Estos días se están cumpliendo 117 y 70 años del nacimiento y muerte respectivamente de la mítica pintora mexicana. Realizamos este recorrido por su vida y obra como un aporte para entender su huella como artista, mujer, revolucionaria y mexicana.
Le habla al dolor, la boca pegada a la piel del dolor, le habla sobre la sensibilidad y su deseo y su crueldad y sus apodos íntimos.
John Berger
Infancia y adolescencia
Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón nació el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, Ciudad de México. Hija de Guillermo Kahlo, de ascendencia judía y alemana, y de Matilde Calderón, de ascendencia española e indigena. Producto de esa unión Frida reivindicaría, ya en la adultez, con orgullo su identidad mestiza y así lo deja plasmado en su Arbol de Familia (1936) pintado un año despues de que en la Alemania nazi se implantaran las Leyes Nuremberg, leyes de caracter racista que prohibian a la pobación aria mezclarse con otras razas.
En 1910, a sus tres años, vió suceder la Revolución Mexicana y cuando tenía diez fue testigo de la promulgación de la Nueva Constitución. En 1915 presenció varios combates entre zapatistas y carrancistas, en uno de ellos su madre abrió las puertas de su casa para dar asilo, curar y alimentar a los revolucionarios. Estos hechos políticos atravesaron la realidad de Frida y marcarían su identidad latinoamericanista, antiimperialista y un profundo amor a su nacionalidad como mexicana.
Ingresó a la preparatoria en 1922, siendo una de las 35 mujeres en una población de 2000 estudiantes. Durante esa época ingresó a “Los Cachuchas”, un grupo de estudiantes interesados en la literatura, la política y la filosofía. Se llamaban así porqué usaban gorros de tela como símbolo de rebeldía contra el rígido código de vestimenta de los colegios.
Un cuerpo atormentado
Cuando tenía 6 años fue diagnosticada con poliomielitis lo que la obligó a estar en cama durante 9 meses. En la escuela sus compañeros le apodaron “Frida pata de palo”. Lamentablemente esta no iba a ser la única adversidad con respecto a su salud: en 1925 sufre un accidente de autobús el cual le fracturó la columna vertebral en tres partes, además de romperle dos costillas, clavículas y pelvis. Este hecho marcaria su vida al tener que atravesar dolores, amputaciones y abortos, padecimientos que dejaria plasmado en muchas de sus obras como Henry Ford Hospital (1932).
La Paloma y el Elefante
Frida conoció a Diego Rivera en 1927 en una fiesta de la fotógrafa y activista Tina Modotti. Diego estaba casado con la pintora Lupe Marin. Los padres de Frida estaban endeudados debido a los gastos de sus tratamientos médicos, esta creyó que vendiendo algunas de sus pinturas podría ayudarlos. Rivera le propone que vaya a su casa a ver sus obras y Frida acepta. Diego se divorcia de Marin dos años después y acto seguido se casa con Frida.
No es poco conocida la vida de la pareja que estuvo plagada de infidelidades y engaños, principalmente por parte del pintor siendo una de las más escandalosas su amorío con la hermana de Frida, Cristina. Pese a todo eso Frida admiraba y amaba mucho a Rivera. Él, además de su marido, era su maestro en la pintura y Frida se sentía pequeña frente a su figura, como lo plasma en Diego y Yo (1931).
El divorcio llegó en 1939, luego de la relación que tuvo Frida con el revolucionario bolchevique Leon Trotsky, a quien Rivera admiraba y que luego de enterado se distanciaron. Sin embargo, ya divorciados, Frida le escribe a su ex-esposo “Te quiero más que a mí misma y no sé ni qué hacer sin ti, hasta que no ahueque el ala te querré”.
En vida la figura de Rivera opacaría violentamente a la de Frida. No sería hasta décadas después de su muerte y gracias a la recuperación de su figura a través de los movimientos feministas de los 70/80 y la arremetida de estos en los ámbitos académicos que se comenzó a popularizar el personaje de Frida en un cierto punto siendo víctima de la apropiación de su imagen por el mercado iniciándose así la “fridomania” con una infinidad de mercancías con su cara, despojandola de todo contenido político.
París y los surrealistas
Frida conoció a André Breton gracias a Rivera. El francés al ver los trabajos de esta la calificó de surrealista y la invitó a participar de una exposición en París. Frida diría con respecto a esto “Nunca supe que era una surrealista hasta que Andre Breton vino a México y me dijo que lo era.”
