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El gobierno llega airoso al final del 2024, pero la baja de la inflación y el riesgo país no eliminan los importantes vencimientos de deuda que se acumulan en el 2025 y los años siguientes. En ese sentido Luis Caputo avanza en conversaciones informales con el FMI.
Negociaciones a Fondo
El principal eje por resolver para el gobierno es conseguir financiamiento del organismo para cancelar los intereses que vencen el año que viene, que suman USD 2.700 millones.
Además, la deuda que vence con privados el año próximo suma USD 10.000 millones, incluyendo el capital e intereses de bonos dolarizados, sumado de las primeras cuotas del Bopreal entregado a importadores.
Un monto difícil de sostener, mientras la lluvia de inversiones que prometió Milei sigue sin llegar y la economía local no le queda mucho para ser ajustado. Por lo cual, el gobierno apunta sus esfuerzos a lograr alguna ayuda del Fondo.
El ministro de Economía declaró: “Con el FMI hemos empezado a hablar informalmente de un nuevo programa. Probablemente vamos a ir a un programa nuevo y seguramente va a implicar nueva plata. Estamos discutiendo dos cosas, cuánta plata es y cómo entrará ese dinero. No es lo mismo que te desembolsen al principio USD 1.000 millones, que entren USD 12.000 millones”.
También, anunciaron desde el gobierno que podrían recibir fondos del BID y el Banco Mundial por USD 4.000 millones, lo cual también representa un alivio para las reservas y para hacer frente a los pagos del 2025.
Por otro lado, barajan la posibilidad de canjear los bonos más cortos como el AL29 y el AL30 por títulos más largos, que permitan estirar los vencimientos de capital al menos 5 años.
Cuenta a su favor, las palabras de la vocera del FMI, Julie Kozack, durante su habitual conferencia de prensa semanal: “Las autoridades están explorando ahora la opción de pasar a un nuevo acuerdo”, sostuvo, y afirmó que “las autoridades argentinas han seguido implementando su programa de estabilización económica y el programa está dando resultados impresionantes”.
La representante del FMI hizo referencia a “una reducción considerable de la inflación, el superávit fiscal, y una mejor cobertura de las reservas”, y agregó que “también hay señales de recuperación tanto de la actividad económica como de los salarios reales”.
Desarmando frases
Otra vez el famoso superávit fiscal como elemento discursivo del gobierno, pero ¿de que este compuesto? Según un estudio elaborado por CEPA, el superávit fiscal de enero a octubre fue sostenido en un 24,2% por ajuste a las jubilaciones, un 23,6% a la reducción de obra pública, un 12,7% a la quita de subsidios, un 12,6% a salarios y otros gastos, un 12,8% sobre las prestaciones sociales, un 7,8% en baja de transferencias a las provincias y un 2,5% de ajuste a las universidades.
Por ende, el gran “logro” del superávit se apoya en un profundo ajuste a sectores sensibles de la economía, y en parte responsables de la recesión que atravesamos.
Por otro lado, la recuperación salarial de la que habla Kozack y el gobierno, esta muy lejos de la realidad. Según datos de Bloomberg Linea/Statista, comparando los salarios mínimos, Argentina tiene uno de los salarios en dólares mas bajos de la región. Solamente por delante de Venezuela.
Así mismo, el índice del riesgo país este atado a la realidad política y en un país como el nuestro, la volatibilidad de este hace que hoy el gobierno pueda festejar estar alrededor de los 700 puntos. No obstante, cabe recordar que el gobierno de Mauricio Macri llego a estar en por debajo de los 350 a finales del 2017 y termino su mandato oscilando los 2500.
La sagrada deuda
Este gobierno que se la da de guapo, queriendo auditar universidades y comedores, se encoge de hombros cuando viene la factura de la deuda. La sacrosanta deuda, es intocable para cualquier gobierno que defienda al capital.
Una deuda ilegal, ilegitima y fraudulenta, que uso el gobierno de Macri para fugar divisas a través de la bicicleta financiera, es la que ordena el presupuesto propuesto por el gobierno para el 2025.
La motosierra recorta todos los derechos de los argentinos, con el frio objetivo de llenar los bolsones del Fondo. Prometen una inyección de divisas que lo único que alimentan es la dependencia de nuestro país con el organismo internacional.