i], la nueva dirección de la Inspección General de Justicia (IGJ), a cargo de Daniel Vítolo, derogó controles jurídicos para que fugar y evadir sea un deporte legal en la Argentina de Milei.

Lo que ocurre no es una desaparición del Estado, sino las modificaciones necesarias para que ese ente abstracto se vuelva tan concreto que legalice los ilícitos de los ladrones de guantes blancos. Así la justicia y las fuerzas represivas mirarán para otro lado ante los negociados que se tramitan en las sociedades off shore, con la intención de convertir al país en un paraíso fiscal.

En concreto, el gobierno de Milei, que dijo venir a terminar con los curros de la “casta”, elimina controles que alientan negocios espurios. Haciendo un punteo, entre los cambios centrales, observamos que:

  1. Bajo la resolución 3/2024 se elimina la obligación para que las empresas entreguen información y quede el registro en sus libros contables. Así eliminan la obligación de dar cuentas de las ganancias que obtienen las empresas.
  2. Con la resolución 7/2024 eliminan las restricciones para crear Sociedades de Acciones Simplificadas (SAS). Una figura jurídica, creada bajo el gobierno de Mauricio Macri, que dejaba exenta a estas sociedades de tener que presentar balances y rendir cuenta alguna. Con estas firmas, como es obvio, evadir, fugar y lavar dinero se vuelve un delito sencillo. A tal punto, como lo refleja Irina Hauser, estos son las figuras legales que usan los narcotraficantes para sus negocios. Ahora, con la libertad garantizada, tienen nuevamente el camino allanado para seguir con sus negocios.
  3. Y, por último, se eliminó el régimen de fiscalización de empresas extranjeras. Otro vacío jurídico que admite el vínculo de off shore radicadas afuera con diferentes firmas locales.

Avanzan los negocios de la casta

Quien llegó a la presidencia diciendo que venía a terminar con la Argentina de la decadencia, no está haciendo más que amplificar el modelo de saqueo y evasión que en el país llegó con la última dictadura genocida en 1976.  Estas decisiones tomadas por la IGJ habilitan un salto en la desregulación económica al servicio del capital financiero. Lejos de convertirse en tierra fértil para la llegada de inversiones productivas, el país se va a convertir en el reservorio de firmas que buscan eludir tributos impositivos al servicio de acrecentar sus riquezas.

Milei quiere que el país se transforme en un eslabón más de la red donde los grandes empresarios capitalistas evaden todo lo que pueden. Como lo explicamos en otro artículo, un paraíso fiscal no se usa más que para evitar una: ““doble imputación” es decir, pagar impuestos en las distintas jurisdicciones territoriales en las que actúan, los imperialistas constituyen una red de filiales, algunas de las cuales se establecen en países con un bajo peso tributario y otras “facilidades” (secreto bancario, intangibilidad de depósitos, facilidad de inscripción y, por supuesto, gobernantes amables y predispuestos a recibirles).  Algunas veces mediante movimientos contables entre las filiales, otras creando sociedades fantasmas, estos pulpos internacionales concentran las ganancias en los territorios que menos tributos les exigen. Este es uno de los mecanismos privilegiados para la “elusión” impositiva, que no es ilegal en muchos casos, pero constituye un claro mecanismo de saqueo”[ii].

El presidente libertario habilita de este modo negocios bajo el control del Estado. Abre la puerta para que personajes como los argentinos Galperin, Rocca, Bulgheroni, Eurnekian, Pérez Companc y Constantini, hoy citados en la lista de Forbes como integrantes del puñado de megamillonarios del mundo, sigan parasitando a la sociedad bajo la explotación del trabajo ajeno y, como resaltamos, una trama jurídica que le permite evadir y fugar sin control alguno.

“Benefactores sociales” o los responsables de la rapiña

La concreción de este salto en el régimen de espoliación, no hace más que echar más claridad sobre el rol de los magnates en la sociedad. Lejos de constituirse como los benefactores sociales que Milei dice que son, queda a las claras que no son más que una clase parasitaria sucia de lodo en todo el cuerpo.

Este comportamiento, lejos de ser una novedad, no es más que una práctica histórica en los marcos del capitalismo decadente, en su fase imperialista, que se aceleró hace más de 100 años atrás. En tiempos donde se habla de reducir el déficit fiscal, Milei aprueba el recorte de las plantas de trabajadores estatales, pero arma una estructura jurídica al servicio de que las empresas no tributen nada.

Si hay una casta son los empresarios beneficiados con estas medidas, la libertad que avanza, por tanto, no es más que la de sus negociados. Decirle basta a Milei, es activar un freno contra los responsables de la rapiña de este país.


[i] Un festival de resoluciones para eliminar controles a sociedades extranjeras y off-shore. Página 12 (3-4-2024)

[ii] Pandora Papers. ¿Paraísos de minorías o que la tierra sea el paraíso? Periodismo de Izquierda (10-10-2021)

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