Sin embargo, la exposición en París no salió como la mexicana esperaba. Ella se quedó en la casa de Marcel Duchamp y, si bien este artista fue de los pocos que llegó a parecerle una persona decente y con los pies en la tierra, quedó decepcionada con el movimiento surrealista, plasmandolo de esta forma en una de sus cartas: “Me ponen enferma. son tan asquerosamente ´intelectuales´ y están tan podridos que ya no los soporto. Ya no aguanto más. Prefiero sentarme y vender tortillas que tener algo que ver con esos cerdos ́ artísticos ́ de París. Pasan horas y horas sentados en los cafés, calentando las sillas y hablando interminablemente sobre cultura, arte, revolución, etc.”
Arte y Revolución
En 1917 sucede la Revolución Rusa inaugurando el primer estado obrero de la historia. En 1919 se funda la Internacional Comunista o Tercera Internacional. Se fundan partidos comunistas a lo largo y ancho del mundo, entre ellos el Partido Comunista Mexicano. Frida, cuyas escenas de fondo de la infancia fueron de la lucha armada de los revolucionarios zapatistas, no iba a ser ajena a todo este contexto y en 1927 se une a la Joven Liga Comunista. Pero había entrado justo en el momento de la contrarrevolución Stalinista, de persecución política hacia dentro de la URSS y de la burocratización del estado obrero. Para esta época Trotsky ya había sido expulsado a Turquía pero seguía dando una férrea pelea dentro de la Internacional junto a otros dirigentes de la Oposición de Izquierda. Frida y Rivera (este sería un gran simpatizante del trotskismo) deciden romper con el PC como expresión de su rechazo hacia la represión política y artística que Stalin llevaba adelante.
En 1937 Trotsky, ya obligado a abandonar Turquía, buscó asilo en otros países pero muchos no lo aceptaron. Fue Diego Rivera quien le consiguió un permiso de asilo político en México. Será en este territorio donde Trotsky pasaría sus últimos años antes de ser asesinado por la espalda a manos de un mercenario de Stalin en 1940. Entre las obras que le dedicó Frida, a ese amante fugaz y fundador del ejército rojo, está su Autorretrato dedicado a Leon Trotsky (1937).
Excede a esta nota el abordar en profundidad el giro stalinista tanto de Khalo como de Rivera, datado desde 1939, pero si nos gustaria recalcar algunos hechos: Luego del asesinato de Trotsky, Frida seria detenida e interrogada por las autoridades por sospecharse que tuviera algo que ver con el homicidio, principalmente por haberse encontrado con Ramon Mercader, el mercenario de Stalin, en su viaje a Paris en 1939. No se halló prueba alguna de complicidad y el estado de salud de la artista se vio perjudicado por el maltrato sufrido. Paulatinamente se iría alejando del trotskismo y volvería a sus relaciones con el PC.
Analizando una posible respuesta de su giro político-simbólico se puede decir que el contexto de la figura de Stalin como “vencedor” del regimen nazi, la postulación de este a dos Premios Nobel de Paz (1945 y 1948), la linea del realismo socialista como “arte del partido” en razón de exaltar al maximo la figura de Stalin, y la persecución politica (e inexperiencia) de los jovenes lideres tortskistas que quedaron luego de la muerte de Trotsky aportaron para que Frida diese pasos en esa dirección (aunque tampoco se puede decir que ponia las manos en el fuego por Stalin. Recién en el último año de su vida, con Stalin ya muerto, pintó su conocido Autorretrato con Stalin (1954)).
Viva la vida
Frida sería vista por última vez en público el 2 de julio de 1954. Llevada en silla de ruedas por Rivera, con quien se había vuelto a casar en 1940, rodeados de gente que se volteaba a ver a ambos. Habían asistido a un mitin que se realizaba en la Plaza Santo Domingo en protesta contra el golpe de estado orquestado por la CIA y EE.UU. en Guatemala. Su última obra sería un bodegón con sandías de colores vibrantes e intensos. Unos días antes de su muerte escribiría en una de las rodajas la frase “Viva la Vida”. Frida Kahlo, la discapacitada, la mestiza, la surrealista, la esposa del muralista, la amante de Trotsky, la Stalinista, la cachucha, la mexicana, la comunista, la pintora, fallecería el 13 de julio de 1954.
Francisco Pardo